Propietario de uno de los hoteles más exitosos de Canarias, se muestra muy expectante con la expansión de su grupo a escala local, en Guía de Isora, y fuera, si bien no desvela dónde se implantarán a medio plazo. Francisco Javier Zamorano, presidente de la Compañía de las Islas Occidentales, propietaria del hotel Bahía del Duque (Costa Adeje), tiene claro que el turismo es el presente, pero, sobre todo, el futuro a escala mundial porque seguirá creciendo. Por eso, considera que mecanismos como la moratoria en Canarias, que pudieron tener sentido en su momento, hoy no. "Nunca fui partidario; creo que, aunque con planificación, se debe dejar intervenir a la iniciativa privada en esto".

Crecimiento de un 22% en los últimos 4 años, beneficios multiplicados por 6, reducción de la deuda un 60%... ¿Qué le dice a usted la palabra crisis?

El impacto fuerte, con diferencia, de la crisis en el sector y en nuestro hotel se dio en 2009. Sufrimos una bajada del 30%, pero el rebote del sector ha sido impresionante. En 2010, recuperamos lo perdido en un 80% y, a partir de ahí, cada año fue mejor. En 2011, ya nos colocamos en años precrisis y los posteriores han sido excelentes.

Excelencia que, sin embargo, deriva en críticas a la desproporción entre el creciente número de turistas y el empleo creado. Ustedes han crecido un 15%: ¿es injusta esa censura?

Creo que son críticas injustas. El empleo en el turismo ha subido desde 2009, cuando suponía el 22% del total en Canarias y ahora estamos por encima del 25%, según los datos de Turespaña. Nuestro sector es muy elástico, depende mucho de la demanda. En nuestro caso, siempre hemos mantenido una media alta de empleados, con 1,5 trabajadores por habitación, para un total de 342.

¿Y las críticas a la calidad en el empleo, a la supuesta explotación, sobre todo de camareras de piso...?

Tampoco estoy de acuerdo, aunque es verdad que no sigo lo que ocurre en todos los hoteles. Estoy centrado en lo mío y lo que exigimos es profesionalidad. Al pedir eso, lo que interesa es empleo estable. Para nosotros, lo ideal es que el trabajador esté el mayor tiempo posible en nuestra empresa. La estabilidad en el empleo significa satisfacción en el cliente.

¿La clave del éxito de su grupo y su hotel se debe a la excelencia? Costa Adeje la tiene, pero: ¿en qué destinos turísticos de Canarias echa de menos esa apuesta?

Sí, es verdad. Hay destinos que han apostado por una estrategia más definida y Costa Adeje fue pionera en eso. Así todo, nosotros estamos un poquito solos en lo que a posicionamiento se refiere. Es cierto que hay municipios que han apostado por otros modelos, pero el turismo en Canarias es muy diverso y se necesita esa diversidad.

Sin embargo, ¿no hay una desproporción y debería apostarse por más excelencia?

Sí, pero por una excelencia en todos los posicionamientos. Se puede dar un precio determinado en un tres estrellas y, sin embargo, ser muy eficiente y ofrecer una calidad acorde. Y también en la oferta complementaria, en todo lo que rodea al turismo: taxis, transportes...

¿Tiene Tenerife déficit de hoteles de lujo o al contrario?

Siempre que hay hoteles singulares que se pueden posicionar en un mercado, el turismo está ahí. Los datos de la Organización Mundial del Turismo dicen que, ahora mismo, somos unos 1.100 millones de turistas los que viajamos. Para el año 2020 se prevé 1.400 millones y, en 2030, estaremos en 1.800. Esto quiere decir que, si lo hacemos bien todos, y no solo los hoteleros, si creamos un producto que gane competitividad a otros hoteles y destinos, claro que habrá futuro. ¿De hoteles de lujo? No necesariamente. No estoy de acuerdo con que solo hay nicho para hoteles de cinco estrellas; también lo habrá para uno de tres, o uno temático de cuatro. La iniciativa privada ha de marcar el tipo de producto que se quiere hacer y, a partir de ahí, ser competitivos. Lo que está claro es que el turismo y los viajes van a seguir subiendo.

Está debilitándose un poco el boom de los rusos por la crisis del rublo, pero ¿está Canarias bien preparada para captar nuevos mercados, como el polaco, el turco, otros países del Este, EEUU...?

