El Hospital Universitario de Canarias (HUC) ha realizado los dos primeros trasplantes renales de donante vivo con incompatibilidad de los grupos sanguíneos AB0, lo que abre una nueva posibilidad para aquellos pacientes con estas características que no sean subsidiarios de un trasplante renal cruzado.

Una nota del HUC informa de que los pacientes se encuentran en la actualidad en muy buen estado general, tienen una función normal del injerto renal y han superado el llamado "periodo crítico" para rechazar el órgano por la incompatibilidad AB0.

El primero de estos trasplantes se realizó el pasado 25 de noviembre a un paciente de 49 años de edad que llevaba en diálisis once años y recibía su tercer trasplante renal.

El paciente era del grupo sanguíneo B y además tenía anticuerpos contra el 91% de los antígenos HLA, lo que hacía muy difícil obtener un trasplante mientras que su hermana, la donante, era grupo sanguíneo AB pero con el HLA idéntico.

La nota del HUC indica que el segundo caso se llevó a cabo el 9 de diciembre a un paciente de 47 años que estaba pendiente de iniciar diálisis.

Era grupo sanguíneo O y su hermana y donante, que reside en Sevilla, era del grupo A.

Este tipo de trasplante donde donante y receptor tienen grupos sanguíneos incompatibles se lleva a cabo en casos puntuales y entre 2011 y 2013 se han realizado 47 trasplantes de estas características, la mayoría en el Hospital Clinic de Barcelona y en el Complejo Hospitalario Universitario A Coruña.

La nota explica que el rechazo del trasplante que se produce cuando hay incompatibilidad de los grupos sanguíneos ABO, es debido a que en la pared de las pequeñas arterias de los órganos se expresan estos antígenos y en la sangre existen anticuerpos contra los antígenos que son diferentes.

De esta forma, una persona del grupo B expresa el antígeno B y tiene anticuerpos contra el antígeno A, lo contrario ocurre con el grupo B.

El grupo O no expresa antígenos pero tiene anticuerpos contra el antígeno A y el B (por eso puede donar a cualquier grupo pero sólo puede recibir del grupo O), y el grupo AB expresa ambos antígenos.

La nota aclara que el factor Rh no tiene importancia para el trasplante de órganos.

En ambos casos, para evitar este rechazo, a los receptores se les realizó una técnica de "acondicionamiento" consistente el remover los anticuerpos contra los antígenos ABO distintos y asociar una dosis de un medicamento que evita su producción durante semanas.

La nota aclara que hace unos años en estos casos, a los receptores, aparte de remover los anticuerpos se les extirpaba el bazo y recibían una inmunosupresión muy potente, lo que tenía efectos negativos a medio y largo plazo, además de pérdida ocasional del trasplante por rechazo.

Actualmente una vez que los anticuerpos contra los antígenos ABO extraños alcanzan una cifra baja y son trasplantados, requieren un tratamiento inmunosupresor estándar.

Pasadas las tres semanas, llamado periodo crítico, aunque se produzca un aumento de anticuerpos contra los antígenos ABO extraños estos no lesionan el trasplante.

La nota añade que la puesta en marcha y el resultado de esta nueva opción terapéutica ha sido posible gracias a la colaboración de los diferentes profesionales de los servicios del HUC que intervienen habitualmente en el trasplante renal, junto con la colaboración en el día a día del servicio de Hematología en la determinación de los anticuerpos contra los antígenos ABO.