La Consejería de Educación del Gobierno de Canarias cometió "un pequeño error de cálculo" al diseñar la oferta de empleo público docente para 2015 e incluyó doce plazas más de lo que permite el Ministerio de Hacienda. Así lo adelantó ayer CCOO y así se lo comunicó poco después el director general de Personal, Carlos Quesada, a las organizaciones sindicales presentes en la Mesa Sectorial de Educación.

La oferta de empleo consta de 344 plazas, pero la Administración central ha advertido que sobrepasa el 50% de la tasa de reposición de las vacantes registradas, que es el tope impuesto por el Ministerio para la convocatoria de oposiciones. Por ello, ha remitido un requerimiento de información al Ejecutivo regional, que ya ha anunciado que rectificará el decreto que establece la oferta.

Los cambios -a los que los sindicatos han dado su conformidad, según Quesada- no afectarán a las oposiciones al cuerpo de maestros recientemente celebradas, sino a las previstas para el próximo año, dado que la Consejería y los representantes de los trabajadores acordaron hace unos meses dividir la oferta de empleo público entre 2015 y 2016.

"Es una cuestión bastante marginal", aseguró el director general, restando importancia a la equivocación cometida por su departamento. Educación la asume y renuncia a defender la oferta de empleo inicial, dado que podría terminar con la apertura de un proceso contencioso entre la Comunidad Autónoma y el Estado.

Estas modificaciones implican que el año que viene se convoquen diez plazas menos de las originalmente contempladas en el cuerpo de maestros, mientras que al de Secundaria se le detraerá una plaza y al de Música y Artes Escénicas una más.

El director general de Personal avanza que estas plazas podrán sumarse a las que formen parte de la oferta de empleo público de 2016, alrededor de 300 si se aplican los criterios actuales y "muchas más" si el Gobierno central atiende las demandas canarias. El Ejecutivo autonómico reivindica que las ofertas de empleo público se vinculen a la tasa de interinidad de la plantilla -muy elevada en el Archipiélago- y no, como ahora, al volumen de trabajadores que dejan de prestar servicio.