Gran Canaria, con 42 centros y 603 estudiantes, es la isla con más escuelas rurales de Canarias, seguida de Tenerife, con 39 colegios y 564 alumnos, ha informado hoy la Consejería de Educación, Universidades y Sostenibilidad.

A estas islas le siguen La Palma, con 36 escuelas y 435 escolares, Lanzarote, con 13 centros y 193 estudiantes, Fuerteventura, con 13 colegios y 172 matriculados, y La Gomera y el Hierro, ambas con 5 escuelas, pero con 65 alumnos en la primera y 42 en la segunda.

En total, Canarias cuenta con 153 escuelas unitarias o rurales, a las que asisten un total de 2.074 estudiantes de Educación Infantil y Primaria.

Con el objetivo de reconocer su labor educativa, social y medioambiental que, desde los años ochenta del pasado siglo desarrollan estos centros y sus docentes en zonas rurales del archipiélago, el Gobierno canario aprobó el pasado año la declaración del 5 de junio como Día de las Escuelas Unitarias.

La viceconsejera de Educación y Universidades canaria, Manuela de Armas, inauguró hoy los actos de celebración de la segunda edición de esta efeméride que tuvo lugar en la Villa de Mazo, en La Palma.

Durante el acto inaugural, Manuela de Armas señaló que "es de justicia" reconocer la "labor encomiable" de los docentes de estos centros durante casi cuatro décadas.

"Son ya muchas las generaciones que han podido contar con una formación y aprendizaje sólidos gracias al empeño y el tesón de este profesorado", manifestó.

A pesar de circunstancias como el alejamiento, la enseñanza en estos centros comporta importantes ventajas, no sólo académicas, sino también sociales.

Así, la viceconsejera señaló que al intentar imitar los estudiantes más pequeños los comportamientos de los mayores, se desarrolla más rápidamente la cooperación y el entendimiento.

Explicó que los alumnos pequeños tienen la oportunidad de escuchar estrategias más avanzadas de aprendizaje y el espíritu de cooperación surgido del trabajo en equipo los lleva a tener menos conflictos y, por tanto, menos desacuerdos y peleas.

Además, destacó, al compartir el mismo espacio, el alumnado de menor edad, a través de las explicaciones del docente, dudas y demostraciones a los mayores, está familiarizándose con conocimientos que abordará en cursos escolares venideros.

El alumnado más joven recibe indirectamente conocimiento sobre lo que le ocurre a los compañeros de pupitre de otras edades y aprende de ellos, pero también se produce el proceso inverso, ya que el alumnado mayor consolida constantemente sus antiguos conocimientos a través de lo que escucha y observa de los menores, repasando aprendizajes abordados en años precedentes.

Dado el número de estudiantes, en estas escuelas se percibe igualmente una instrucción más personalizada y mayor entusiasmo en la realización de actividades escolares, así como mejores condiciones para el aprendizaje centradas en la relación de los diversos miembros de las comunidades educativas, destacó Armas.