Estudió Derecho, ha ejercido de abogado laboralista durante muchos años y se ha visto envuelto desde hace 16 en un caso, una acusación y una sentencia social y mediática de culpabilidad que, finalmente, se ha demostrado falsa. Por eso no debe extrañar que Víctor Díaz (CC, antes en Ican), exconsejero regional de Empleo y absuelto ahora por el caso Icfem, que desató durante mucho tiempo maremotos de tinta y ondas, haya cambiado su concepto de la justicia, entienda que mucha gente considere que hay diversos tipos de justicia y que pocas veces se cumple algo fundamental: la presunción de inocencia. Hasta tal punto, que siente empatía o, por lo menos, teme que algunos de los imputados por casos tan sonados como el de los ERE estén sufriendo lo mismo que él. "Por obcecarse tanto con nosotros, lograron que los golfos se escaparan con el dinero", sentencia desde el enojo profundo y el lamento democrático. Muchos, y los medios incluidos, deberían tomar nota.

¿Vivimos en un Estado democrático y de derecho?

Bueno... (larga pausa). Creo que sí, a pesar de todo, aunque hay que reconocer que la administración de Justicia funciona muy mal y se comenten injusticias.

¿Lo suyo lo ha sido?

Sí. Cualquier juicio que se dilata excesivamente es injusto, pero en esta ocasión lo es mucho más porque la pena que se pedía era inhabilitarme para la política y yo ya la había dejado cuando supe que me era imposible dedicarme a ella, en el año 2000. En este tiempo, cumples la pena del reproche social: cada vez que se acercaban elecciones aparecía lo del Icfem, cualquier persona con poca información emitía opiniones de descrédito, vivir esto en el entorno familiar... claro que es injusto. Pero también es muy injusto que los ciudadanos esperen 16 años para conocer si quien gestiona el interés de todos es culpable o no.

¿Cuántas veces ha balbuceado eso de: "No hay derecho"?

Ha habido momentos difíciles, que te afectan por ver cómo afectan a tu entorno. He visto compañeros muy afectados y uno ya ha fallecido sin que viera cómo le absolvían o no tenía reparación. Continuamente, te veías obligado a explicarte y ves crecer a tus hijos así.

¿Merecen reparación económica no solo los absueltos, sino también los familiares?

Lo peor es el caso del que ya ha muerto, pues los demás hemos tenido la satisfacción de la exculpación. He hablado con su hija para hacerla partícipe. Algo más habrá que hacer, pero no se resuelve con dinero. No fue producto del azar: hay responsables.

¿Ha cambiado su concepto de justicia?

En la administración de Justicia hay buenos profesionales e independientes, pero tengo claro que hace falta una profundísima reforma para que no ocurran cosas como esta.

Reforma, pero no en la línea de las tasas de Gallardón.

Por supuesto. Eso es una limitación inaceptable que impide que muchos ciudadanos ejerzan un derecho básico por falta de medios. Es una injusticia, como lo es que mis compañeros hayan tenido que pagar a sus abogados porque la sentencia, pese a absolvernos de todo, no obliga a la parte acusatoria a pagar las costas. En mi caso no, porque me ha defendido Eligio Hernández y decidió no cobrarme por ser compañero de profesión. La reforma es imprescindible por esto y porque no se puede permitir que un juez tarde 15 años en instruir un caso. No creo que haya nadie más investigado en Canarias que nosotros.

Miguel Zerolo dice lo mismo....

Va por ese camino.

¿Qué plazo hubiera sido o es razonable en una instrucción: dos, tres años...?

Sí, son más que suficientes. En nuestro caso, el instructor y el fiscal inicial son los responsables, pues creo que tenían la convicción desde el principio de que no había delito.

Bueno, pero la sentencia sí dice que hubo otros culpables de la pérdida del dinero.

Pero es que eso ya está en el informe de la Audiencia de Cuentas, que señala que pudo haber otros responsables en la justificación de los fondos. Se puso de moda entonces la caza del político y el resultado ha sido, no sé si intencionadamente, que no se ha perseguido a las entidades, empresas... que se apropiaron de un dinero público. Lo que más me ha dolido es que el fiscal haya llevado a declarar en contra de nosotros a personas y organismos a los que nosotros denunciamos ante él mismo, sin que hiciera nada para investigarlo.

