"Siempre lo mismo, este pueblo está harto de promesas y de políticos. San Andrés amanece otra vez destrozado". Era el argumento producto de la indignación de un vecino del pueblo marinero de la capital tinerfeña tras lo ocurrido ayer por la mañana en la desembocadura al mar de los barrancos de El Cercado y Las Huertas como consecuencia de las fuertes lluvias.

"Llovió más o menos igual, con la misma intensidad y el mismo tiempo, sobre una hora, que en la riada del 31 de marzo de 2002. Lo que ha impedido una desgracia mayor es la canalización en la zona de El Regente y El Cercado. Pero abajo ha sido un desastre, San Andrés está otra vez destrozado en la zona del Castillo, donde el agua llegó a metro y medio de altura, y de los restaurantes del final de la avenida Marítima. Nos ha costado horas achicar el agua". Son palabras de Gregorio Reverón, vocal de la asociación de vecinos El Pescador, para valorar lo ocurrido ayer. "Me recordó a otras veces -añadió Goyo-, porque aquí no se trata solo de las avenidas del mar sino de solucionar de una vez el problema de la desembocadura de los barrancos (la clave está ahí) porque estamos cogidos por los dos lados. Eso es lo que pide el pueblo".

"Junto al mamotreto, el agua se desvió y entró al revés. La carretera a la playa de Las Teresitas está llena de tierra y piedras, igual que la TF-124, que lleva a Igueste y ahora (tarde de ayer) están limpiando", afirmó Gregorio Reverón, y poco antes de las siete de la tarde se reabrió.

Hubo un momento de incertidumbre y tensión alrededor de la una y media de la tarde junto al mamotreto, cuando los bomberos dieron la vuelta a un coche volcado y cubierto de agua donde se temía que hubiera gente dentro. No fue así. Otro milagro.