Ritmo y armonía. En los primeros momentos del segundo debate entre los candidatos a rector de la Universidad de La Laguna organizado por la asociación de antiguos alumnos y amigos de la institución, su moderador confió en que el encuentro se caracterizase por estas dos cualidades. Los deseos de Zenaido Hernández se cumplieron a medias. La introducción de turnos de réplica y contrarréplica dio algo más de dinamismo -no demasiado- al intercambio de ideas entre Antonio Martinón y Olga Alegre. En cuanto a la armonía, y aunque la corrección presidió la conversación, en algunos momentos afloraron tensiones.

Martinón empezó su primera intervención de la misma forma que en el debate celebrado hace semanas -en el que también participó un tercer aspirante, Juan Capafons, descartado tras la primera vuelta electoral del 29 de abril-, recordando que "hay vida después de las elecciones" y que es necesario mantener las formas para no dificultar luego la convivencia.

En el bloque inicial, dedicado a la docencia y la investigación, surgió el primer roce. Alegre descalificó algunas propuestas del programa de su rival, como las que pretenden que cada grupo de investigación desarrolle un proyecto europeo, cada grado cuente con un máster y por cada departamento pase al menos un investigador del programa Ramón y Cajal durante los próximos quince años. A su juicio, estos objetivos demuestran "desconocimiento" y "ofenden la inteligencia". "Nuestro programa de investigación es otra cosa", dijo.

A estas alturas había quedado claro que la decana de Educación había decidido pasar al ataque y emplear una estrategia más agresiva con la que tratar de salvar la distancia que la separa de Martinón, quien rozó la mayoría absoluta en la primera vuelta. El catedrático de Matemáticas la acusó de "caricaturizar" su programa y recalcó que las metas que se traza su programa son realistas y, en algún caso, "no están nada lejos de lo que ya se está consiguiendo".

El cambio de formato respecto al primer debate -sin opción a las réplicas- permitió que, durante el bloque dedicado a los estudiantes, Martinón respondiese a algunos de los comentarios de su oponente sobre su actitud reivindicativa al frente de la Facultad que dirige. "He salido a la calle dos veces para exigir mejores espacios. No sé si otros decanos lo han hecho", se preguntó Alegre.

"No he salido a la calle porque en Matemáticas no necesitamos más espacios", repuso Martinón -que también ha sido decano- antes de atribuir "un tufillo electoral exagerado" a las manifestaciones celebradas a pocos meses de los comicios. También aclaró, después de que Alegre asegurase haber escuchado comentarios favorables a la desaparición del reglamento de permanencia, que defiende la revisión de esta normativa pero no su eliminación. "Jamás lo he dicho", enfatizó.

Estos conatos de confrontación se sucedieron durante la primera mitad del debate. En el resto se puso en evidencia la coincidencia entre ambos candidatos sobre la urgencia de garantizar la acreditación de las titulaciones después de la incertidumbre en que se encuentra el grado de Periodismo. "Es lo más importante que tenemos entre manos a corto plazo. No podemos frivolizar", indicó Alegre. "Sin títulos no hay universidad", abundó Martinón.

Antes también se habían mostrado de acuerdo en la importancia de dar estabilidad a la plantilla docente. "En la Universidad no sobra ningún profesor, todo lo contrario", apuntó Martinón. Alegre, además, abogó por "salir del modo más oscuro de hacer las cosas en docencia" y por "dar vida" a la labor del profesorado.

En materia de alumnado, Alegre concretó su propuesta de reforma de la norma de permanencia -reducción del número de créditos a superar, cálculo del rendimiento por asignaturas y concesión autómatica de prórrogas- y Martinón apostó por reforzar la transición entre el Bachillerato y la Universidad, al tiempo que sugirió explorar la posibilidad del voto electrónico para mejorar la participación de los estudiantes en los procesos electorales.

Ambos candidatos expresaron su preocupación por la situación del personal de administración y servicios. "He notado que muchos no se sienten reconocidos", señaló Martinón, mientras que Alegre propuso un plan de incentivos vinculado a la calidad.