El presidente de la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife, José Luis García, aboga por una rebaja fiscal a favor de las empresas -eso sí, solo para las pequeñas- y descarta que el estado de bienestar pueda verse afectado por este tipo de medidas -cree que habrá una recaudación similar a la actual, pero repartida de otra forma-. Está convencido de que para encontrar empleo en el nuevo mercado laboral que surgirá tras la recuperación -que no pone en duda- será imprescindible formarse. "Ya nada será igual que antes", advierte.

García simplifica la relación que existe entre empresario y trabajador a que "uno le explica al otro lo que hay que hacer y le paga por ello". Así, el primero factura más que estando solo y el segundo gana un sueldo, señala al responder sobre por qué habiendo tantos tipos de contratos, los que más crecen en Canarias -en más del 90% según el dato de julio del Ministerio de Empleo- son los temporales en vez de los indefinidos. "Hay más de 100 formas de establecer esa relación y el empresario busca la fórmula que menos problemas dé con los impuestos", justifica.

Antes de ir al fondo de la pregunta, advierte de que "las empresas no son eternas, por lo tanto los empleos no son eternos: eso hay que grabarlo en el código genético", remarca. "Si soy un profesional debo formarme cada día mejor porque hoy puedo trabajar en un taller, y si desaparece, voy a otro y no tendré escasez de trabajo", sugiere. "Es que las empresas desaparecen porque no son eternas, y el trabajador buscará otro empleo".

Cree que el mucho mayor crecimiento de los empleos temporales frente a los indefinidos en las Islas se debe a la estacionalidad de la economía. "Hay etapas en que se necesitan más trabajadores, pero luego decae la actividad", señala. "De no haber ese problema, se contrataría sin término, hasta que dure la relación, y por eso en la Cámara pedimos eliminar tantos tipos de contratos y que sean fijos e indefinidos".

Pero hay otro problema para que pueda funcionar la propuesta. "Ni los matrimonios son para todo la vida: hay fórmulas para corregir esa situación y que puedan separarse, pero no es posible si hay 40.000 formas de contratar". Añade que "solo se despide por dos motivos": debido a la carga que impone al empresario la Seguridad Social o que el trabajador no cumpla con las perspectivas para las que se le contrató. "No hay más, nadie despide porque sí", asevera.

Por ello, aboga por que "debería haber más flexibilidad para despedir". Ve injusto que las ventajas recién aprobadas para favorecer la contratación solo vayan a las nuevas empresas. "Las que ya están deberían tenerlas, café para todos".

Seguridad Social: mejor lineal que progresiva

García explica que el otro motivo por el que los contratos temporales aumentan mucho más que los indefinidos en las Islas es que los empresarios tienen "miedo no a los despidos, sino a la carga social que supone mantener" los puestos de trabajo. Y es que si el sueldo neto que recibe el trabajador es de 1.200 euros, "el empresario acaba pagando 2.400".

Los costes laborales derivados de la Seguridad Social son un problema para el presidente de la Cámara porque es partidario de "fidelizar" al empleado, que además de un "buen" ambiente de trabajo y un horario adecuado, debe "ganar dinero, tener un sueldo digno", y esto último "es lo más importante".

García lamenta que la sociedad canaria está "acostumbrada" a los sueldos de 1.000 euros. "Es el extendido", apunta, "pero si quiero subirlo en 300 o 400 euros, lo que haría que el trabajador diera más y fuera más eficiente porque vería que la empresa le responde, en vez de pagar unos 380 euros a la Seguridad Social, tendría que pagar unos 500 euros o así, y además, la retención para el trabajador no sería del 5%, sino del 10%, por lo que al final ninguna de las partes pueden estar contentas, ya que una porción importante se la lleva Hacienda".

¿La solución? "Debería haber una Seguridad Social lineal", que hasta un determinado tope "se pague lo mismo gane lo que gane el trabajador y así sería posible subirlo", propone. "Muchos dirían que esto es una barbaridad, pero hay que pensarlo".

La idea, en todo caso, es buscar una fórmula para que el coste "no recaiga todo sobre la pequeña empresa". "No queremos una rebaja de impuestos gratuita, pero si los políticos salieran a preguntar a la calle, sabrían que la rebaja fiscal la piden nueve de cada 10 empresas, la mayoría demanda un salvavidas de alivio fiscal".