El verano ya está aquí y con él las buenas temperaturas y el tiempo de disfrutar de la playa y la piscina. Sin embargo, para los agentes encargados de la seguridad de los bañistas comienza una de las épocas más temidas del año, en la que a diario se encuentran con todo tipo de incidentes.

Preocupado por el espectacular aumento que han registrado los ahogamientos y accidentes en los últimos seis años, el Gobierno de Canarias acaba de sacar una campaña informativa para recordar los riesgos que tiene un día en la playa o la piscina y tratar de que se tomen más medidas de prevención.

Para conocer de primera mano la situación y saber qué cuestiones pueden estar fallando y cómo se puede revocar esta situación, EL DÍA ha sentado en su mesa de debate a los principales agentes implicados en la seguridad de las personas que optan por pasar un día en la playa o en la piscina.

"Que una zona de baño sea segura o no depende más de los bañistas que de otra cosa", inició su intervención el responsable regional del Servicio de Urgencias Canarias (SUC), Faustino Redondo, para el que "lo más preocupante de todo es que se ahogan más niños en piscinas que cualquier otro tipo de bañista".

Preguntado a qué se debe esta situación, Redondo se refiere a que "los padres están relajados al sol, despreocupados y tomando una cervecita y se despistan" y se lamenta de que "todos los años hay casos de este tipo, al igual que de niños que mueren encerrados en un coche porque sus padres se fueron y los dejaron al sol. Puede sorprender, pero esto pasa".

Sin embargo, desde la Dirección General de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias, su jefe de servicio, Humberto Gutiérrez, confirma que una de las mayores preocupaciones ahora mismo es el incremento en el número de ahogamientos.

"Desde 2006 hasta el año pasado hemos detectado un aumento del 153%. Hay cuatro municipios en los que se concentra la mayor parte de los ahogamientos: Mogán, San Bartolomé de Tirajana, Pájara y Adeje. Por meses es desde julio a septiembre cuando hay un claro repunte, aunque entre febrero y marzo también, pero con la característica de que en estas últimas fechas suelen ser más lo casos entre turistas", detalló.

Al igual que sostuvo el representante del SUC, para Humberto Gutiérrez "el incremento tiene que ver con el comportamiento que se tiene frente a las condiciones del mar, sobre todo entre las personas que practican determinados deportes acuáticos".

Y es que durante el debate salió varias veces a relucir la relación que suele haber entre que en una playa se coloque la bandera roja por fuerte oleaje y que la misma se llene inmediatamente de surfistas.

"Hay gente muy imprudente y que incluso te desafía cuando les informas de que está desaconsejado el baño", confirmó en su turno de palabra el coordinador de playas de Santa Cruz de Tenerife de Cruz Roja, Daniel Martínez, que, no obstante, aseguró que "la mayoría de los usuarios cumple las advertencias, pero siempre hay quien tiene un exceso de confianza y se las salta".

Pero, ¿qué hacer en el caso de que a un bañista se le alerte del riesgo que asume al adentrarse en un mar con mucho oleaje y que persista en ello?.

"Nuestra labor a pie de playa es valorar los riesgos existentes y adoptar una actitud proactiva. Informar de la situación a los usuarios y señalizar los riesgos a través de una bandera. Si nos encontramos con alguien que corre un grave peligro y que, por lo tanto, puede poner en riesgo a los propios socorristas avisamos a las autoridades que tienen la capacidad sancionadora para actúen", explicó.

Y es precisamente en ese punto en el que el subcomisario de la Policía Local de Santa Cruz de Tenerife, Juan Francisco Márquez, narró que una de las funciones de la presencia policial en las playas es disuadir de los comportamiento incívicos e irresponsables.

"Nuestra principal tarea es evitar que se produzcan hurtos por descuido o robos en los vehículos y por eso en esta época del año se aumenta el dispositivo de vigilancia y la coordinación con el resto recursos como es el caso de Cruz Roja. Además, suele haber tanto policías de uniforme como de paisano y controlamos que se cumplan los normas fijadas para una convivencia óptima entre los usuarios, como es el caso de evitar el uso de pelotas, palas de playas o de que se bañen animales", abundó el agente.

