La empresa de recursos humanos Randstad informó ayer de un estudio sobre la migración interprovincial a partir de datos recogidos por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) correspondientes al primer trimestre, desde 2010 hasta 2014 para conocer la movilidad de los trabajadores, y su relación con el acceso al mercado laboral con independencia del contrato que firmen ya que el análisis incluye todos los modelos de contratación. Según el periodo observado, Canarias es la región con la tasa de movilidad más baja de España. La movilidad laboral en la región provocó que entrasen 7.226 trabajadores por los 7.570 que salieron, lo que arroja un saldo negativo superior a los 300 profesionales.

Como regiones más receptoras se posicionan Madrid (37.532), Andalucía (7.531) y Murcia (4.146). Completan esta clasificación País Vasco (2.624), Baleares (1.651) y Navarra (1.492). En el lado opuesto, destacan los datos de Castilla La Mancha, que refleja un saldo negativo de -16.443 profesionales; Castilla y León, -7.469; y Aragón, -6.569.

El informe pone de manifiesto que existen provincias que se consideran receptoras de trabajadores, lo que viene determinado porque entran más trabajadores a desarrollar su actividad en otra provincia de los que salen.

En esta línea, Jaén, con un saldo de 16.939; y Barcelona, 11.935, son las dos provincias, junto a Madrid, que se sitúan por encima de la barrera de los 10.000. A poca distancia se sitúa Huelva, con 9.795.

Por su parte, como provincias más emisoras se posicionan Cádiz, Sevilla, Toledo, Zaragoza y Lleida, todas ellas con una diferencia negativa superior a los 5.000 trabajadores, que emigraron a otras provincias para acceder al empleo.

Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife son las provincias que menor tasa de movilidad registran con un 5,4% y 5,2%, respectivamente.

Asimismo, el informe de Randstad destaca que durante el primer trimestre de 2014 se registró la tasa de movilidad más alta desde 2010, cuando se situó en el 12,48%.