El Instituto Tecnológico de Canarias (ITC) no ha alcanzado "en su plenitud" algunos de los objetivos para los que fue creado. Así lo advierte la Audiencia de Cuentas de Canarias en su informe de fiscalización de la empresa pública, a la que recomienda que ajuste parte de su labor a las demandas del tejido empresarial de las Islas.

"Tras diez años de actividad de desarrollo tecnológico se han transferido cinco proyectos a siete empresas", constata el organismo fiscalizador de las entidades públicas de la Comunidad Autónoma. A esta exigua cifra hay que añadir que en este periodo se han registrado cuatro patentes y tres modelos de utilidad (una figura de protección intelectual de menor rango que las patentes).

Estos datos llevan a la Audiencia de Cuentas a concluir que el efecto de los desarrollos tecnológicos propios del ITC en las empresas de la región ha sido de "escasa relevancia", por lo que el instituto no ha cumplido como debería con una de sus principales misiones: la de "contribuir de forma determinante al fomento de la innovación y el desarrollo tecnológico, así como a la consolidación de una economía basada en el conocimiento".

La Audiencia recomienda al ITC que establezca mecanismos para "asegurar que una parte de los desarrollos tecnológicos que ejecute procedan de una demanda concreta" de los empresarios, así como que reoriente su labor para acercar sus iniciativas a la realidad empresarial y la estructura económica del Archipiélago.

La investigación y el desarrollo tecnológico -"invertir dinero para obtener conocimiento"- son misiones que el organismo ha cumplido "con éxito". No ha ocurrido lo mismo, en cambio, con la innovación -"invertir conocimiento para obtener dinero"-, puede que porque, como también recoge la Audiencia, el ITC "no ha tenido una política concreta relativa a transferencia de tecnología propia, ni personal especializado y con dedicación exclusiva a este asunto".

El informe reconoce, no obstante, que el instituto -adscrito al Gobierno regional- ha comenzado "el proceso de reorganización que permita transferir dicha tecnología". También admite que el ITC desarrolla "una intensa actividad de intermediación", a pesar de lo cual "no ha existido una demanda relevante por parte del sector empresarial", salvo en el caso de las energías renovables.

Las empresas que sí han recurrido a los proyectos de desarrollo tecnológico de la empresa pública manifiestan "un elevado nivel de satisfacción", tanto en lo referido a sus productos y servicios como al conocimiento y actitud de sus técnicos.