El uso de bombas de insulina como tratamiento para los pacientes con diabetes se sitúa en Canarias en un 2%, uno de los porcentajes más bajos del país y muy lejos de la media europea, que donda el 15%, según refleja el estudio Fenin.

El archipiélago ocupa uno de los últimos puestos en el ranking nacional, junto a Baleares y País Vasco, que cierran la clasificación no superando el 2% de penetración en este tipo de tratamiento.

Para el secretario de la Federación de Asociaciones de Diabetes de Canarias (Fedican), Fran Darias, estos datos reflejan el "intenso" trabajo que queda por hacer para que el uso de esta terapia en las islas alcance a un porcentaje mayor de personas con diabetes tipo 1, tanto en niños como en adultos.

Según Darias, el uso de esta alternativa mejora el control de la glucosa, reduce las hipoglucemias y la variabilidad glucémica y aumenta la calidad de vida de los niños con esta patología, por lo que considera necesario apostar de forma "más acentuada" hacía este tratamiento.

En pediatría, frente a la recomendación de la Agencia de Evaluación de Tecnología Médica británica NICE, un 50% de los niños menores de 12 años con diabetes tipo 1 deberían estar con terapia con bomba. Para España se estima un 3%, que contrasta con países como Noruega (59%), Eslovenia (75%) y Alemania (45%).

El uso de la bomba de insulina en pacientes pediátricos supone una reducción del número de pinchazos. Con este tratamiento, según Fran Darias, sólo hay que cambiar el equipo de infusión cada dos o tres días, pasando así de una media de cinco inyecciones diarias a una cada tres días. Es decir, se pasa de 150 mensuales a 10.