En la semana de la paralización de la regasificadora de Granadilla por parte del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) -al anular la declaración de impacto ambiental y la autorización administrativa-, el geólogo tinerfeño Antonio Afonso defiende el uso de este tipo de energía.

"El gas natural licuado supone que el coste de producción de electricidad sea más barato y que el dinero de las subvenciones se dedique a infraestructuras de todo tipo", apunta el experto, que añade que el 27% del petróleo que se utiliza en Canarias es para producir electricidad para una población de 2,1 millones de habitantes "fijos" más alrededor de otro millón con los turistas que se alojan en el Archipiélago.

Según Afonso, la pretensión del 100% de renovables es el "cuento de la lechera", y añade que el gas y las energías renovables son complementarios.

"Creo que Enagás debería evaluar la posibilidad de una regasificadora de mayor capacidad en el municipio de Granadilla de Abona y llevar el gas a Gran Canaria por gaseoducto", expone el especialista, que argumenta que las profundidades del mar no llegan a 2.500 metros y que hay gaseoductos en 3.000 metros de agua entre Libia e Italia.

A su juicio, existe cierto desconocimiento entre la ciudadanía de las Islas sobre el gas natural licuado (GNL), que, detalla, se empezó a emplear sin regasificar para la navegación como sustituto del fuel. "Sin embargo, su utilización más generalizada es la regasificación y su uso para generar electricidad y agua en forma de vapor como resultado de su combustión reutilizable para consumo, así como para la industria o calefacción, entre otros usos posibles", manifiesta.

Entretanto, el geólogo critica que la central planeada para el puerto de Arinaga haya recibido el rechazo del alcalde del municipio grancanario de Agüimes al entender que introducir el gas supone condenar a las renovables. En palabras de Antonio Afonso, se trata de una "falsedad", toda vez que son compatibles y hay que tener un mix energético lo más amplio posible.

Transporte en la Península

Antonio Afonso explica que el transporte del gas natural licuado está "muy generalizado". Según comenta, en España hay siete plantas en funcionamiento y conectadas a la red de gaseoductos terrestres. "También importamos gas natural por gaseoductos marinos de Argelia: uno doble que pasa por Marruecos y llega a la Península por Zahara de los Atunes (Cádiz), que funciona desde en año 92, y otro que va directamente a Almería desde Arzew (Argelia) y que pasa por profundidades de agua de 2.800 metros", resalta.

Otras instalaciones de este tipo de España son los dos gaseoductos reversibles que unen la Península a la red europea. Incluso, dice, la planta de Sagunto (Valencia ) envía por gaseoducto gas natural a las islas de Ibiza y Mallorca.