Los datos vuelven a desmentir que la Universidad de La Laguna sea una fábrica de parados, aunque también dibujan una situación muy desigual entre titulaciones, una considerable precariedad entre los que tienen trabajo y, además, un importante desajuste entre los estudios cursados y el empleo que luego se desarrolla. De esta última situación -el subempleo- hay tres carreras que constituyen un claro ejemplo: Filología Hispánica, Filosofía y Turismo.

Las dos primeras registran un 0% de adecuación entre ocupación y formación, en tanto que solo un 16% de los diplomados en Turismo trabajaba en lo suyo. De las cifras se desprende que la inmensa mayoría de quienes se preparan para emplearse en la denominada "primera industria de Canarias" no llegan a hacerlo, sea porque no logran acceder al mercado laboral -solo un 56% lo ha hecho- o porque cuando lo hacen es en oficios sin nivel universitario.

El Ministerio de Educación ha analizado cómo se han desenvuelto en el mercado laboral durante los últimos cuatro años los universitarios de todo el país que se titularon en el curso 2009-2010, con la finalidad de proporcionar una orientación a quienes no terminan de tomar una decisión sobre sus estudios superiores, así como para estimular a las instituciones académicas a acercar su oferta a las necesidades del mundo del trabajo. En el caso de la ULL, concluye que más de la mitad de los egresados de veinte carreras no ejercían en 2014 una ocupación acorde a su formación.

Las titulaciones de Ciencias de la Salud son las que salen mejor paradas, tanto en su índice de integración laboral como en la adecuación entre el trabajo desempeñado y la cualificación que habían adquirido en la Universidad tinerfeña. Medicina registraba el año pasado un 95% de empleabilidad en la ULL -por encima de la media nacional-, además de un 100% de coincidencia entre nivel laboral y académico. En cuanto a Farmacia, el 90% de los egresados en el año 2010 tenía empleo cuatro años después, y en el 95% de los casos se trataba de ocupaciones con categoría universitaria.

Enfermería no presenta unos datos tan redondos en lo que se refiere a la inserción -un 56%-, pero la mayor parte de sus titulados -un 85%- no se enfrenta al problema del subempleo. Los de Fisioterapia, por su parte, se sitúan en el 62% de acceso al mercado laboral y en el 86% de adecuación.

No obstante, los graduados de la promoción analizada que menos paro sufrían en 2014 eran los de la diplomatura en Máquinas Navales: todos ellos trabajaban.

Los peores datos de ocupación los arrojaba Filología Hispánica, con un 27% de inserción, de modo que en estos estudios coinciden desempleo y sobrecualificación. Les seguían Sociología y Bellas Artes, en las que los que contaban con un puesto de trabajo se cifraban en el 33%.

Naturalmente, el periodo en el que se centra el estudio del Ministerio se caracteriza por unos altísimos niveles de paro que solo en los últimos meses han empezado a remitir. La restricción del acceso al empleo público -en especial en los dos últimos años, en los que la tasa de reposición de las vacantes mediante oposiciones ha estado limitada al 10%- y la dificultad de los recién licenciados para entrar en la rueda de las sustituciones también contribuyen a explicar el desplome de algunas titulaciones muy vinculadas a este sector del mercado laboral. Las humanidades y las artes, con una tradicional salida hacia la enseñanza, son un ejemplo.

En cambio, los años de residencia que deben cumplir médicos o los farmacéuticos hospitalarios les facilitan un empleo. En este caso, el sector público ha ejercido el efecto contrario.

El trabajo de campo del Ministerio de Educación también arroja luz sobre los universitarios que optan por hacerse autónomos o se ven obligados a ello por las circunstancias. En ninguna carrera hay más de un 50% de egresados en esa situación. La que más se acerca, con un 42%, es Logopedia. Hay nueve en las que no hay un solo autónomo al cabo de cuatro años desde la graduación.

La temporalidad es bastante alta entre los titulados de la ULL en 2010, a tenor de lo recogido en el estudio. En 24 de las carreras analizadas hay menos de un 50% de contratos indefinidos. Las que presentan una mayor estabilidad son Ingeniería Electrónica -todos los empleos son de este tipo- e Ingeniería Informática y Farmacia -un 74% en ambos casos-, mientras que Navegación Marítima y Radioelectrónica Naval no registraban un solo contrato indefinido en 2014. Medicina, que tan buenos datos ofrece en otros aspectos, solo dispone de un 4% de contrataciones fijas.