Todos los días a todas las horas, menos cuando duermo, siento como si me clavaran un hierro candente en el glúteo. Así define José Socas, un tinerfeño de 75 años, el intenso dolor que sufre desde hace algo más de un año y para el que la sanidad pública, de momento, no da más solución que la ingesta diaria de opiáceos hasta que pueda ser atendido en la Unidad del Dolor del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria, donde aún ni siquiera tiene cita, aunque los trabajadores del servicio ya le han informado de que difícilmente será atendido antes del verano de 2016.

Los problemas en la espalda comenzaron el 23 de agosto de 2013, cuando José fue operado en la espalda (una laminectomía), porque tenía una hernia.

Desde que le dieron el alta tenía mucha debilidad en las piernas y el especialista le aseguró que seguramente sería por algún pinzamiento en los nervios, pero que se le arreglaría, algo que no sucedió. De hecho, pronto empezó a tener unos fuertes dolores lumbares a la altura del glúteo derecho y el muslos.

"Cuando el médico me dio el alta me dijo que ya no me podían volver a tocar la espalda porque tenía una artrosis muy fuerte y que la única solución era acudir a la Unidad del Dolor", detalla.

Efectivamente, su doctora de cabecera le derivó a la Unidad del Dolor y empezó a mandar un tratamiento para tratar de remitir los dolores, que es un opiáceo.

"Al principio tomaba una pastilla por la mañana, pero ahora necesito dos por la mañana y dos por la tarde. Me alivian un poco, pero el dolor no me desaparece y hay días que no puedo estar ni de pie ni sentando. Es una auténtica tortura", explica.

José detalla que fue a la Unidad del Dolor y le dijeron que le iban a poner en la lista de espera para hacerle una radiofrecuencia facetalumbar. "Esto fue el 18 de febrero de 2014, pero llegó el mes de junio y aún no tenía una cita, así que llamé para preguntar y me dijeron que estaban aún tratando casos del año 2012 y que calculaban que me tocaría en verano de 2016", relata José.

Este punto ha podido ser confirmado en el propio servicio por este periódico, ya que los propios trabajadores de la Unidad del Dolor se quejan del poco tiempo que se les destina a sus operaciones en los quirófanos, hasta el punto de que aseguran que a veces solo se les conceden dos tardes al mes.

"En vista de esto regresé a mi médico de cabecera, que no daba crédito, y lo que hizo fue darme una cita urgente con el neurocirujano para que él me viera cómo estoy y le diera prioridad a mi caso con su informe. En la solicitud de cita aporté incluso una resonancia magnética para ganar todo el tiempo posible, pero cuál fue mi sorpresa cuando me dieron cita para 8 de abril de 2015", subraya el paciente.

José se pregunta: "¿Qué pretenden que haga durante todo este tiempo? La única solución que me dan es que me infle a analgésicos, porque no tengo otro tratamiento, y eso tampoco me funciona, solo me alivia un poco y, mientras tanto, no puedo ir a ver a mis hijos y a mis nietos, porque viven en el sur y el trayecto es demasiado largo para mí y, además, apenas puedo caminar ni subir escaleras ni nada...", se queja, antes de "suplicar" que "los responsables sanitarios le den más horas de quirófano a este servicio, porque detrás de la lista de espera estamos docenas, puede que cientos, de personas sufriendo muchísimo".

La Candelaria: los casos urgentes se atienden

El Hospital Nuestra Señora de Candelaria no puede informar sobre casos particulares porque se vulneraría el derecho a la intimidad de los pacientes, pero preguntado sobre el tiempo de espera para una radiofrecuencia facetalumbar y una consulta urgente de neurocirugía detalla literalmente que la primera es una técnica más de cuantas se efectúan en la Unidad del Dolor, departamento que se encarga de priorizar aquellos casos considerados de mayor urgencia o gravedad entre la demanda existente.

Respecto a neurocirugía,

todas las consultas solicitadas con carácter urgente son valoradas individualmente por el neurocirujano quien, en función de la probable patología y su gravedad, establece la prioridad de la cita. Además, todos los casos urgentes son atendidos con carácter inmediato en el servicio de Urgencias del CEAU de Arona o en el propio hospital.

"Faltan quirófanos para realizar la técnica prescrita"

Desesperado por la falta de respuestas ante la posibilidad de que tenga que aguantar los fuertes dolores que sufre hasta verano de 2016, José Socas interpuso una reclamación el pasado 1 de agosto en el Hospital Nuestra Señora de Canarias. Para su sorpresa la respuesta la recibió esta misma semana y viene rubricada por un responsable de la Unidad del Dolor en los siguientes términos: "En contesta a su reclamación he de informarle de que la presión asistencial y la falta de quirófanos suficientes para la técnica quirúrgica que se le he prescrito (y que precisa de control radiológico), es el motivo de la demora en su atención. Existe una lista de espera que hay que seguir en riguroso orden. No obstante, estaremos encantados de avisarle con la mayor prontitud posible si existe alguna baja y nos es posible adelantarle su cita".

La respuesta a la firma casualmente es del mismo doctor que le comunicó que la lista de espera era considerable y que debería esperar, puesto que para su dolor no hay otra alternativa posible salvo una radiofrecuencia facetalumbar.