Justo después de salir de la Facultad de Ingeniería Agrícola, y admitiendo de entrada su nula experiencia laboral, aunque resaltando sus infinitas ganas de trabajar, a Esther Domínguez se le abrió la puerta de la Asociación de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan). De momento, no solo sigue dentro, sino que, seis años después, coordina el equipo técnico de la entidad (otras tres personas) pero, sobre todo, asesora al medio centenar de especialistas de cada una de las cinco organizaciones asociadas. Esta labor de conjunto ha sido clave en los grandes avances en sostenibilidad y garantías alimentarias que ha logrado el plátano canario. Según recalca, lo inconcebible es que la UE sea muy estricta con los productos internos y "nada" con los que vienen de fuera.

Sostenibilidad y agua, ¿qué ha hecho y prevé Asprocan para reducir el gasto en este ámbito ante un cultivo que consume tanta agua?

Gracias a los cabildos, semanalmente se hacen recomendaciones sobre riego, especificando a los agricultores la cantidad de agua que deben usar según la estación climática o los estudios sobre lo que transpira la planta.

¿El goteo está implantado al 100%?

La verdad es que, del riego a manta con el que se perdía muchísima agua hace unos años, ahora el goteo por aspersión ronda el 98%. Hace diez años, suponía el 70%, y hace 20, casi no había goteo. En los últimos 20 años, el subsector ha cambiado mucho por la profesionalización de la agricultura, por el asesoramiento técnico. Esto ha logrado cultivos más productivos, más sostenibles ecológicamente, más respetuosos con el trabajador...

¿En qué sentido?

De seguridad del trabajador, equipos de protección individual, formación sobre cómo hacer bien su labor para que no le sea perjudicial...

Aunque sea solo orientativo, ¿cuánto era de sostenible la platanera hace 20 años y cuánto ahora?

Es muy complicado medirlo, pero sí ha habido un vuelco. Por ejemplo, ahora tenemos calculada la huella de carbono, cuánto CO2 se emite por kilo de plátanos y llevarlo hasta la Península. Esto era antes impensable.

¿Y la proyección a 10, 20 años...?

Habrá muchos más cambios. Es una conciencia. Lo exige el propio consumidor. Hay que evolucionar, pero, en el fondo, también hay una imposición de la UE que no tienen los productos que vienen de fuera. Jugamos en la misma liga y mercado, pero con distintas normas.

¿La UE no controla los productos fitosanitarios que se usan en Sudamérica y llegan a Europa?

La UE es muy estricta con los productos interiores, pero no con los de fuera. En Sudamérica, se permite un amplio número de fitosanitarios y tratar semanalmente problemas como el de la sigatoca con avioneta, cuando nosotros no podemos, aunque no tenemos ese hongo.

¿Esta contradicción implica riesgos sanitarios y alimenticios?

Alimenticios, sí, y considerables...

¿Y a qué lo achaca, a cuestiones económicas, políticas...?

No lo sé, pero, desde el punto de vista técnico, no se entiende que unos productos que van al mismo mercado tengan normativas tan diferentes. Parece que, en esto, la UE solo mira por los precios y el consumidor, aunque no por la sostenibilidad, las garantías, el trabajador...

¿El plátano canario es el más garantista para el consumidor?

Me atrevo a decir que sí. Por residuos, estamos muy por debajo de la competencia; por volumen de tratamiento la diferencia es abismal, y, desde luego, aquí no se usan avionetas. La OCU hizo un estudio sobre responsabilidad social y los plátanos Dole quedaron por encima de nosotros porque lo tenían todo muy bien escrito. Sin embargo, los trabajadores se quejaban porque tiraban los productos desde los aviones y ni siquiera les avisaban, estando ellos debajo.

Pese a todo esto, ¿por qué mucha gente en Europa sigue sin distinguir la calidad y el sabor del plátano canario y la banana? ¿Mala difusión?

En España se tiene claro. En el resto de Europa, por desgracia, están acostumbrados a una banana de plástico, impecable, grande, sin manchas...

Más allá del sabor...

La gente sigue comprando por la vista.

¿Ése es el principal hándicap del plátano canario en Europa?

Es uno. Otro es el proceso de maduración. El canario tarda más, al ser de una zona subtropical, y no tropical. Aquí necesitamos acumular calor para que llegue a su grado de maduración ideal, mientras que, en América, las bananas van a fuego fuerte. Los maduradores alemanes, por ejemplo, están acostumbrados a madurar bananas con su librillo y el nuestro es un producto distinto, que les obliga a cambiar. Hay que hacérselo ver...