No obstante, la inseguridad de las playas -desde el punto de vista de la delincuencia que en ellas se registra- puede considerarse como "baja o muy baja", algo que sin embargo no está ocurriendo con las imprudencias, tal y como recalcó el responsable del SUC.

"Hay gran número de insolaciones y golpes de calor y es que está fallando lo básico. No se puede tener a una persona de avanzada edad al sol y pretender que con un poco de agua se recupere. Se producen muchos fallos cardíacos y muchas muertes porque no se valoran los riesgos o directamente se desconocen. No vale con ponerse a la sombra un ratito", manifestó con preocupación Faustino Redondo.

No obstante, reconoció no entender "cómo es posible que todavía haya quien se tire de cabeza de lo alto de un muelle. Raro es el año que no tenemos que mandar a un par de chicos al hospital de parapléjicos de Toledo y es una pena. Falla la información y falla la cultura".

A juicio de este experto, a la administración todavía le queda mucho por hacer, puesto que es partidario de que "haya desfibriladores en todas zonas de baño en los que haya numerosos usuarios".

"Lo que sucede es que cada vez que vamos a la playa o a la piscina nos lo tomamos únicamente como una cuestión lúdica y placentera y no nos damos cuenta de que es una actividad de riesgo", insistió el responsable de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias que explicó que la campaña informativa que está llevando a cabo desde hace una semana en los principales lugares del litoral se basa precisamente en recordar las precauciones que se han de tomar siempre.

"Son consejos sencillos y que se deberían aplicar con carácter general. Así, cuando se acuda a una zona de baño en la que haya dispositivos de socorro se debe atender siempre a las indicaciones y estar atento a las banderas, la señalización que pueda haber e incluso a la megafonía. Si no lo tiene y se desconoce el lugar, lo mejor es preguntarle a la gente que conozca la zona para saber si existe algún tipo de riesgo", subrayó Humberto Gutiérrez, que volvió a referirse a los deportes acuáticos como un foco de riesgo importante al asegurar que "raro es el día que no hay que sacar del agua a un surfista o el piloto de una moto de agua que se han accidentado o que tienen problemas".

En este punto dio a conocer el dato de que el 70% de los rescates que realizan los helicópteros pertenecientes a la Dirección General de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias se realizan en zonas costeras y afectan a bañistas, pescadores y sobre todo a personas que realizan algún tipo de práctica deportiva.

A juicio del técnico de Cruz Roja el aumento de este tipo de rescates se vincula directamente con el crecimiento de este tipo de actividades.

"Aparecen nuevas técnicas y modalidades deportivas y nuevos aparatos. Ya no solo es el surf y el windsurf ahora hay una gran variedad y cada vez hay más gente metida en el mar a la que las confianza les suele jugar una mala pasada porque piensan que no les va a pasar nada y cada vez asumen retos mayores. Lo que debería primar es el sentido común", recalcó.

Desde Cruz Roja recuerdan que cuando se va a la playa hay que hidratarse bien y de forma continua, evitar las comidas copiosas, utilizar protección solar, evitar las horas de máxima radiación solar, no lanzarse en aguas poco profundas, protegerse la cabeza del sol y sobre todo hacer caso de las señalizaciones que haya.

"Los más importante es ser prudente; con eso ya se consigue mucho", dijo Daniel Martínez, aunque admitió que "la prevención debe nacer de la actitud de la persona y viene dada por su educación y que sepa respetar las normas y las advertencias".

"A veces puede parecer una bobería, pero hay que insistirle a la ciudadanía en que tiene que respetar la convivencia con el resto de los usuarios de la playa y, por supuesto, que no tiene razón de ser llevar un reloj de oro o dejar objetos de valor a la vista en el vehículo. Es algo básico, pero hay quien todavía no lo sabe", insistió el subcomisario capitalino.