¿Y qué les dice a los que siguen preguntándose por el dinero? Por ejemplo, 900 millones de pesetas para rellenar currículos. Y más con la que está cayendo.

Lo que hay que aprender de esto son dos cosas: que los gestores no se quedaron un duro ni repartieron dinero entre nadie y que, si un responsable público dice que un dinero recibido no se ha justificado bien, tanto los medios como los partidos, instituciones y fiscalía estén a la altura. Que no se dediquen a perseguir a los inocentes para dejar escapar a los culpables.

De todos modos, ¿no hubo demasiada falta de control? Seguramente, lo lógico es no entregar subvenciones de antemano y esperar a que las justifiquen bien después.

Eran expedientes ya analizados y hasta el tribunal dice que hicimos lo que debíamos. Incluso, se dijo que habíamos sido lentos en la entrega de las ayudas...

Pero, ¿qué hizo mal, o peor?, ¿de qué se arrepiente?

Lo que me he planteado es mi compromiso político. Por supuesto que sería muy poco inteligente si no pensara que todas las cosas se pueden hacer mejor, pero debemos plantearnos hoy si la Audiencia de Cuentas lo pudo hacer mejor, si el fiscal debió seguir con las denuncias que formulamos, si el juez instructor debió actuar de otra manera.

Y la clave: ¿dónde está o estuvo el dinero?

No hay dudas: se sabe quién no justificó bien los fondos; una parte se recuperó y otra, no.

¿A cuánto asciendo lo no devuelto?

Ni me acuerdo.

Cuando ve lo de los ERE, ¿cree que algunos imputados son también inocentes? ¿Siente empatía por ellos o, por lo menos, se frena en sus juicios previos?

Por lo que dice la prensa, hay diferencias porque parece que ha habido cohecho, pero sí, ahora me identifico más con los imputados. Con mi experiencia, he aprendido a no juzgar con tanta facilidad a nadie porque puede que no sea verdad lo que se dice.

Aun así, comprende el malestar ciudadano por lo que ocurre con la corrupción.

Por supuesto, la corrupción es inaceptable. Por eso es clave que los procedimientos tengan plazos cortos para que haya justicia para imputados, por si son inocentes, y ciudadanos.

¿Un imputado, por serlo, debe dejar su cargo público?

Respondo con lo que yo hice: marcharme, al creer que no era posible seguir en mi cargo.

Ya, pero, si se está seguro de la inocencia, ¿no se debe luchar?

Lo que ocurre es que mi compromiso político me lo planteé como una vocación de servicio público. Yo vivía de la abogacía, la política nunca la concebí para vivir. Si crees que no puedes seguir porque la gente piensa que hubo algo, aunque no sea verdad, es mejor irse.

Muchos creen que eso no es justo.

Sí, y yo me planteé otras cosas si los plazos eran cortos y se archivaba; caben mecanismos como la suspensión de funciones durante un tiempo, pero la gente no acepta solo que se sea inocente, sino que parezca que se es. Por eso dejé mi cargo. Los partidos deberían aceptar que la mera sospecha, los indicios o una imputación impiden ejercer un cargo.

¿Le ha fallado mucha gente en este tiempo?

No me han fallado la familia ni los amigos.

¿Nadie? ¿Ni siquiera sospechas?

De ese ámbito, nadie. He tenido esa fortuna: nadie me ha decepcionado, quizás porque me conocen y tenían la certeza de que no era verdad. Lo que me resultaba inaceptable y complicado era explicarles por qué estaba ahí...

¿Le llegó a superar la situación?

