Los alumnos de la Universidad de La Laguna (ULL) parecen haberse contagiado del creciente interés que la política despierta en la sociedad. La participación de nada menos que ocho candidaturas en las recientes elecciones para renovar a los representantes del sector estudiantil se ha traducido en el Claustro más diverso y plural de los últimos diez años, al menos en el sector del alumnado.

Solo una de las formaciones que concurrieron a los comicios, Educca, se ha quedado finalmente fuera del máximo órgano representativo de la Universidad, en el que estaba presente hasta ahora con 14 claustrales. La irrupción de tres nuevos grupos -Libertad Estudiantil (LE), Movimiento Náutica, Máquinas y Radioelectrónica Naval (MNAU) y Grupo de Estudiantes de Medicina de la Universidad de La Laguna (Gemull)- es el factor que explica la fragmentación que ha experimentado el Claustro y que no solo se refleja en el número de colectivos que forman parte de él -siete frente a las seis del periodo anterior-, sino también en el mayor reparto de claustrales, puesto que ninguna agrupación alcanza los veinte (el total es 75).

Un dato basta para hacerse una idea de lo ocurrido: pese a desbancar a la Asamblea del Movimiento Estudiantil Canario (AMEC), que ostentaba la condición de grupo mayoritario desde 2008, los ganadores, la Asociación Canaria de Estudiantes (ACE), pierden un claustral respecto al proceso electoral de hace dos años. AMEC, por su parte, pierde nueve.

Los portavoces de ambos grupos atribuyen los resultados al incremento de la competencia. "Hemos aguantado el tipo", celebra Gabriel Villegas, de ACE, para quien el número de candidaturas hacía augurar que "el Claustro se diversificara mucho más".

Cuando se pregunta a los dirigentes estudiantiles por la influencia de la ideología en las votaciones, la respuesta es un rotundo no. Villegas recomienda prestar atención a otro factor: los "intereses locales" -en referencia a grupos que, como Gemull, MNAU o incluso IURE, se adscriben a titulaciones concretas- han tenido, a su juicio, un peso muy superior.

"Ha habido más candidaturas y la participación ha estado más repartida", apunta Josafat González, de AMEC, que lamenta la escasa información que reciben los estudiantes sobre las elecciones al Claustro y las funciones del órgano. "Nos tenemos que encargar nosotros mismos de informar porque la Universidad no hace nada", asegura.

La sorpresa de estos comicios ha sido Libertad Estudiantil, una nueva formación que se ha convertido en la tercera del Claustro. "Los grupos tradicionales han obtenido menos votos y nosotros hemos entrado muy bien", celebra su portavoz, Alejandro Sánchez. El dirigente de LE está convencido de que "pocos de los problemas de los alumnos tienen que ver con la ideología", por lo que también rechaza que esta haya influido en los resultados. Lo que sí se propone es "acabar con el enorme caciquismo que existe en la ULL" y tratar de mejorar la calidad de la educación "de la mano del profesorado y no persiguiéndolo".

Pese a esta pequeña revolución en el Claustro, es difícil hablar de efervescencia política en la ULL cuando el índice de participación en las elecciones del pasado 27 de noviembre se situó en el 17,5%, pero también es preciso tener en cuenta que el sector del alumnado es el que suele acudir en menor número a las urnas. Aun así, es el mejor dato de los últimos diez años y se encuentra casi cuatro puntos por encima del que se registró en 2012.