El parque Garajonay está considerado como el mayor de la red estatal en el caso de la flora vascular, con un total de 250 especies endémicas, propias de la Isla, Canarias y la Macaronesia, tal y como destaca el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

Garajonay está declarado Parque Nacional, Lugar de Interés Comunitario, Zona de Especial Protección de Aves, Bien Natural del Patrimonio Mundial y, junto con el resto de la Isla, Reserva de la Biosfera.

El parque ocupa la meseta central de la Isla, así como las cabeceras de los barrancos que radian de la misma, desde los 650 metros de altitud, hasta los 1.487 metros en el Alto de Garajonay. Se trata de una meseta con ligeras ondulaciones y suaves pendientes, que se acentúan hacia la cabecera de los barrancos, formando, ya en su límite, una serie de escalonamientos de centenares de metros de desnivel en los barrancos de Benchijigua, Valle Gran Rey, El Cedro o Liria.

Los estudiosos han dicho que Garajonay sobresale, además, por el elevado número de briofitos presentes en un área tan reducida y el reconocimiento científico de la importancia del ecosistema de laurisilva para la conservación de este grupo florístico, considerado en este sentido como el más importante dentro de los hábitats de la Unión Europea de briofitos.

En Garajonay se conserva la laurisilva de forma muy exuberante porque las temperaturas varían muy poco y la humedad es abundante debido al mar de nubes que hay sobre el parque. Un bosque en el que podemos encontrar hayas, brezos, tejos, barbusanos, cedros, madroños, saucos, sabinas, pinos canarios, y especies amenazadas como el tajinaste azul. Todo ello junto a musgos y líquenes recubriendo los troncos de los árboles y helechos, que son señal de la elevada humedad ambiente.

La laurisilva se extiende sobre un 73% de Garajonay. Unas 265,3 hectáreas, un 10% de este hábitat, fueron afectadas en el incendio de 2012. Es la mejor manifestación de laurisilva macaronésica existente en el mundo, albergando el 85% de los mayores árboles de este ecosistema en Canarias. Las áreas afectadas tuvieron daños de severidad diversa. Un 21% sufrió fuego de superficie sin afección directa a copas, un 38% de superficie con afección directa a copas, y un 41% fuego de copas. Existe una pequeña extensión afectada en Benchijigua de 2,2 hectáreas, con severidad alta.

Dada la elevada superficie afectada de flora, en septiembre del pasado año se inició el proyecto Life de restauración del parque, con el apoyo del Parque Nacional de Garajonay, Gobierno canario, Cabildo de La Gomera, ayuntamientos de Valle Gran Rey y Vallehermoso, Tragsa y Universidad de La Laguna.

En noviembre de 2014, un equipo formado por un técnico y una cuadrilla de cinco personas, empezó a trabajar hasta el día de hoy en la restauración ecológica y el control de especies exóticas para el favorecimiento de la especies endémicas amenazadas. El proyecto tiene una duración de cuatro años. Su presupuesto supera el millón de euros y se contempla, además, la redacción que se lleva a cabo en estos momentos del Plan de Defensa Contra Incendios Forestales para actuar de la mejor manera en incendios futuros.

Los objetivos del proyecto comienzan con el apoyo del proceso de regeneración natural de los hábitats de laurisilva afectados, la recuperación de las especies amenazadas y la reducción del riesgo de incendios, concienciando a la población de sus consecuencias.

Todo ello, mediante el diseño de estrategias de prevención social contra incendios forestales, la evaluación total del impacto socioeconómico de las acciones del proyecto, y la restauración de las funciones ecosistemáticas. Está previsto, además, actuaciones de difusión social como una exposición, dos documentales, una página web específica, talleres de análisis, o la realización del Informe Layman.

A pesar de todo, el parque tiene un valor tal grande que compite con los astros del firmamento, como dice el poeta gomero Pedro García Cabrera: "Sílbame el Garajonay,/ que va siempre sin pareja,/ bailando el santodomingo/camino de las estrellas".