Canarias cerró el mes de julio con seis concursos declarados, un 83,8% menos que en el mismo mes del año pasado, mientras que en los siete primeros meses del año se registraron 123 concursos de acreedores, 76 menos (-38,2%) que en el mismo periodo de 2013, según los datos recopilados por Axesor.

A nivel nacional, la evolución de los concursos de acreedores confirma la dinámica que se inició en la segunda mitad del año pasado, ya que por primera vez desde la entrada en vigor de la actual ley concursal (2004), los procesos formales de insolvencia suman nueve meses consecutivos de caída en la comparativa interanual.

El mes de julio cerró con 586 concursos, un 25,7% menos que en julio de 2013, y entre enero y julio se han registrado 4.139 concursos de acreedores, 1.616 menos que en el mismo periodo del pasado año, lo que representa una caída del 28,1% en la comparativa interanual.

Los factores que explican el fuerte cambio de tendencia experimentado en el panorama concursal en España son la leve pero constante mejoría de la actividad económica; la madurez del ajuste experimentado en el sector del ladrillo, claramente el más afectado durante la crisis, y las reformas introducidas este año en la legislación para dinamizar los procesos concursales.

Los 4.139 procesos iniciados entre enero y julio de este año suponen que el ritmo actual aún es casi cinco veces superior al que había al comienzo de la crisis. Este descenso es además generalizado, ya que 16 de las 17 comunidades autónomas experimentan caídas según las estadísticas de Axesor.

Madrid es el factor determinante en la evolución de las insolvencias judiciales representando la cuarta parte del ajuste total. La comunidad registró 632 concursos entre enero y julio, lo que supone una caída del 41,7% respecto al pasado año y un descenso de 452 procesos en términos absolutos.

Todas las grandes regiones experimentan retrocesos considerables. Así, en Cataluña se dieron 894concursos (-24,3%); en Andalucía 455 (-10%); 295 en País Vasco (-17,8%) y 565 en la Comunidad Valenciana (-27,8%). La excepción se dio en La Rioja, donde los concursos crecieron un 18,1%, hasta alcanzar la cifra de 52.

DISTRIBUCIÓN POR SECTORES

Por sectores, la caída del ladrillo es aún uno de los factores fundamentales que explica la mejoría de la estadística. Así, la construcción registra 1.097 concursos en los primeros siete meses del año, un 36,9% menos que en 2013, mientras el negocio inmobiliario experimenta una caída del 29% con 100 concursos menos declarados.

Otros sectores con importantes caídas son la industria manufacturera, el comercio y la hostelería. La primera registró en los siete primeros meses del año un total de 692 concursos, la cifra más baja desde 2011 y supone una caída del 30,7%. En lo que se refiere a comercio y distribución mayorista y minorista, sigue siendo el segundo sector más relevante por número de concursos (853), pero logra un descenso del 17,6%, aunque todavía está claramente por encima de su promedio habitual.

Por su parte, la hostelería es, de entre los sectores más representativos, el que experimenta una mayor caída, con un retroceso del 48,2%, pero en este caso se debe considerar el hecho de que en febrero de 2013 entraron en concurso en Madrid 162 empresas que en realidad pertenecían a un único conglomerado industrial, lo que afecta a la base estadística.

EL LADRILLO RALENTIZA LA CREACIÓN DE EMPRESAS

En los siete primeros meses del año se dieron de alta 58.826 sociedades mercantiles, un 0,4% menos que en el mismo periodo de 2013. La trayectoria emprendedora está siguiendo este año una evolución irregular que viene determinada principalmente por los malos datos de constructoras e inmobiliarias.

De hecho, entre enero y julio se constituyeron 10.178 empresas constructoras, lo que representa un 9% menos que en el pasado ejercicio. En lo referente al sector inmobiliario, el número de altas fue de 4.086, lo que implica un ajuste interanual del 1,3%.

En cualquier caso, este macrosector continúa siendo extraordinariamente relevante en el tejido empresarial nacional, hasta el punto de que una de cada cuatro empresas dadas de alta en España están vinculadas al ladrillo, según Axesor.