El Gobierno de Canarias se aferra al rechazo de la comunidad científica y de las organizaciones ecologistas a las prospecciones petrolíferas en aguas cercanas a las Islas para oponerse a ellas, pero apoya el proyecto monumental para la montaña de Tindaya, en Fuerteventura, al que también son contrarios los colectivos ambientalistas y numerosos investigadores y académicos.

Esta contradicción fue puesta ayer de manifiesto por el arqueólogo José Farrujia, promotor de la campaña "¡Tindaya no se toca!", a la que por el momento se han adherido alrededor de 60.000 ciudadanos en la plataforma digital Change.org. Farrujia compareció ayer ante los medios de comunicación junto a Wolfredo Wildpret, catedrático de Botánica en la Universidad de La Laguna, y Antonio Tejera, catedrático de Arqueología en la misma institución, ambos Premios Canarias.

La oposición al proyecto ideado por el escultor vasco Eduardo Chillida, ya fallecido, e impulsado por el Ejecutivo regional y el Cabildo majorero, se ha reactivado desde la publicación de la delimitación de la zona arqueológica de Tindaya, que el Gobierno tuvo que corregir después de que el Tribunal Superior de Justicia de Canarias considerase que no incluía el entorno de la montaña. Según Farrujia, el nuevo decreto limita la protección a la cima y deja fuera la zona inferior del domo y la llanura circundante. Esta decisión administrativa abre la puerta a la "compatibilidad con otros usos culturales" y, por lo tanto, con el proyecto escultórico.

"Tanto la ley nacional como la canaria son muy claras: el área de preservación del entorno debe ser toda la montaña", aseguró Tejera, para quien el decreto del Gobierno regional "es recurrible". De hecho, indicó que hay precedentes que hacen pensar que un recurso sería atendido por los tribunales.

Tejera insinuó que detrás de la voluntad de reavivar el proyecto se encuentra el interés por extraer la piedra "de gran belleza" que hay en el interior del monumento natural para emplearla, como ya se ha hecho, en la construcción. Sin embargo, el catedrático en Arqueología no quiso vincular ambas cuestiones e irónicamente comentó que son "solo coincidencias de hechos".

Por su parte, Wolfredo Wildpret relacionó la recuperación del proyecto con la "presión especuladora" para desproteger parte del territorio canario, un 40% del cual cuenta con algún tipo de figura legal de preservación. Tindaya sería, según su punto de vista, un objetivo de intereses económicos mal entendidos, puesto que el patrimonio natural de la montaña es "su principal riqueza".

El portavoz del Gobierno canario, Martín Marrero, calificó ayer de "forzado" vincular el proyecto de la montaña de Tindaya a las prospecciones petrolíferas que Repsol lleva a cabo frente a 50 kilómetros de las costas de Lanzarote y Fuerteventura, indica Efe. "No hay relación ninguna entre el monumento a una montaña y las prospecciones petrolíferas: las podrá vincular quien quiera pero es bastante forzada la relación entre ambas", dijo.

las claves

La campaña de recogida de firmas en Change.org se inició el 17 de noviembre, después de que se publicara la nueva delimitación de la zona arqueológica de Tindaya.

El número de apoyos recabados es "una clara demostración del sentir social", según José Farrujia.

Las firmas serán entregadas tras el concierto solidario que se celebrará el 17 de diciembre en la Facultad de Educación de la ULL.