Totalmente. Las acusaciones, si las lees, te asustan. Se hablaba de una especie de conspiración en la que un montón de gente se ponía de acuerdo para entregar subvenciones saltándose la ley... Daba miedo. Dos meses antes del juicio, me aislé para examinar y ayudar a mi abogado, intentando acordarme de muchas cosas que me costaba recordar por el paso de tanto tiempo. Fue cuando empezamos a comprobar los errores en los escritos de acusación, cosas que no eran ciertas y, desde que pude explicarme en el juicio, comenzó a desmontarse toda la teoría. Lo malo es que mucha gente pensó siempre que, si salen tantas cosas, ''ahí hay algo''. La sospecha siempre está ahí. Y lo entiendo, porque eran miles de millones de pesetas y muchos no pueden creerse que no me quedara con nada.

Bueno, si le coge ahora...

Sería terrible. Lo de los medios resulta abrumador. El responsable del informe de la Audiencia nos dijo que no nos preocupáramos porque no había delito y unas semanas más tarde (año 2000) cambió todo. El presidente del Tribunal de Cuentas votó en contra del informe, pero el miembro del PP y el del PSOE lo convirtieron en un escándalo político.

¿El interés y la coyuntura política fueron claves?

Estoy convencido de que fue una decisión política, no sé si del máximo responsable de PP, pero se cambió de opinión con el mismo informe en la mano.

¿Se sintió ninguneado por su partido? ¿Le falló alguien ahí?

No. Puede extrañar, pero no le pedí nada al partido. Me dije: ¿por qué CC debe verse arrastrada por una persona? Además, conté con su apoyo. Sí me defraudaron las personas de la Audiencia que cambiaron de opinión y montaron este circo político, abogados de la acusación popular que también me dijeron que iba a quedar en nada pero mantuvieron la denuncia o portavoces como Pepe Alcaraz (PSOE), que contribuyó a todo por razones políticas, porque en el plano personal me reconocía que no había delito.

Pero eso es puro cinismo, casi prevaricar.

Sí, ese mundo cínico es el que me ha sorprendido. Comprobé que, en la política, valía todo.

Lo más grave es que el dinero no se ha recuperado.

Eso es culpa de esas personas, pues crearon tal persecución a los que éramos inocentes, se obcecaron tanto con nosotros que lograron que los golfos se escaparan con el dinero.

En su caso, ¿la presunción de inocencia fue inexistente?

Sin duda.

¿Se está cuidando como se debe esa figura? Por ejemplo, y salvando las distancias y los indicios, no se está cumpliendo ni con el supuesto pedófilo y ya lo ha denunciado.

Sí, hay juicios en las televisiones. De todos modos, cumplir el principio de la publicidad de los juicios y, al mismo tiempo, preservar el derecho a la presunción de inocencia es complicado. No sé dónde hay que poner el límite, pero, en esto, la justicia no está siendo eficiente. Hay penas sociales, como las nuestras, que se cumplen antes de ser juzgados y absueltos y, en otros casos, las pruebas de autores de delitos se van distorsionando.

¿Se plantea volver a la política?

No. Para nada.

¿Ni como reposición?

Quizás las mujeres tienen esa capacidad de pasar por algo así y volver, pero yo no. No lo puedo olvidar. Mantengo una actividad política en CC, sigo afiliado y pienso que Canarias necesita un partido así, pero no pienso asumir ninguna responsabilidad pública.

¿Le ha perjudicado mucho profesionalmente? ¿Perdió clientes?

Sí, y no se recuperan, aunque te absuelvan. Es verdad que no es la mayoría.

Defiende a mucha gente trabajadora y humilde, ¿entiende ahora que piensen que hay justicias selectivas, diferentes para ricos y pobres?

Sí, lo he entendido siempre, pero ahora más.

¿Y entiende fenómenos como el de Podemos?

También, recoge un malestar y una decepción con la situación general...

¿Si tuviera 20 años, les votaría?

(Larga pausa). Creo que no, pues no es cuestión de radicalidad. Este movimiento tiene una buena parte de análisis desde la discrepancia. Hay gente con experiencia política que sabe a dónde va, pero también conocen las limitaciones del proyecto; no creo en sus propuestas.

¿Los ve pactando con IU, incluso con el PSOE?

Lo veo difícil porque su razón de ser, en parte, es convertirse en fundamentalistas, lo que me da un poco de temor, pues, tanto desde la izquierda como desde la derecha, surgen a veces movimientos esencialistas, existencialistas que se convierten fácilmente en algo radical. Construir es muy difícil; destruir, muy fácil.

