La población de Canarias creció el año pasado en 9.757 personas, un 0,46 por ciento, para situarse en 2.114.989 residentes a 1 de enero de 2014, según datos difundidos hoy por Instituto Nacional de Estadística (INE).

Solo Canarias (,46 %) y Baleares (,47 %) incrementaron su población en 2013, mientras que el número de habitantes del conjunto del país se redujo en 220.130 personas, un 0,47 %, en la segunda vez que España pierde población desde que existen datos anuales (1971).

Canarias ganó población por tres vías: hubo 1.664 nacimientos más que fallecimientos, las personas que se instalaron a vivir en las islas llegadas desde otros países superaron en 4.938 a las que emigraron al exterior y los ciudadanos que se mudaron al archipiélago desde otras regiones superaron en 3.155 a los que salieron desde aquí para irse a la península o Baleares.

En cuanto al saldo migratorio exterior, las cifras del INE muestran que el año pasado se marcharon desde Canarias al extranjero 1.260 españoles más de los que regresaron de otros países.

Sin embargo, el balance de entradas y salidas con otras nacionalidades de la Unión Europea aportó a Canarias 4.383 nuevos residentes netos; con otros países de Europa, otros 512; con América Central y el Caribe, 1.036; con América del Norte, 124; con Asia, 440; y con Oceanía, 14. A esas cifras, se suman 15 apátridas.

En cambio, salieron más africanos y suramericanos desde Canarias para vivir en otros países que los que entraron: 54 más en el primer caso y 271 más en el segundo.

En el conjunto de España, el descenso de la población se ha intensificado respecto al año anterior, cuando la población se redujo el 0,19 %, según las cifras de población a 1 de enero de 2014 y la Estadística de Migraciones de 2013 difundida hoy por el INE.

Las causas de la menor población se encuentran en la caída del número de extranjeros ya sea porque regresan a sus países o porque consiguen la nacionalidad española y a la salida de ciudadanos españoles en busca de trabajo.

Así, a lo largo de 2003 la cifra de extranjeros se redujo un 7,8 % hasta las 4.676.022 personas.

El saldo migratorio (diferencia entre quienes llegan a España y quienes se marchan) fue negativo en 256.849 personas (llegaron 291.041 procedentes del extranjero y se marcharon 547.890), una cifra un 80,2 % superior a la de un año antes y que estuvo basada en el descenso del 4,3 % de la inmigración y el aumento del 22,7 % de la emigración.