La Sociedad Española de Neurología (SEN) lo ha elegido como coordinador del grupo de trastornos del movimiento y el doctor José Matías Arbelo asegura que tratará de darle la vuelta a la situación para conseguir la puesta en común de los avances en todo el territorio nacional "para que el tratamiento que reciba un paciente en Bilbao sea el mismo que el de La Laguna". Sin embargo, este canario reconoce que la falta de programas de detección precoz y de inversión ralentizan que las mejores lleguen a los pacientes.

Acaba de asumir una gran responsabilidad...

Si. La SEN se alimenta de grupos de estudio formados por neurólogos que se dedican a determinadas enfermedades como la epilepsia, trastornos del movimiento, etc. El cometido del grupo que yo coordinaré, que es del trastorno del movimiento, será desarrollar líneas de investigación que fomenten la formación continuada desarrollando reuniones y congresos científicos y apoyando cualquier investigación que surja en cualquier parte del país.

¿Qué prioridad se ha marcado?

La principal será crear las nuevas guías de la enfermedad de Parkinson para todo el territorio nacional, porque las últimas que se publicaron corresponden a 2009 y, desde entonces, ha habido muchas innovaciones en el manejo terapéutico de los pacientes y que está mejorando su calidad de vida. El objetivo fundamental es que a la hora de crear y manejar una estrategia terapéutica esté consensuada al máximo para que los pacientes sean tratados igual en La Laguna que, por ejemplo, en Bilbao.

¿Qué son los trastornos del movimiento?

El más frecuente es el párkinson pero también son otros como la enfermedad de Huntington, de la que estamos tratando de hacer un registro.

¿Por qué no hay datos fiables sobre la incidencia de las patologías neurológicas?

Si hablamos del párkinson es porque su principal factor de riesgo es la edad. A los 60 años se diagnostican 17 pacientes por cada 100.000 habitantes y a los 80 años la incidencia aumenta hasta los 300 por cada 100.000 habitantes. Muchos de estos pacientes son atendidos en Primaria y Especializada y es un porcentaje que no se controla desde el punto de vista hospitalario y esta es una de las dificultades. Además, para conseguir definir la prevalencia o incidencia haría falta conseguir la implicación de la administración y no solo de la voluntad de la SEN que no tiene medios suficientes para hacer un estudio epidemiológico.

¿Estos trastornos se pueden prevenir?

No. Por lo menos en el caso del párkinson, pero el huntington sí se puede porque si un progenitor está afectado se puede hacer un diagnóstico preimplantancional.

¿Es eficaz el diagnóstico precoz?

Sí. Es importante porque se pueden controlar síntomas que afectan a la calidad de la vida del pacientes. En el caso de párkinson los síntomas no son exclusivamente motores, sino que hay otros neuropsicológicos, gastrointestinal y del dolor. Lo importante es que si se determina a qué población de riesgo pertenece ese paciente y si se hace un diagnóstico precoz se frenará la enfermedad y se controlarán mejor sus síntomas.

En Canarias la especialidad de Neurología es la que más lista de espera tiene y hay pacientes con citas para más de un año....

Si. En Canarias la lista de espera es mayor que otras comunidades, por lo que hablo con otros hospitales con los que me relaciono. Una lista de espera de un año es inconcebible si hay una sospecha de alzhéimer, por ejemplo, porque hasta que llega al especialista y este empieza a hacer pruebas y confirmar un diagnóstico y empezar un tratamiento puede llevar muchísimo tiempo y la eficacia que tiene el tratamiento precoz se pierde porque la enfermedad ha avanzado. Lo que hace falta son programas para el diagnóstico precoz de enfermedades neurodegenerativas.

¿Por qué cree que ha crecido tanto?, porque hace dos o tres años las cifras no eran tan elevadas

Con respecto a las enfermedades neurodegenerativas, la edad es un factor importante y cuanto más envejece la población más incidencia hay. Hay una epidemia de enfermedades neurodegenerativas como alzhéimer y párkinson y la administración sigue haciendo la misma asistencia neurológica que hace 20 años. Si lo que me pregunta es qué se debe hacer, soy de los que creen que no solo es invertir más, sino que también hay que cambiar la organización de la asistencia y crear programas de diagnóstico precoz para alzhéimer y párkinson porque el problema no para de crecer. Pero no se ha tomando ninguna medida. Hace falta imaginación y ganas de cambiar las cosas. Un paciente que se diagnostique precozmente de alzhéimer tardará mucho más tiempo en ser institucionalizado y vivirá de forma autónoma más tiempo y eso conlleva un ahorro que no se ha estudiado.

¿Considera que hay suficientes neurólogos en Canarias?

Lo que puede decirle es que los que hay son de primera y están muy bien formados. En párkinson, por ejemplo, se dan los mismo tratamientos que en cualquier parte del mundo avanzado. La investigación es diferente, apenas hay cabida para ella porque la gran demanda asistencial no deja espacio para nada más.