Hace unos días Greenpeace presentó un recurso de alzada en el Ministerio de Industria por las prospecciones petrolíferas en Canarias. Una estrategia con la que la organización ecologista trata de paralizar los sondeos en el archipiélago porque considera que “se han vulnerado derechos, como mínimo de participación ciudadana”. Incluso, asegura que “el promotor, Repsol, claramente en su estudio de impacto ambiental ha minimizado muchísimo aspectos relacionados a las afecciones al medioambiente, a las especies, y otros detalles que a nuestro entender, no se han tenido en cuenta”. Julio Barea, responsable de la campaña en contra de las prospecciones de Greenpeace, afirma que solo ya “con la existencia de un santuario de ballenas en la zona es inviable plantear un proyecto para sacar petróleo en ese lugar”.

La protección del medioambiente en la zona donde se desean llevar a cabo las exploraciones petrolíferas es uno de los principales interrogantes del proyecto. Mientras el Gobierno de España, a través de José Manuel Soria, basa su argumento en que "no existe el más mínimo riesgo medioambiental", Greenpeace lo pone en duda. Barea asevera que los daños que podrían ocasionar los sondeos son difícilmente calculables y se pregunta “cómo se tasa el valor de recuperar una playa, una especie o un animal en peligro de extinción que está dentro de la directiva hábitat”. Es más, añade que en el lugar donde están previstas las prospecciones “hay 19.000 especies censadas tanto de fauna como flora y 5.000 de ellas son endémicas, es decir, que solo viven allí en todo el mundo”.

Otro de los puntos clave que Greenpeace argumenta desde el punto de vista medioambiental para paralizar las exploraciones son los afloramientos de aguas profundas. Barea indica que “solo existen cinco zonas en todo el mundo donde las aguas del fondo suben a la superficie, alimentando y oxigenando los océanos, y uno de ellos se encuentra en el lugar donde están fijados los sondeos”. Por esta razón, el responsable de la organización cree que los sondeos deberían trascender mucho más allá de la política española. Aunque no entra a valorar qué deben hacer los políticos, Julio Barea cree que Canarias ya tiene suficientes recursos como para meterse con las prospecciones petrolíferas. “Podemos decir que el turismo es la actividad cumbre del archipiélago que es como la gallina de los huevos de oro. Ahora no es suficiente y queremos coger la gallina para despiezarla y hacer caldo con ella”, ha agregado.

La organización ecologista considera que cuentan con el respaldo de la sociedad canaria. Aun así, Julio Barea va más allá e insiste en que “el único que está empeñado en que las prospecciones salgan adelante es el Gobierno de la mano del señor Soria”. Es más, pone en duda el interés de Repsol en la zona. Por ello, desde Greenpeace se mantienen firmes en que harán todo lo posible, dentro de la legalidad, y que desde el punto de vista jurídico lo denunciarán en Bruselas.