"Cuando en 2007 me presenté como candidato a rector prometí cambio y puedo decir con orgullo que he cumplido mi palabra". El último discurso sobre el estado de la Universidad de La Laguna de Eduardo Doménech tuvo mucho de reivindicación de una gestión que está próxima a llegar a su fin. El rector recurrió a la estadística, con gráficos incluidos, para evaluar el cumplimiento de sus objetivos -un 71,58%- y rebatir preventivamente a quienes duden de la transformación de la ULL porque, aseguró, "niegan lo evidente".

Pero este examen final no iba a resultar tan sencillo para Doménech. La mayoría de los grupos claustrales se mostraron críticos y le reprocharon sobre todo dos aspectos: la falta de esfuerzo para recabar consensos y la tendencia a justificar los puntos débiles de su actuación en los recortes de las administraciones.

El rector explica el "notable más que meritorio" con que califica sus dos mandatos con varios argumentos: el mantenimiento de las plantillas de profesorado e investigadores (PDI) y personal de administración y servicios (PAS) -"somos de las pocas universidades, por no decir la única, que no ha echado a nadie a la calle", dijo-, la mejora de la eficiencia y el ahorro derivados de la fusión de centros y departamentos, la aprobación de la relación de puestos de trabajo del PAS, el crecimiento en servicios tecnológicos, el pacto por el rendimiento y el aprendizaje, el plan estratégico de investigación y el Campus de Excelencia Internacional son algunos de ellos.

En estos ocho años, los equipos de Doménech han tenido que hacer frente a una merma de la financiación de la Comunidad Autónoma de 26,3 millones de euros que ha llevado a la ULL a presentar y ganar una demanda -actualmente en recurso-, así como a insistir, sin éxito, en la necesidad de una ley que asegure la estabilidad económica de las universidades. A esta reducción de ingresos atribuyó el rector la principal responsabilidad de que no se hayan satisfecho algunos objetivos.

Doménech también miró hacia el futuro. Para afrontarlo, afirmó, son necesarias "unidad, convergencia y complicidad" y derribar "los muros que siguen levantados desde los prejuicios, las revanchas pendientes y la incapacidad de dialogar desde la diferencia". A los candidatos a sucederle les advirtió de que "el salto evolutivo que necesita la Universidad no puede ser planteado desde la confrontación entre los vencedores de las elecciones y los que no pudieron ganarlas". Dos de los catedráticos que han expresado su intención de concurrir a los comicios -Olga Alegre y Antonio Martinón- estaban en el Paraninfo en ese momento y el tercero -Juan Ignacio Capafons- se incorporaría poco después.

Terminada la intervención de Doménech comenzó la andanada. El grupo del profesorado Programa aseguró que el estilo de gobierno del rector "no ha propiciado el consenso ni la identificación con la institución", recordó que la ULL ha perdido 5.000 estudiantes y puso en duda que el superávit financiero que presenta la institución pueda sostenerse habida cuenta de que debe ocho millones del IBI y cinco del préstamo de Campus de Excelencia.

La nueva formación mayoritaria entre el alumnado, ACE, consideró "peculiar" el notable que se adjudica el rector y animó a este a "salir del despacho y conocer el verdadero estado de los centros". Por su parte, AMEC -grupo estudiantil objeto de un proceso disciplinario luego anulado por la Justicia- reclamó una Universidad "al servicio de la sociedad y no del capital" y dibujó una ULL "abocada a la ruina ideológica y material".

El grupo mayoritario del personal de administración y servicios, PAS en Acción, diagnosticó "depresión y síndrome de Estocolmo" a los trabajadores de la institución a causa del "miedo", aseguró que la ULL no ha sido capaz de captar recursos externos y alertó de las "luces rojas" en la evaluación de títulos, en alusión a Periodismo.

El tono crítico dominó, con mayor o menor intensidad, gran parte de las intervenciones. Doménech solo pudo respirar con la última, protagonizada por su grupo, Renovación Convergente, que le agradeció la "consolidación de un nuevo modelo de Universidad".

EL DISCURSO

"Quien no reconozca que la ULL ha mejorado durante estos ocho años niega lo evidente"

"Mi primera y principal motivación durante este mandato ha sido garantizar nuestra plantilla de PDI y de PAS"

"La supervivencia del barco y de su tripulación depende de que seamos capaces de trabajar juntos, independientemente de quién lleve el birrete negro"

"Con la acreditación de los títulos no solo nos jugamos la credibilidad de nuestra oferta, sino su continuidad"