"Me quedé en paro hace cuatro años y decidí hacerme voluntario para continuar ayudando. En la actualidad no cobro ningún subsidio y la entidad donde colaboro, Cruz Roja, me ayuda cuando mi situación me desborda y me orienta para encontrar un empleo", relata Gregorio.

Como esta persona, muchos canarios optaron por el voluntariado cuando perdieron su empleo, unas veces por vocación y otras por continuar activos. Pero en ambos casos, continúan realizando esta labor, la cual describen como "una satisfacción que te llena en todos los sentidos".

Pero esta labor no solo llega quien la realiza, sino a quien la recibe también. "Ahora estoy en transporte adaptado, y tengo un usuario con discapacidad que al ver mi foto un día en el periódico, la recortó y la tiene en su cuarto. Cuando fue su cumpleaños le regalé una taza del Barça, su equipo... Nunca pensé que llegara a hacer algo así, pero las personas que atendemos se convierten en tu otra familia", asegura Gregorio.

Otros motivos fueron los que llevaron a María Begoña y René a ser voluntarias. La primera fue, hace más de tres años, a raíz del incendio en La Palma, y la segunda porque "tenía esa inquietud". En el momento de comenzar esta labor, ambas trabajaban, poco tiempo después perdieron su empleo, pero decidieron continuar como voluntarias.

"No tanto por llenar el tiempo libre, sino por las personas a las que ayudas", afirma René.

Aunque María Begoña y su marido subsisten con la ayuda que recibe ella, pues su esposo desempleado ya tiene subsidios y también trabaja de voluntario, no solicitan ningún servicio a Cruz Roja. "Los recursos son limitados, y hay personas que están mucho peor que nosotros", destaca.

"Muchas personas que acuden a la entidad por su situación, acaban prestando servicios ellos. Aunque en otras ocasiones, son los voluntarios los que acaban pidiendo ayudas que antes no necesitaban", explican María Begoña y René.

Y es que el voluntariado se ha convertido, en tiempos de crisis, en un elemento clave en la atención de las personas que se encuentran en una situación vulnerable por las reducciones presupuestarias a ONG, consiguiendo que entidades, como Cruz Roja, con 8.400 voluntarios (16.900 en la comunidad autónoma) aumenten su número de usuarios (52.276 en 2013) con menos ayudas públicas. Otro elemento fundamental para que la entidad continúe desarrollando su labor son sus 29.357 socios en la provincia tinerfeña (56.352 en Canarias) y campañas tan importantes para esto como el Sorteo del Oro.