El riesgo de una fuga de afiliados del principal sindicato de Canarias -por el número-, CCOO, parece ir a más. Mientras UGT pone en marcha una campaña dirigida a los trabajadores del área turística, las partes enfrentadas en CCOO Canarias -los que salieron, liderados por Juan Jesus Arteaga, y los que llegan, de la mano de Fernando Lezcano- se atrincheran en sus posiciones y suben el tono de sus argumentos.

El temor de la pérdida de afiliados viene porque el conflicto que vive el sindicato estos días tiene su origen en la frustrada fusión de la federación de hostelería -en el que la organización es líder en Canarias, con 2.000 afiliados por delante de UGT- y la de banca. Como se recordará, el proceso se interrumpió y dio origen a la suspensión cautelar por la Confederal de cinco dirigentes de CCOO Canarias, que esta última desconoció. Luego, cinco miembros de la ejecutiva renunciaron obligando así a dimitir a Juan Jesús Arteaga.

Tanto los suspendidos de la militancia como los exmiembros de la ejecutiva fieles a Arteaga dejan claro que impugnarán la decisión de la Confederal a título personal, pero si el Comité de Garantías no les da la razón, están dispuestos a ir a la Justicia ordinaria. "No es lo que queremos, sino el diálogo, pero no nos van a callar", alertan.

De hecho, están preparando una asamblea de delegados tanto para "explicar" sus argumentos como para que la Dirección Provisional vea que todavía pueden movilizar a los afiliados.

Lezcano ya adelantó que, si bien la decisión final dependerá del Comité de Garantías, cree que los recursos no prosperarán ya que las suspensiones -que acabarán en expulsiones- obedecen a la aplicación de los estatutos de CCOO, lo que Arteaga desmiente.

Aunque los dirigentes salientes admiten de que el conflicto aparta al sindicato de los asuntos de actualidad -como los sondeos o los presupuestos-, aclaran que aún van a las reuniones de la Concertación Social "con normalidad y hasta que se nos diga lo contrario".

En medio de los tambores, surge un tercer bloque -"creciente"- que intenta el diálogo "in extremis". Con presencia de las federaciones de Educación y Sanidad -y de algunas territoriales-, alerta del peligro de perder afiliados y recuerda a la Dirección Provincial que el diálogo "también se tiene que aplicar aquí dentro".