El sellado del casco del pesquero ruso "Oleg Naydenov", hundido al sur de Gran Canaria, es la mejor opción si el fuel sigue escapando de modo paulatino, una situación que además complica la limpieza y encarece el coste de la operación.

El "peor" escenario es una salida lenta del combustible, porque "se va a prolongar mucho en el tiempo", explica en una entrevista el ingeniero Jorge Asiain Sastre, que integró el comité de expertos formado por las petroleras españolas tras la tragedia del "Prestige".

De producirse una rotura grande de los tanques del barco -cargado con unas 1.400 toneladas de fuel- se puede retirar todo "de forma controlada", mientras que es más difícil "si son grietas pequeñas que no permiten conocer la cantidad que va a salir".

En el primer caso, el combustible sale de golpe, con lo que el daño "es muy concentrado y es más fácil de eliminar, acotar y limpiar".

En opinión del ingeniero y profesor de la Universidad Europea de Madrid, lo recomendable es estudiar a fondo el estado del casco del pesquero y sellarlo para evitar más derrames, una técnica que se utiliza habitualmente en oleoductos y pozos petrolíferos.

Y hay tecnología que permite cerrar las grietas y vaciar de forma controlada el casco, lo que "es una muy buena opción", ha dicho Asiain, que ha desarrollado su experiencia profesional en empresas como Mobil Oil, BP y Kuwait Petroleum en áreas de proyectos y asistencia técnica.

Aunque el estado del casco sea bueno, "al final van a pasar 20, 30 ó 40 años y se van a producir corrosiones y movimientos de tierra en el fondo del mar que pueden dañar" su estructura.

Ha insistido en que si se trata de pequeñas grietas por donde va saliendo poca cantidad de combustible y de modo paulatino, la situación "va a ser más difícil de controlar y será muy costoso de mantener en el tiempo (por los medios que se requieren)".

En cuanto a los daños que está produciendo la concentración de hidrocarburos en la superficie del mar, el ingeniero ha explicado que el mayor perjuicio es el aislamiento de la atmósfera del agua del mar que impide que llegue el oxígeno a los organismos marinos que viven debajo.

El petróleo no alcanza los fondos del mar, pero el riesgo es que la fauna marina entre en contacto con la mancha, tal y como ha ocurrido en los últimos días, ha recordado.

Según el experto la concentración de hidrocarburos se irá disolviéndose en el agua "poco a po-co" y dada la extensión del mar, la mancha será cada vez más fina, también a consecuencia de la acción de las bacterias anaeróbicas.

La concentración de fuel está ya a 176 kilómetros

La principal concentración de hidrocarburos procedentes del buque de bandera rusa Oleg Naydenov se aleja y se encuentra ya a 176 kilómetros de Gran Canaria, según el informe de reconocimiento aéreo realizado ayer por Salvamento Marítimo.

Asimismo, los barcos de Salvamento Marítimo que se encuentran en la zona del hundimiento, haciendo vigilancia, han constatado que continúa saliendo combustible del barco, según informó el Ministerio de Fomento en un comunicado. En este sentido, se señaló que las condiciones meteorológicas se mantienen, por lo que se continúan realizando maniobras de dispersión mecánica a través del dispositivo de Fomento que está compuesto por dos aviones Sasemar, así como por los cuatro barcos de Salvamento Marítimo.

Traslado del robot de exploración al pesquero

El barco que transporta el robot submarino (Remote Operated Vehicle) que se va a encargar de la exploración del pesquero partió a primera hora de ayer desde Gran Canaria a la zona del hundimiento del pesquero ruso "Oleg Naydenov", donde se prevé que pueda realizar una exploración del barco, que se encuentra a 2.400 metros de profundidad. Así lo explicaron fuentes del Ministerio de Fomento a Europa Press, que agregaron que la tripulación encargada de su operativa llegó a la isla este lunes para comenzar durante la jornada de hoy con las labores de localización y exploración del buque, una vez se haya determinado la ubicación exacta.

El robot que se utilizará para estos trabajos es un vehículo operado por control remoto, clase III, con una capacidad de alcance de hasta 3.000 metros de profundidad. Este robot tiene una longitud de tres metros, un peso de 4,1 toneladas y 200 caballos de potencia. Respecto a las imágenes que transmita permitirán disponer de información sobre la situación y estado en que se encuentra el buque hundido y cuánto fuel sale y a qué velocidad.