¿Sigue siendo de izquierdas?

Sí.

¿Y qué es eso hoy?

Estar al lado de los sectores más débiles.

Muchos liberales y conservadores dirían que eso es un topicazo y que ellos lo hacen creando empleo.

Crear empleo ha de ser una actividad básicamente privada, pero las concepciones neoliberales y conservadoras, y a las pruebas me remito, solo han servido para hacer públicas las pérdidas y privados los beneficios.

Como laboralista ¿esta es la peor situación que ha habido para el trabajador español?

Sí, lo más desastroso es el desmantelamiento de la negociación colectiva. A una parte de las relaciones laborales se les ha atado las dos manos. La reforma laboral solo ha debilitado a los sindicatos, fortalecido el poder de los empresarios y ha metido el miedo en el trabajador.

¿Cree reversible esa reforma?

Lo importante no es un despido a 20 o 33 días, sino la negociación colectiva para reequilibrar el derecho al trabajo. Los conservadores han debilitado ese equilibrio.

La CEOE cree que la reforma es insuficiente...

Porque son insaciables.

¿Es CC progresista?

Hay diferentes corrientes, desde liberales a socialdemócratas, pero sí se ha incorporado un pensamiento progresista mayoritario. De todos modos, hay un error frecuente: atribuir a los de ATI una posición de derechas. Para mí, Hermoso fue siempre un socialdemócrata...

De hecho, fue a mítines del PSP de Tierno Galván en los 70, pero ¿y la construcción? ¿Su visión del desarrollo casaba con ICAN?

Pero la clave de CC fue constatar que Canarias no podía progresar sin una voz común para hacerla valer en España y Europa...

¿Cree en el soberanismo?

Nunca le he puesto puertas al campo. Hay que mejorar el encaje de Canarias en el Estado.

¿Cómo ve lo de Cataluña?

Entiendo que el Estado diga que una parte no se puede desgajar por su cuenta, pero también el deseo del pueblo catalán de decidir su futuro...

¿Y ve factible una consulta así en Canarias?

Tenemos más razones, aunque queda mucho trabajo para crear ese sentimiento.

Su apuesta por Fernando Clavijo

Díaz tiene claro que lo mejor de su vida ha sido su familia, pero, sobre todo, su mujer. De los momentos más tristes, enseguida evoca la muerte de su madre. Aunque reticente a profundizar mucho en la política actual y, de hecho, hasta esquiva la pregunta sobre las opciones de su hermano (José Alberto Díaz, edil de Seguridad) para ser candidato de CC y alcalde de La Laguna, sí subraya que su partido debía apostar por un cambio que, a su juicio, representa perfectamente Fernando Clavijo, "sobre todo por su capacidad de gestión y para crear equipos, así como por su conciencia social. Y eso se lo he dicho a Paulino, con el que me llevo bien". Pese a los resultados de las Europeas, cree que CC seguirá siendo clave en las Islas. Apoya una segunda vuelta en las elecciones locales, aunque no en las regionales y nacionales. Respecto a las prospecciones, asegura que es "impresentable que el Gobierno central no reciba al canario". A su juicio, "es una actitud colonial que hace muy difícil un pacto CC-PP". Preguntado por si se sintió cómodo cogobernando con el PP, dice que no hubo grandes problemas porque el proyecto de CC nacía, estaban concentrados en él y, además, era una etapa de vacas gordas. Haciendo balance, considera que el mejor presidente regional fue Hermoso por su "generosidad" al afrontar los retos que tenía Canarias a principios de los 90, crear CC y liderar el proyecto. También lo resalta como alcalde de Santa Cruz, mientras que cree que, en Tenerife, todos los presidentes insulares han contribuido mucho a la Isla. De La Laguna, se queda con el último periodo de Elfidio Alonso y el primero de Ana Oramas, "engrandecido ahora por Clavijo". De los nacionales, resalta la contribución de Suárez a la democracia, "aunque al principio no creía que hiciera lo que hizo", pero considera que la etapa "de más ilusión y transformación social vino con Felipe".