Hace tres meses que la Universidad de La Laguna (ULL) tiene una nueva estructura: ha pasado de 23 centros a nueve -siete facultades y dos escuelas superiores técnicas, además de una escuela de doctorado- y ha introducido también un considerable recorte en su número de departamentos (de 64 a 40). Sin embargo, la medida -adoptada con la finalidad principal de ahorrar en altos cargos, pero también para reducir ineficiencias y duplicidades- aún no ha entrado en vigor plenamente. Para que así sea, es necesario que se completen varios procesos paralelos que no concluirán, previsiblemente, hasta finales de este año o comienzos del próximo.

La reestructuración de la ULL no solo consiste en el cambio de denominación de los centros y en la disminución del número de cargos académicos. También tendrá efecto sobre la actividad administrativa de la institución, un proceso que entraña una cierta complejidad y da lugar a varias pregunta. Por ejemplo: ¿a dónde deberán dirigirse los estudiantes para realizar sus trámites?

"Cada centro tendrá una secretaría, salvo los que están muy descentralizados", explica el rector de la ULL, Eduardo Doménech. Obligar a los alumnos de Psicología o Farmacia a dirigirse a Medicina -todas estas titulaciones son secciones de la Facultad de Ciencias de la Salud- para formalizar sus inscripciones o pedir una anulación de matrícula sería ocasionarles un importante trastorno. Para evitarlo, las primeras contarán con una "minisecretaría" -en palabras de Doménech-, al igual que la sección de Náutica, ahora encuadrada en la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería.

Pero todo esto solo será posible cuando la nueva relación de puestos de trabajo del personal de administración y servicios (PAS) sea aprobada por el Consejo de Gobierno de Canarias, algo que el rector espera que se produzca hacia diciembre o enero. Una vez que este trámite se lleve a cabo, los trabajadores podrán dirigirse a sus nuevos destinos.

También deben rematarse las obras que se están acometiendo en algunas dependencias administrativas con el fin de acondicionarlas, adaptarlas a la nueva estructura y permitirles recibir a nuevo personal. Estos trabajos, avanza Eduardo Doménech, estarán terminados en octubre.

Otro de los trámites aún en marcha es la elaboración de los reglamentos de siete centros -Derecho y Educación quedan excluidos, al no experimentar fusión alguna a causa de su gran tamaño-, una labor encomendada a los decanos y directores provisionales designados por Doménech en junio. La previsión del rector es que esta normativa esté finalizada entre octubre y noviembre -no todos van al mismo ritmo-, de forma que en los dos últimos meses del año puedan convocarse las elecciones de las que saldrán los equipos directivos de las facultades y escuelas.

Como los cambios no serán efectivos hasta comienzos de 2015, tampoco hasta entonces empezará a notarse "en su totalidad" el ahorro que busca el grupo de gobierno -resultante de la eliminación de cargos académicos y de la reducción del propio equipo de dirección- y que Doménech cifra en 400.000 euros anuales.

Hasta la reforma de su estructura, la ULL era la octava universidad del país en número de centros y la undécima en número de departamentos, según datos del Ministerio de Educación.

las claves

  • Secretarías. La mayoría de centros contará con una única secretaría, excepto los muy descentralizados, como Ciencias de la Salud o la Escuela Politécnica de Ingeniería.
  • Personal administrativo. La redistribución del personal de administración y servicios debe esperar a que el Gobierno apruebe la nueva relación de puestos de trabajo.
  • Obras. La reestructuración de la administración ha obligado a acometer obras en algunas dependencias, que aún están en marcha.
  • Decanos y directores. Tras la elaboración de los reglamentos de los centros se elegirá a los nuevos decanos y directores.