Canarias tiene demasiada dependencia del turismo y, sin embargo, ese peso no se refleja proporcionalmente en los contenidos del programa de gobierno firmado por CC y PSOE. En apenas un folio y medio de un total de 82 páginas, ambos partidos despliegan las medidas previstas para lograr que el destino de las Islas se fundamente en la "excelencia". Eso sí, entre las iniciativas incluidas se subraya especialmente que le darán "máxima prioridad" a un plan de formación y aprendizaje específico orientado a este subsector clave del terciario.

En este apartado, el proyecto gubernamental asegura que se intentará adecuar la oferta y favorecer los ciclos específicos de formación profesional y los estudios de grados y postrados turísticos universitarios, aunque sin mayor concreción sobre en qué consiste ese mayor foco.

No obstante, sí se contemplan "planes especiales" de enseñanza y aprendizaje de idiomas. Se intenta paliar así uno de los mayores hándicaps que dificulta y perjudica a los jóvenes y trabajadores canarios a la hora de competir con otros de fuera y lograr los puestos ofertados en un subsector que ha atravesado moderadamente bien la crisis y que, desde hace años, es de los pocos con crecimiento sostenido de empleo. Un aumento que, por el contrario, no siempre va en proporción con el incremento de turistas porque hay muchas plantillas que se mantienen en las temporadas bajas y se aplica un criterio compensatorio, según explican desde Ashotel y otras organizaciones.

El pacto entre nacionalistas y socialistas deja claro desde la primer referencia al turismo que el modelo de crecimiento de este subsector en las Islas debe ser "estable, sostenido y de calidad". Se quiere mantener al Archipiélago como destino líder y a la vanguardia en desarrollo, modernización, rehabilitación y competitividad.

Para lograr esta pretensión, se alude como primera medida a un plan integral de calidad turística, con el que actuar en las zonas de mayor densidad y flujo de visitantes. Para ello, se instará al Estado a que participe en un programa de inversión que permita mejorar las infraestructuras y espacios públicos, modernizar los servicios, la formación y la conectividad aérea en aras de seguir aumentando la llegada de turistas. Según algunas fuentes, Canarias podría albergar incluso cinco millones más de visitantes al año, que se sumarían a los trece actuales.

El acuerdo habla también de "potenciar" los planes de modernización, regeneración y rehabilitación. Además, el nuevo Gobierno se compromete a desarrollar reglamentariamente los estándares de calidad previstos en el cambio de la ley de marzo pasado para la construcción de nueva planta hotelera y extrahotelera en suelo clasificado.

En esta línea, aunque centrándose específicamente en las islas menos desarrolladas desde el punto de vista turístico (La Palma, La Gomera y El Hierro), se anuncia que se cambiará la ley sobre medidas de ordenación territorial de la actividad turística.

En coherencia con la reciente normativa sobre alojamientos diferenciados, se asegura que se fomentarán este tipo de ofertas, así como las segmentadas de manera que se pueda adecuar la oferta a la demanda de familias deportistas y ciertas modalidades de deporte, el llamado turismo gastronómico y de salud.

Aunque se deja en un simple frase sin más detalles, se anuncia una potenciación del turismo de cruceros, que desde hace años registra números crecientes, tanto en el puerto de La Luz, en Las Palmas, como en el de Santa Cruz de Tenerife, aunque especialmente en el de la capital grancanaria.

Asimismo, se promoverá un plan de dinamización del destino para municipios "maduros" y para aquellos emergentes en el ámbito turístico, aparte de impulsar una estrategia de "promoción inteligente que sitúe a canarias en el contexto internacional como un destino de referencia". Para ello, se prevé "optimizar los recursos públicos en este campo y coordinar la acción con la iniciativa privada".

Si bien en el acuerdo no se incluye, este apartado final entronca con el objetivo en ámbitos de la Comunidad de fiscalizar los gastos destinados a turismo por parte de las distintas administraciones para saber con exactitud si ha habido solapamiento de partidas y para evitar en el futuro que se invierta en promoción o iniciativas que bien podría desarrollar el Gobierno autónomo como acaparador del subsector.

Sin nuevos gravámenes en busca de mayor competitividad

El programa se moja un poco más al referirse a la parte impositiva del subsector turístico. Según se recalca en el texto, "la competitividad del destino parece incompatible con establecer mayores costes a la operativa turística y al turista, por lo que no se establecerán nuevos gravámenes distintos al IGIC por las pernoctaciones". Eso sí, nada se afirma de que no haya subidas de los impuestos y tasas existentes. Por otro lado, se anuncia que se "articularán medidas para mejorar la coordinación del subsector turístico con el resto de actividades de la economía canaria, buscando sinergias y patrones de colaboración sostenibles en el tiempo". Sin embargo, y como en otros apartados del programa, la concreción brilla por su ausencia

Los cabildos tendrán más peso decisorio sobre los hoteles

Aunque no se incluye en el apartado específico del turismo, el programa alude a esta actividad clave en otras partes. De hecho, la decisión de quitarle competencias a la Cotmac busca no solo agilizar los planes del territorio y enfocar dicha entidad al control medio ambiental, sino dejar en los cabildos mayor peso decisorio sobre las características, por ejemplo, de los futuros hoteles, sus dependencias, piscinas y demás.