Un grupo de militantes y simpatizantes de Izquierda Unida Canaria (IUC) ha mostrado su disconformidad con el resultado de las elecciones primarias celebradas en Tenerife para elegir al cabeza de lista al Cabildo, proceso para el que sido designada Luisa Tamayo.

Según explica este grupo de militantes en un comunicado, los candidatos eran Luisa Tamayo y Alberto Rodríguez y a las votaciones se llamó a afiliados y simpatizantes con el objetivo de abrir la organización y que el cabeza de lista al Cabildo de Tenerife pudiera ser una persona elegida lo más democráticamente posible.

La importancia de contar con la mayor participación posible llevó a la decisión de utilizar una herramienta telemática consistente en una aplicación para el móvil con la que tanto afiliados como simpatizantes podían ejercer su derecho al voto, explica.

Sin embargo, añaden, el Consejo Político Nacional de IUC decidió cerrar las puertas a que el voto de los simpatizantes contara para la elección, lo que contraría "una máxima en Izquierda Unida como la de una persona un voto".

Además todo este proceso de primarias se ha realizado bajo unos estatutos de IUC que impiden sistemáticamente la participación de las personas simpatizantes, añaden.

Ante esta situación el candidato Alberto Rodríguez envió una carta a afiliados y simpatizantes en la que explicaba que, si perdía en el cómputo global, renunciaría a ser candidato, incluso aunque ganara entre los afiliados.

Por su parte, la candidata Luisa Tamayo también envió una carta en la que se remitía al reglamento aprobado y afirmaba que aceptaría ser la cabeza de lista aunque solamente contara con el voto de los afiliados, indica este grupo de militantes.

Agregan que una vez recibidos los resultados, se comprobó que el candidato Alberto Rodríguez ganó en el cómputo general mientras que Luisa Tamayo lo hizo por tres votos entre la afiliación, y fue designada cabeza de lista por la comisión electoral.

Según estos militantes, el proceso ha sido "una impostura" del Consejo Político Nacional de IUC y "una tomadura de pelo" a las personas afiliadas y simpatizantes de esta organización.

Afirman que IUC ha decidido "enrocarse" en sus órganos internos y crear un reglamento que no está a la altura de las circunstancias que vive el país, pues mientras la mayor parte de las organizaciones políticas que están por el cambio apuestan por confluir en asambleas populares para ganar las elecciones, la dirección de IUC "se cierra y aleja a la organización de la calle", lo que califica de "inadmisible".