Nos lo temíamos y se ha confirmado. Un 36% de los conductores testados por la Guardia Civil de Tráfico en controles rutinarios dan positivo en drogas. El dato es descorazonador, sobre todo en los conductores más jóvenes, aunque también asustan los números de los talluditos.

España es un país en el que la gente se emborracha y se droga y luego coge el coche, en un ejercicio de grave irresponsabilidad. Cada vez más se endurecen las leyes, pero esa labor disuasoria no logra buenos resultados. Es más fuerte la adicción que el miedo a ser detenidos, privados del carné de conducir y obligados a realizar trabajos comunitarios y otros castigos.

Es peligroso salir a la carretera y cruzarse con un 36% de conductores adictos a las drogas o consumidores ocasionales de estupefacientes. Esto convierte a las vías en trampas mortales. Los datos están a la cabeza de Europa, no tenemos remedio.

Pero hay más. Un 50% de los conductores implicados en accidentes han dado positivo en drogas, lo cual eleva la extrañeza de los responsables de Tráfico. Su directora general, María Seguí, ha mostrado su preocupación por este asunto.

Sin embargo, los conductores con tasas de alcoholemia superiores a la permitida en los controles rutinarios de la Guardia Civil no llegan al 2%, una cifra que será muy difícil de bajar porque ya de por sí es bastante aceptable.

La carretera es algo muy serio y a veces no nos la tomamos así. Cualquier elemento perturbador -drogas, alcohol, teléfonos móviles, cigarrillos- puede provocar una catástrofe en vías secundarias o en autopistas, donde se conduce a 120 kilómetros por hora y se reduce mucho la capacidad de reacción del conductor.

Cuánto más peligrosos no son los efectos de las drogas, que alteran la capacidad física y mental de quienes conducen vehículos. Los porcentajes antes aludidos me parecen realmente graves y es preciso bajarlos al precio que sea.

Estamos ante unos datos, repito, muy preocupantes. La DGT prepara nuevas medidas para combatirlos, aunque todavía no sabemos cuáles. Y probablemente se endurecerán más las sanciones para las personas que conduzcan bajo la acción de sustancias estupefacientes, legión en toda España.

i siquiera las consecuencias penales a las que se enfrentan los conductores con drogas en su cuerpo que se vean involucrados en accidentes ha bajado este terrible porcentaje. De todos los accidentados, un 50% había consumido sustancias prohibidas. Una proporción que no invita precisamente al optimismo sino a todo lo contrario.

Vamos a ver esas medidas que anunciará pronto Tráfico para intentar evitar esta irresponsabilidad manifiesta de un número elevado de conductores.