El consumo de alcohol entre los jóvenes sigue el alza y preocupa a las autoridades sanitarias de las Islas, que intensificarán los proyectos y recursos de atención el próximo año. Así se desprende de los datos aportados por la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias, adscrita a la Consejería de Sanidad, y publicados esta misma semana en el Boletín Oficial del Parlamento en los que se confirma que uno de cada tres menores de entre 14 y 18 años se emborracha una vez al mes.

En concreto, la Consejería de Sanidad recuerda que la tendencia en el consumo de alcohol presenta un repunte, puesto que el 81,9% de los jóvenes reconoce haber consumido alcohol durante el último año y el 74% en el último mes. Es decir que, pese a la tendencia global ascendente en los estados de embriaguez, el porcentaje se mantiene estable, pero en niveles que pueden considerarse como altos, puesto que tres de cada diez jóvenes se ha emborrachado en el último mes.

Así, más de la mitad de los jóvenes de 16 años de Canarias admite haber estado en estado de embriague en el último mes, registrándose un aumento de la frecuencia en el consumo de bebida entre las personas de esta edad.

Como dato relevante, cabe destacar que entre los 14 y los 16 años el porcentaje que bebe hasta la embriaguez es mayor que el de los chicos y que es una tendencia que se agudiza año tras año de forma sensible.

En cuanto al "big drinking", es decir, el consumo intenso y en un corto espacio de tiempo (en concreto más de cinco copas en dos horas), la mitad de los jóvenes de 17 años lo ha practicado en el último mes, quedando de nuevo en evidencia otro aumento de este patrón de consumo con la edad y repitiéndose un mayor consumo de este tipo en chicas de 14 y 15 años.

Se trata de una tendencia que preocupa a los expertos, puesto que en determinados países (sobre todo los del norte de Europa) se ha convertido en una moda seguida por miles de adolescentes cada fin de semana y que se perpetúa con el denominado turismo de fiesta y alcohol.

Según la última encuesta Estudes, realizada dentro del Plan Nacional de Drogas, el 62% de los jóvenes españoles han hecho botellón en el último año, tendencia que aumenta con la edad hasta alcanzar el 80% de los de 18 años.

Aunque lo que también preocupa es que son más habituales los consumos intensos entre los que hacen botellón que entre los que no lo hacen, y en este tipo de ambientes también es habitual el primer contacto con otras sustancias como cannabis o cocaína.

Rebeldía y falta de límites de los padres

Que la edad de inicio de consumo de alcohol se sitúa en la adolescencia no sorprende a nadie, pero sí el botellón y los comas etílicos en jóvenes que aún ni siquiera son mayores de edad. Para la experta de Cáritas Roseta Monasterio, responsable del programa Drago, las claves de este comportamiento entre la juventud radican en tres factores: la presión que ejerce el grupo, la necesidad de aislarse de los problemas familiares y una mala adaptación escolar y social. "Los adolescentes son rebeldes de por sí. Necesitan transgredir e ir contra las normas e ignorar el riesgo que asumen", detalla. Preguntada por qué las chicas beben cada vez más, Reneta lo atribuye a "las inseguridades y la falta de autoestima que hacen que quieran mostrarse desinhibidas". No obstante, la preocupación es otra. "Antes se bebía como diversión. Era un concepto equivocado, pero es que ahora se bebe exclusivamente buscando la borrachera", detalla Reneta antes de insistir en que "lo que falla es el trabajo en valores y que los padres sepan poner límites a sus hijos".