La recuperación el pasado año del protocolo de supervisión de centros educativos ya generó un claro rechazo de los sindicatos docentes, una oposición que ha vuelto a manifestarse este año ante una nueva edición de esta iniciativa.

El STEC-IC acusó ayer a la Consejería de Educación de "acosar" al profesorado a través del servicio de inspección. A su juicio, las actuaciones de la inspección se están caracterizando por "un ánimo eminentemente fiscalizador", parte de "la desconfianza hacia la labor del conjunto de los docentes" y recarga a estos "aún más con infinidad de exigencias de índole burocrática".

"El protocolo de supervisión está significando un control de la función docente sin precedentes y sin tener en consideración la multiplicidad de aspectos que concurren en la explicación de las altas tasas de fracaso y abandono escolar que sufre en la actualidad el Archipiélago", argumenta la organización sindical.