El estudio de un nuevo posible mineral exclusivo de Gran Canaria y datar con exactitud el tubo volcánico descubierto en la montaña de Aslobas, son dos de los retos del grupo de trabajo que lleva a cabo el proyecto de investigación de esta cueva ubicada en su Reserva de la Biosfera.

La consejera de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, María del Mar Arévalo, y el biólogo Manuel Naranjo han informado hoy de estos trabajos con motivo de la presentación del libro "De Aslobas a Fataga. Viaje al subsuelo de la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria", con el que se quiere divulgar el contenido de este tubo volcánico, ubicado en el noroeste de la isla y el más antiguo de Canarias, pues se calcula que puede tener 14,5 millones de años.

El libro analiza además la fauna del subsuelo de la Reserva de la Biosfera, tanto la referida a las dos nuevas especies de invertebrados hallados en la cueva, la cochinilla de la humedad y la cucaracha subterránea ciegas, como otros dos insectos, un gorgojo localizado en "El Seo", en el municipio de Agaete, y una araña patilarga y despigmentada, en el barranco de Tasarte.

Todo ello, gracias al trabajo que se ha desarrollado a lo largo de este último año con motivo del hallazgo de la cueva y gracias al proyecto denominado "Fauna hipogea: un mundo escondido en la Reserva de la Biosfera, financiado por la Consejería de Medio Ambiente.

La consejera ha destacado que el descubrimiento de esta cueva por un grupo de montaña, El Verol, ha supuesto un hito en la historia de las islas y ha tenido gran repercusión mundial, pues el tubo de Aslobas puede ser el segundo más antiguo del mundo, tras el existente en Australia, de 30 millones de años.