Con una producción en torno a las 370.000 toneladas de plátano anuales y una superficie de cultivo de 9.100 hectáreas repartidas en un total de seis islas, el cultivo de plátano se sitúa a la cabeza en producción agrícola en Canarias.

Además, según los estudios realizados por la Universidad de La Laguna, este liderazgo se hace extensivo al valor agrícola, teniendo en cuenta que tanto el proceso de cultivo del plátano como el de empaquetado concentran la mayor contribución al valor de la producción final agrícola en el Archipiélago, superando los 282 millones de euros.

Las 370.000 toneladas anuales de plátano producidas se reparten de forma diferente por islas. La que cuenta con mayor peso es Tenerife, con casi un 42% de la producción, seguido por La Palma, con el 34%, y Gran Canaria, con el 22%. La Gomera, El Hierro y Lanzarote representan en torno al 2%.

Una de las peculiaridades de este cultivo es que la mayor parte de la superficie utilizada, concretamente el 82%, se concentra en pequeñas explotaciones que cuentan con menos de una hectárea. Esto hace que las labores de mecanización del cultivo sean muy difíciles, lo que a su vez repercute en un incremento de los costes de producción.

Otra de las grandes bazas del sector platanero se centra en que es el que crea más empleo directo a tiempo completo durante todo el año, pese a tratarse de un cultivo menos intensivo en mano de obra que otros dirigidos a la exportación. En estos momentos, se contabilizan 12.000 empleos anuales a tiempo completo, una actividad que les convierte en referente, ya que no puede compararse con ningún otro subsector agrícola.

Según los datos aportados por la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan), el proceso de cultivo aglutina las tres quintas partes del total de los costes mientras que las labores de empaquetado copan otra quinta parte. De esta forma, el coste de la mano de obra por hectárea en cultivo y empaquetado de plátano ronda los 16.500 euros por hectárea, con lo que la masa salarial generada por el cultivo de plátano supera los 150 millones de euros anuales tanto de trabajo asalariado como de trabajo propio. En el caso de la comercialización, los costes se sitúan en una décima parte.

Estos resultados junto a su marcado carácter exportador, responsable de que genere un efecto arrastre en otras actividades, en especial en la importación, le convierten en un sector que juega un papel clave en la economía de las Islas.

Al margen del peso de la renta del sector por su propia producción, una de sus bazas más importantes viene de la mano de la influencia que tiene en otros sectores y que van desde el agua de riego, a los transportes en origen, la industria del cartón, el mantenimiento de instalaciones, las fábricas de pallets, las importaciones de maquinaria, abonos, plaguicidas, plásticos o combustibles, con un valor añadido por este efecto adicional próximo a los 130 millones de euros anuales.

La estructura de costes de cultivo, empaquetado y comercialización permiten vislumbrar también los efectos de arrastre sobre empresas que participan en el suministro de insumos del proceso productivo o que realizan la comercialización de la fruta y en el coste de las importaciones de productos comercializados en contenedores refrigerados desde la Península.