El presidente de la Asociación de Ganaderos de Tenerife (Agate), Pedro Molina, lamentó ayer ante los micrófonos de Radio El Día que, si bien las políticas agrarias comienzan por los municipios, "salvo algunas excepciones, no hay un municipio que tenga un concejal de Agricultura y Ganadería que uno diga Dios te guarde".

Molina demandó un cambio "radical" sobre las ayudas del Posei -que protege las producciones locales- frente a la competencia que plantean las medidas del REA -que favorece las importaciones- de cara a los productores.

"Si un importador trae ternero en enero de este año, cobra la ayuda en febrero, pero si se trata de carne local, el ganadero la cobra el 30 de junio de 2016, y eso hace mucho daño", recriminó.

"Debe haber un cambio de actitud; no estamos todos en las misma condiciones", insistió.

Molina lamenta que el sector ganadero canario se enfrenta a un arancel cero frente a las importaciones de terceros países -fuera de la UE- "y ningún gobierno protesta" por esto ante Bruselas. "Un kilo de solomillo de Sudamérica debe pagar 4,2 euros de impuesto y un 12,5% del valor de factura, pero no lo hace porque está amparado con una exención de aranceles del REA hasta los primeros 75 millones de kilos. Y si triste es el discurso del Gobierno sobre el sector ganadero, igual es el de la oposición, que nunca ha llevado al Parlamento una moción para cambiar los aranceles". "No puede venir hasta 40 millones de kilos de pollo de Brasil con una exención de 1,5 euros por kilo que se produce en condiciones distintas al local".

En este sentido, criticó que "si nos dejaran poner un partido aquí con políticos sudamericanos que cobren sueldos de los de allí lo haríamos, pero no lo permiten. En cambio, sí dejan traer comida con exenciones de arancel para arruinar lo que hay aquí".

En relación a las legalizaciones de las explotaciones ganaderas, celebró que ya se haya completado el proceso para 500, pero urge que se acometa ya el de las 8.000 que aún están pendientes. Para lograrlo, pidió que se flexibilice la normativa para las instalaciones existentes y que para las nuevas "no sean tan difíciles" de cumplir. "Para poner 200 vacas piden el mismo estudio de impacto medioambiental que si se plantea construir una refinería", lamenta.

Además, criticó la falta de coordinación entre los departamentos del Gobierno canario. "El consejero de Empleo me exige que los empleados puedan comer en un lugar adecuado y que disponga de servicios, pero el de Ordenación Territorial me sanciona si construyo un habitáculo para eso", critica. "Así no es difícil, sino imposible".

Molina también abogó por la eliminación de la dirección general de Ganadería a favor de una viceconsejería a fin de que el responsable del área "solo piense en su materia".