Creo que sí. Incluso en mercados más cercanos en los que tenemos un déficit, como el francés o el italiano. Se trabaja mucho y bien últimamente. Por ejemplo, en EEUU...

Ahí son ustedes un poco pioneros...

Sí, trabajamos con Virtuoso y Living. El problema de Rusia es que, si hay factores externos, como la depreciación del rublo, no puedes hacer mucho.

¿Les preocupa mucho lo de Rusia, ya que ha ido copando mercado hasta alcanzar el 5% y en el Sur ya se ven carteles de "se vende" solo en ruso?

Es preocupante. Para algunos, es un poco más del 5%. Se trata de un mercado creciente y de mucho gasto, con lo que esta situación preocupa, no en exceso, pero sí por si salpica a otros mercados.

Por el contrario, ¿se siente seguro o se corren riesgos con los tradicionales; el mercado inglés, alemán...? ¿Los tendremos siempre por arraigo?

La competencia, sobre todo con el norte de África, aunque ahora esté más debilitada, es buena. No le tendría miedo. En realidad, Canarias tiene una posición privilegiada...

¿Dónde la situaría a escala mundial?

Somos, sobre todo, un destino competitivo y rentable si se compara, por ejemplo, con el Caribe, por su estacionalidad. El Caribe lo es más en costes, pero no tiene nuestra seguridad ni la cercanía con los mercados europeos.

¿Se puede decir que somos líderes mundiales?

Sí, sin duda.

¿En qué flaqueamos?

En la formación; en educación podemos hacer aún mucho más...

Los idiomas...

Claro. Cuando vamos a contratar, el principal problema que nos encontramos es el dominio de idiomas, no ya de muchos: de inglés.

¿A qué achaca esto, pues vivimos del turismo desde hace 40, 50 años...?

El problema empieza en la educación, en que no se apueste de verdad por el bilingüismo. Esto es básico. Hace unos días, en la Universidad Europea de La Orotava lo hablaba con su director, que es portugués. Resulta que, en Portugal, el bilingüismo es habitual hasta en la televisión. Por eso, hablan el inglés desde niños. Hay multitud de programas: los niños pueden ver dibujos animados en inglés y así les va, pues salen bilingües casi todos los portugueses. Se trata de una cuestión cultural, no solo de la educación en los colegios, sino audiovisual.

Qué falla en Canarias: ¿la administración?

No lo sé, tenemos una televisión autonómica y se podría empezar por ahí; también con la estatal...

Volviendo a su empresa, ¿el hotel que prevén en Guía de Isora se abrirá en 2019?

Ya está el plan parcial y, en principio, todo indica que sí, que lo abriremos en esa fecha, aunque no lo puedo asegurar del todo.

Serán 800 habitaciones: ¿cuántos empleos supondrá?

Me voy a aventurar, pero estará en torno a 500, si se cuenta el campo de golf.

Lo va a hacer Norman Foster... Eso es como fichar a Messi, Ronaldo... ¿Esa es la clave: más excelencia?

Bueno, como con el Bahía, buscamos eso que se llama valor añadido, lo que marca la diferencia.

¿Se sienten a la vanguardia del turismo en España?

Lo intentamos. Siempre hemos procurado aportar cosas novedosas, diferentes, innovadoras y luchar porque el cliente obtenga, dentro de lo que paga, el mayor valor posible.

¿Tienen clientes muy críticos que les han hecho cambiar cosas claves y de forma drástica?

Sí, lo que más recuerdo es lo de fumar...

¿Después de la ley?

Y antes. El problema es que, sí, satisfaces a unos, pero no a los otros. El equilibrio es complicado. En nuestras encuestas, lo que más se resalta es el servicio, el trato dado por el personal. Eso de que, pese a ser un hotel grande y las distintas inversiones, como las villas, es también familiar y cercano. Esto lo tenemos muy arraigado y nos hace sentir muy orgullosos.

¿Qué planes de expansión tienen, más allá de Italia?

Italia fue nuestro primer paso y hemos visitado ya otros destinos desde antes de la crisis, paramos cuando nos afectó más y ahora lo hemos retomado...

Pero, ¿en Europa, otros continentes...?

En todos los continentes. Tenemos claro que hemos de ir primero adonde somos fuertes, pero lo europeos no solo viajan aquí, sino que van al Caribe, Sudáfrica... Estamos manejando el medio plazo para esto, pero no podemos desvelar nada en concreto aún.

