El futuro de la industria vitivinícola de Canarias puede pasar por la exportación de sus caldos a otros países, ante las dificultades que encuentran las bodegas isleñas para competir en precios en su tierra con los vinos producidos en otros lugares, asegura el periodista Yuri Millares.

Millares acaba de presentar "100 vinos imprescindibles de Canarias", una guía para la que ha contado con la colaboración del sumiller Iván Mario Reyes y el fotógrafo Tato Gonçalves, con los que ha recorrido en el último año 42 bodegas del archipiélago.

Los tres autores de la guía visitaron los principales paisajes vinícolas de Canarias desde Lanzarote hasta La Palma, de este a oeste, coincidiendo con las fechas de la vendimia en cada isla.

La guía no pretende presentar necesariamente "los mejores" vinos de Canarias, sino aquellos que resultan imprescindibles para conocer lo que representa este sector en las islas, atendiendo a criterios como el paisaje donde se producen, las técnicas empleadas en su elaboración, la variedades de uva utilizadas o la singularidad de las bodegas, explica Yuri Millares en una entrevista con Efe.

El autor subraya que, si bien "Canarias es tierra de vinos blancos", también hay zonas en las islas que proporcionan buenos tintos y otras donde están adquiriendo importancia los vinos espumosos, que resultan "novedosos" en la producción del archipiélago desde que la bodega El Grifo, de Lanzarote, se convirtió en la primera en experimentar con este tipo de caldos.

Millares destaca además la "enorme variedad de uvas" que atesora Canarias frente a otras regiones vinícolas de Europa, donde la plaga de filoxera que arrasó cultivos enteros en toda Europa en el siglo XIX hizo que desaparecieran del continente algunas variedades.

El autor reconoce también que les han asombrado algunos de los "paisajes vinculados a la viticultura" que han visitado a lo largo del viaje, como los de la cumbre del Valle de Güimar (Tenerife), el Valle del Golfo (El Hierro) o Garafía (La Palma).

Otro de los puntos que más ha llamado la atención de los autores de la guía han sido las bodegas, puesto que se han encontrado con ejemplos en los que se trabaja desde la tradición, como ocurre en "Matías i Torres" de Fuencaliente (La Palma), que conserva lagares de tea "en los que se pisan las uvas" y cuyo vino figura en la carta del prestigioso restaurante "Celler de Can Roca", hasta bodegas más innovadoras como "Altos de Trevejos" (Tenerife), cuyos viñedos se ubican a 1.500 metros de altitud y que ha puesto en marcha un novedoso proyecto para elaborar espumosos.

Millares defiende que en Canarias hay caldos para "todos los gustos", desde semiseco, hasta tintos, blancos, dulces o espumosos.

También destaca que, aunque los territorios con mayor tradición vinícola en Canarias son Tenerife y Lanzarote, se están haciendo buenos vinos en otras, como Gran Canaria o La Palma, isla que además cuenta, desde su punto de vista, con la uva malvasía aromática de mejor calidad. "La mejor de Canarias y del mundo", opina.

Si se habla del futuro del sector, Millares sostiene que pasa por "su exportación, comercialización y venta" en otras ciudades y países, ya que la competencia en precios con los vinos de fuera hacen que los consumidores canarios no opten por los vinos propios.

Sin embargo, matiza que esa percepción tiene parte de "mito", porque los vinos canarios "no son tan caros como se cree".