Rivero abandona y Clavijo se impone

El Consejo Político Nacional (CPN) de Coalición Canaria (CC) ayer optó por Fernando Clavijo para que encabece la lista electoral del partido a la Presidencia en los comicios de mayo de 2015. Los 91 miembros del órgano solo tuvieron que votar dos veces -podrían haber sido hasta tres-. En la primera, el líder del partido y presidente del Gobierno autónomo, Paulino Rivero, salió derrotado por 40 votos frente a los 45 del alcalde lagunero -hubo seis abstenciones-. Y sin haber dado pista alguna de lo que iba a hacer, Rivero anunció de pronto, tras conocer ese primer resultado, que dejaba la contienda. Fue necesario celebrar una segunda votación porque los estatutos del partido exigen que el ganador obtenga, al menos, tres quintas partes de respaldo del CPN -55 votos-, y en la segunda se impuso por 66 a favor, 22 abstenciones y tres nulos.

El gesto de Rivero, que luego explicó él mismo en clave de evitar tensiones adicionales dentro del partido, fue una sorpresa incluso entre los suyos. Clavijo había lanzado el reto de pactar antes de medir sus fuerzas en el CPN que el candidato que ganara, si lo conseguía por una diferencia clara aunque inferior a los tres quintos exigidos, contara con la retirada del otro. Rivero nunca lo asumió. Ni siquiera ayer, cuando se lo plantearon de forma expresa durante la reunión antes de votar.

Por eso mismo, Clavijo no se cansó de agradecer al presidente que hiciera ese gesto de "generosidad". Y también porque entre buena parte de la militancia había la incómoda sensación de que se había llegado demasiado lejos sin un acuerdo entre ambos oponentes, lo que podría trasmitir la sensación de división y debilidad de cara a la ciudadanía. De hecho, el auditorio, que no daba crédito a lo que oía, rompió a aplaudir a Rivero y le dio una ovación de pie en muestra de agradecimiento.

Antes de las votaciones, ambos candidatos se habían dirigido a los miembros del CPN para recordarles, por última vez, por qué debían ser elegidos como candidatos. Rivero insistió, como había hecho muchas otras veces, en sus logros de gestión al frente del Gobierno, sus planes para 2020 y su preocupación por crear empleo.

Clavijo, por su parte, habló de proyectos. Reconoció que si bien no había destacado en nada en particular por sí solo, sí había sido capaz de montar equipos efectivos, algo que premiaron los suyos.

Pero con lo que de verdad se metió en el bolsillo a los indecisos fue con su postura sobre las prospecciones, un tema polémico ya que el año pasado expresó que, bajo condiciones, se podría estudiar el tema, mientras que Rivero lo rechazaba sin concesiones.

Anoche, en cambio, ante una pregunta del presidente insular de Lanzarote, Pedro San Ginés, Clavijo aseveró sin dudar que "si hay petróleo, no hay pacto", descartando así la posibilidad una alianza con el PP -al menos mientras ese partido mantenga la defensa de las prospecciones-.

La votación tuvo lugar a continuación y esos seis votos de abstención que se dieron en la primera vuelta explican, en buena medida, el desenlace final de la noche. "Se equivocaron esos seis, que con seguridad, demoraron su verdadero sentir para la segunda oportunidad", opinó un participante del CPN.

Lo cierto es que Rivero no quiso arriesgarse a averiguar cuál era la preferencia de esos abstencionistas, "que lo decidieron todo sin darse cuenta". Entre una retirada limpia y por escaso margen y la posibilidad de acumular hasta dos derrotas más, el líder de CC optó por abandonar.

Ambos candidatos sabían que pese a que los consejos insulares celebrados los días anteriores "sugerían" en qué sentido deberían votar los miembros del CPN de cada isla, al ser el voto secreto se iban a producir divisiones. El ajustado resultado así lo confirma.

De hecho, explican fuentes del partido, ese fue el motivo por el que la urna de votación se emplazó muy alejada de la vista de todos con una cortina que aseguraba total privacidad. "Se acudió a votar bajo presión", justifica.

Otro asistente remarca que justo porque el voto es "libre y en conciencia" cabía esperar cualquier escenario, incluido el que se dio, que era de los menos probables.

Clavijo se apresuró a asegurar que no hay divisiones en el partido tras este proceso, que las abstenciones y votos nulos ya son cosa del pasado y que cuenta con todos, incluso con Rivero -que aclaró que seguiría presidiendo CC hasta el final de su mandato, en un año, a menos que la organización decidiera otra cosa-, a fin de impulsar la candidatura nacionalista para 2015.

"Hay un borrón y cuenta nueva", insistió en relación a los del bando de Rivero con evidente alegría arropado por los suyos. Pero no todos le creyeron. "Él y los suyos están ahora borrachos de triunfo y en el partido preocupa que puedan empezar a rodar cabezas por haber apoyado al candidato equivocado: han sido muy duros con Paulino y los suyos", expresa con recelo un miembro del CPN.

"Su primer gran reto será demostrar que es verdad lo de la integración de todos porque las elecciones están encima y él solo no será capaz de sacar adelante esto", añadió antes de rematar que el futuro del PNC, que los de Clavijo habían intentado evitar que participaran ayer -se daba por descontado que apoyaban a Rivero- tampoco está claro. "Ahora pueden pedir revisar su integración en CC, un debate que no conviene a pocos meses de una contienda electoral". Además, remarcaron tras escuchas a Clavijo anoche, "insiste mucho en la renovación, pero no será posible sin los históricos, ahí deben estar todos".

Clavijo no quiso adelantar su estrategia electoral para evitar otra sangría de votos como la que tuvo CC en las últimas elecciones europeas. "La situación política no es fácil", admitió antes de anunciar una reunión extraordinaria del Comité Permanente para definir el futuro. "Llevamos 22 años gobernando y hay que cambiar", expresó al posponer para la conferencia del 18 de octubre la decisión al respecto.

Pese a las muchas críticas y problemas que los suyos expresaron durante el proceso en clave insularista, Clavijo da por superado ese asunto. "Vamos todos juntos".