Algo parece estar cambiando en cuanto a ciertos comportamientos sociales de los canarios. Eso, al menos, se desprende de una primera lectura sobre la estadística que contabiliza el número de matrimonios celebrados por las personas residentes en el Archipiélago en el año 2012.

Los resultados que publicaba recientemente el Instituto Canario de Estadística (Istac) destacan por cuanto marcan un punto de inflexión que rompe la progresiva tendencia a la baja que se venía manifestando desde el año 2007.

Esa decisión de renunciar a oficializar la unión en pareja, ya sea mediante un rito religioso o desde la fórmula de un acto civil, se vincula, generalmente, con cuestiones sociológicas y también con causas económicas.

En el primero de los casos, ciertos sectores entienden que no resulta tan importante, de cara a la proyección en el ámbito personal y público, y ni siquiera necesario, mantener tal estatus. Sin embargo, el primer motivo que se considera que marca el rechazo de las parejas sobre asumir un compromiso se relaciona con el coste económico y la complejidad que representa la organización de la boda.

No obstante, el cambio de tendencia que se observa en 2012 puede vincularse, con cautela, al optimismo que la incipiente recuperación económica provoca en algunas parejas o también en la utilidad práctica que supone en materia de fiscalidad regularizar un estado de hecho y la consecución de determinados derechos.

Canarias figura entre las comunidades con menor número de bodas, si bien de un tiempo a esta parte las Islas se venden como escenarios exóticos para la celebración de ceremonias, sobre todo en ambientes de famosos.

Con todo, la estadística contabiliza que durante el año 2012 se celebraron en las Islas un total de 5.899 matrimonios, lo que representa un 4,7 % más respecto a los números de 2011.

Por islas, destaca el crecimiento que han experimentado las uniones registradas en Gran Canaria, con un incremento del 13,3%, si bien Tenerife lidera los números absolutos con 2.529 bodas.

Además de los enlaces entre parejas de distinto sexo, en 2012 se certificaron 220 uniones entre personas del mismo sexo, un crecimiento del 8,4% con respecto al año anterior.

La edad media de los contrayentes es otro de los parámetros que ha ido en aumento. De aquel perfil de hombre de 29 años y mujer de 27 que encajaba en la pareja tipo de 1996, se ha pasado a un modelo que en 2012 dibuja a un hombre de 38 años y una mujer que alcanza los 35 y medio.

La diferencia de edad entre los miembros de la pareja es una de las variables que se han mantenido más o menos estable, con una distancia entre 2,5 y 3 años.

Asimismo, las ceremonias civiles se imponen a los ritos religiosos de manera evidente, como los enlaces entre personas de diferente sexo sobre las del mismo sexo.

La estadística descubre que septiembre es el mes preferido por los canarios para celebrar sus uniones matrimoniales y, por el contrario, agosto es la opción menos atractiva.

El número de matrimonios registrados en el Archipiélago a lo largo de 2012, que representa un incremento del 4,7% sobre 2011 y la inversión de la tendencia a la baja que se mantenía constante desde 2007

Edad media de los hombres que contrajeron matrimonio en 2012. Para el caso de las mujeres, este valor se sitúa en los 34,8 años. En cualquier caso, la media aumenta progresivamente año tras año

Los actos donde la unión tuvo lugar entre personas del mismo sexo. En este parámetro se oberva un incremento respecto a 2011, si bien porcentualmente sobre el global sigue siendo testimonial.