¿Canarias llegó tarde al boom de los spa?

No lo sé, pero sí que, hoy en día, si no tienes spá, casi no tienes hotel. Ahora es una obligación. La clave está en lo especial, en dar algo diferente: hay pocos spá al aire libre, que tengan talasoterapia, nosotros sí la tenemos... Tenemos salas separadas para hombres y mujeres, cabañas, espacios muy verdes...

¿El cliente se detiene mucho analizando estos servicios al elegir hotel?

Hay muchos que sí.

Tienen un 6% de nacionales ¿cómo aumentar este mercado?

Antes teníamos una cuota mayor, pero ha crecido mucho el mercado inglés, el alemán, del Benelux. Al nacional le ha costado más porque la crisis ha sido muy fuerte. Este año es el primero en el que ha habido una pequeña recuperación respecto al anterior, pero es un turismo, a su vez, muy de temporadas: de agosto, Semana Santa... El consumo está aún un poco parado y se sigue notando.

Pero, ¿desarrollan estrategias nuevas y concretas para captar más?

Trabajamos en ello, nunca lo hemos descuidado...

¿Turismo de congresos...?

No somos tanto de ese tipo. Sin despreciarlo, pues lo tenemos, pero es una cuota muy baja...

Para algunos ha sido un filón...

Sí, claro, pero te quita por otro lado, pues los precios no son iguales, el resto de clientes no busca eso, no podemos afrontar grupos grandes, por suerte... De todas formas, esperamos que, poco a poco, recuperemos también el turismo nacional.

¿Qué piensa de la moratoria turística: se debe tocar?

Yo nunca fui partidario. No creí en eso. Voy un poco a la contra de todos, pero creo que, aunque hay que planificar, pues no se puede construir donde se quiera y se debe respetar el medio ambiente, pienso que hay que dejar esa iniciativa al empresario.

¿No cree que fue necesaria en su día, con aquel ritmo de construcción, los hoteles ilegales...?

Quizás sí, quizás hubo un momento en que fue necesario, pero resultó que cuando más se construyó fue cuando se instauró, se hicieron miles de camas porque se forzó, se creció sin mucha previsión y, de otra manera, tal vez la oferta hubiera sido mejor. Pero, insisto, creo en la iniciativa privada.

¿La moratoria perjudica a ciudades como Santa Cruz, que está creciendo en cuanto al recibimiento de turistas?

No lo sé. Aquí (la sede de la empresa se sitúa en la capital) hay cada vez más cruceristas, pero eso no lo sé.

¿Derogaría la moratoria?

Sí. Creo en una buena planificación del territorio, pero también en que se debe dejar libertad para construir.

¿Canarias necesitará más hoteles o basta con la reconversión?

Hay que dejar iniciativa para el que crea que existe demanda y le va a ir bien. Es una cuestión de oferta y demanda. ¿Que en un sitio no se pude construir? Bien, pero quizás en otro sí. Lo cierto es que el turismo va a seguir creciendo a escala mundial y, si no hay suficientes hoteles aquí, los turistas se irán a otra parte, por eso no soy partidario de la moratoria. No tiene mucho sentido.

¿Que haya 8 hoteles supuestamente ilegales en Lanzarote lo achaca a la falta de planificación...?

O de control.

¿Qué piensa de la pretendida legalización de la oferta alegal de segundas residencias, apartamentos...?

Es algo complicado. A nosotros no nos afecta directamente, pero entiendo a los que más se ven perjudicados y que pagan sus impuestos, pues es una competencia desleal, alegal o no. Si se normaliza esto, puede que sea mejor a que siga siendo de difícil control, pero entiendo a la otra parte. Por eso digo que es algo muy complejo.

¿Que haya un ministro de Industria canario ha beneficiado o no a las Islas? ¿Habla con él?

Sobre esto, prefiero no decir mucho. Creo que todos los ministros y todos los presidentes quieren lo mejor y hacen lo que pueden para ello. Lo que sí echo en falta, sin posicionarme, es diálogo, interlocución entre el Estado y Canarias.

¿Quién ha sido el presidente regional que más ha hecho por el sector turístico?

Prefiero no mojarme. Como director conozco a los dos últimos...

¿Y consejeros

Me vas a permitir que no me pronuncie.