El hundimiento del pesquero ruso "Oleg Naydenov" el pasado martes a 24 kilómetros al sur de Maspalomas (Gran Canaria) amenaza el equilibrio ecológico de la región y vuelve a plantear los riesgos para el ecosistema marino que tiene el transporte a bordo de grandes cantidades de fuel.

Esta emergencia medioambiental se suma a una amplia lista de desastres marinos ocurridos en aguas españolas, la más conocida y también la más grave de las cuales se produjo tras el vertido del "Prestige", un petrolero monocasco que derramó 77.033 toneladas de combustible frente a la costa de Finisterre (La Coruña), en noviembre de 2002.

Sin embargo, hay otros accidentes marítimos que en los últimos decenios han provocado problemas ecológicos tras vertidos similares en aguas españolas, como el petrolero griego "Andros Patria" que derramó 47.000 toneladas de crudo en aguas gallegas el año 1978 o el buque "Mar Egeo" en La Coruña que, tras encallar en la costa, generó una marea negra de 79.300 toneladas de fuel que invadió las rías de Ferrol y Betanzos.

El suceso más reciente similar al del "Oleg Naydenov" sucedió en agosto de 2007 cuando el barco "New Flame", cargado con 27.000 toneladas de chatarra, colisionó con el petrolero "Tom Gertrud" en Punta Europa, en aguas administradas por el Gobierno colonial de Gibraltar al sur de la península ibérica.

El buque ruso, se incendió hacia las 13:30 horas del pasado sábado 11 de abril mientras se encontraba atracado en el puerto de Las Palmas de Gran Canaria.

Aunque no se produjeron daños personales, el fuego generó una gran humareda y un fuerte olor a quemado se propagó por toda la ciudad, mientras los equipos de extinción se veían impotentes para detener las llamas.

El domingo, las autoridades decidieron adentrarlo en alta mar hasta una "zona segura" en la que se mantenía a flote -pero escorado unos diez grados a babor- unas 20 millas al sur de Jandía (Fuerteventura).

Finalmente, el pesquero se hundió en la noche del martes a 15 millas (24 kilómetros) de la costa, en una zona del Océano Atlántico donde el lecho marino se encuentra a 2.400 metros de profundidad, según precisaron fuentes de Salvamento Marítimo.

A partir de ese momento, comenzó la preocupación por un posible vertido de las 1.409 toneladas de fuel que albergaba en su interior y las críticas por parte de organizaciones ecologistas; entre ellas, las de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife), que cree que alejar el buque a alta mar fue una "maniobra desafortunada que elevó el riesgo de derrame", y por tanto, de provocar daños en el medio ambiente.

Desde el miércoles, el "Oleg Naydenov" sigue vertiendo fuel hundido en las profundidades del Atlántico y por ello la ministra de Fomento, Ana Pastor, anunció que se está estudiando el mejor modo para llegar a él y extraer el combustible que le queda en sus tanques para "minimizar los daños".

Fomento elevó el problema al nivel 1 de emergencia medioambiental (de las cuatro posibles que presenta el Plan Marítimo Nacional) y ordenó que se sumara a las tareas de control un segundo buque "anticontaminación".

Entre los barcos desplazados, figuran el "Miguel de Cervantes" y el "Luz de Mar", dotados con sistemas de recogida y barreras contra hidrocarburos.

Aún no existen datos claros sobre el fuel vertido por el "Oleg Nayvenov", pero sí que ha provocado una mancha que las corrientes y el viento alejan por ahora de Gran Canaria en dirección suroeste.

Entre las mareas negras más graves a escala global destaca la del 24 de marzo de 1989, cuando el buque norteamericano "Exxon Valdez" chocó contra un arrecife en Alaska y vertió al agua 42.000 toneladas de petróleo.

Causó así una marea negra de 6.000 kilómetros cuadrados, además del mayor desastre ecológico en la historia de Estados Unidos.