La Universidad de La Laguna que concibe Antonio Martinón quiere volar -eso sí, hasta una altura que no derrita la cera de sus alas- y está dispuesta a hacerlo. El nuevo rector tomó ayer posesión con un discurso en el que predominaron el optimismo y la esperanza -"la ULL quiere y, por tanto, puede", dijo- y prefirió dejar para otra ocasión el relato de las dificultades a que se enfrenta. Pidió a quienes no se animen a emprender el viaje que no pongan peso en las alas, a los escépticos que no desanimen y a quienes "sientan la ilusión de alcanzar cotas más altas" que les acompañen a él y a su equipo.

Nadie pareció querer perderse el acto mediante el que el catedrático de Matemáticas fue investido como el rector número 19 de la Universidad tinerfeña. Estaban el alcalde de La Laguna, el presidente del Cabildo, varios consejeros del Gobierno, la delegada del Gobierno, tres exrectores, alcaldes y también sus rivales en las elecciones rectorales, Olga Alegre y Juan Ignacio Capafons.

Ante ellos, Martinón prometió el cargo, firmó el acta de su nombramiento junto a sus testigos y recibió de manos de su antecesor, Eduardo Doménech, la medalla, el anillo y el bastón de mando que simbolizan su autoridad como rector de la ULL. El protagonista de la jornada reaccionó con visible emoción al largo aplauso que siguió a ese momento.

Las llamadas a la unidad fueron constantes en el primer discurso de Antonio Martinón como máximo dirigente de la ULL. "Lo pido, lo ruego, lo exijo: desterremos para siempre de nuestro lenguaje universitario el ellos y nosotros", expuso, para luego añadir: "Somos uno, debemos serlo, necesitamos serlo".

El nuevo rector se mostró convencido de alcanzar "el logro de esa universidad que anhelamos", pero advirtió de que solo será posible "con el apoyo de toda la comunidad universitaria y del conjunto de la sociedad".

La institución a la que aspira Martinón no es "un añadido elegante de la vida política, social y cultural" ni es "patrimonio de los universitarios". Más bien la entiende como una universidad "integrada de la misma forma en la sociedad que la genera como lo están la sangre, los músculos, los huesos y los tejidos en el organismo humano".

La elección de Martinón como rector se ha producido solo unos días antes de las elecciones autonómicas y locales, a las que hizo referencia para celebrar la presencia en muchas propuestas de los partidos del objetivo de elevar la inversión educativa.

En lo que atañe a los recursos destinados a la propia Universidad, volvió a expresarse con optimismo. "Confió en que en los próximos meses seamos capaces de lograr, unidos a la hermana Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, un sistema estable de financiación de las universidades públicas canarias". De la mejora de la situación económica puede depender que este reto, inalcanzable hasta ahora, se materialice.

Rivero apuesta por reeditar el pacto CC-PSOE

El presidente en funciones del Gobierno, Paulino Rivero, presidió el acto y aprovechó para reivindicar la labor educativa de su gabinete. "Hemos defendido la educación pública y de calidad contra viento y marea", afirmó. Después, en declaraciones a los medios, se mostró partidario de un nuevo pacto CC-PSOE para garantizar que se eleve la inversión. "Espero que se reedite. No tengo ninguna duda de que si el próximo consejero sigue en la línea de José Miguel Pérez se seguirá aumentando el apoyo a la educación". Rivero advirtió de que los compromisos deben refrendarse en los próximos presupuestos, que "ya serán de crecimiento".

Doménech: "He cumplido con el 80%"

El que hasta ayer era rector de la ULL, Eduardo Doménech, elogió el discurso de Martinón -"me ha gustado mucho", dijo- y le deseó "la mayor de las suertes y todos los éxitos". Doménech cifró en un 80% el cumplimiento de los objetivos que se había marcado. "Se puede exigir más, pero no está mal", apostilló. El catedrático de Pediatría confió en que su sucesor encuentre una situación económica más favorable que le permita alcanzar sus metas.