"En el peor momento para la educación hemos registrado los mejores resultados posibles". Con esa rotundidad resumió ayer José Miguel Pérez, consejero regional del área, la mejora general de los indicadores educativos que se ha producido en los últimos años y que, en el caso del abandono escolar temprano, deja a Canarias muy cerca de alcanzar el objetivo fijado por la Unión Europea para el próximo año.

Tras superar a comienzos del siglo el 36% y situarse hace tan solo tres años en el 31,5%, la proporción de jóvenes de entre 18 y 24 años que no estudian y cuentan como mucho con el título de ESO está ahora alrededor del 25% -la más baja desde que hay estadísticas-, una cifra que la Consejería espera que se mantenga al cierre del año y que acerca a las Islas a la meta del 23,2% para 2015.

"No solo no se ha perdido una generación, sino que, desde el punto de vista de la educación, se ha ganado gracias al esfuerzo de toda la comunidad educativa", celebró Pérez minutos antes de presentar en Lanzarote al Consejo Escolar de Canarias la memoria y objetivos del curso.

Los datos de repetición de curso descienden también en todas las etapas y niveles -de forma especial en las escuelas de idiomas, producto de la incorporación de muchos profesionales de la enseñanza que se forman para el aprendizaje integrado de lengua extranjera-, al tiempo que crecen los índices de promoción. Las ratios -número de alumnos por grupo- disminuyen levemente hasta situarse en 20,7 en Infantil y Primaria, 25,1 en ESO, 29,8 en Bachillerato y 14,8 en diversificación.

"Ayer (por el viernes) presentamos por segundo año un incremento del presupuesto, y hay quien ha interpretado que cuanto más suben los recursos peores resultados se obtienen. Esa justificación ideológica queda destrozada con estas cifras", argumentó Pérez.

Con todo, el consejero admitió que indicadores como el abandono pueden volver a empeorar si la situación económica mejora. Para evitarlo no basta con ampliar la oferta -como se ha hecho en estos años-, sino que también es preciso "desincentivar" la contratación de jóvenes que no han concluido su formación.