Navarro, canario de arraigo, periodista, ecléctico ideológico, responsable de prensa de Adán Martín, exdirector de TVC y, ahora, comisionado para que Canarias sea transparente. Daniel Cerdán es todo eso y mucho más, y lo que sigue lo refleja muy bien. Para empezar, su espíritu de sorpresa, eso tan de periodista, al no entender cómo, ahora que hay leyes de transparencia, la gente no las aprovecha en tiempos tan, a priori, críticos.

Comisionado, pero, pese a ser tópico: ¿quién lo vigila a usted?

El Parlamento, como al Diputado del Común y la Audiencia de Cuentas. Eso sí, nuestras decisiones son recurribles ante los jueces.

Vale, pero se podría colegir que la dependencia política es alta...

Entiendo eso, pero es bueno compararlo con el Consejo Estatal, que lo designa el Gobierno, mientras que aquí se requiere tres quintas partes del Parlamento; no estamos al capricho de un partido o presidente. En mi caso, los 3 grandes...

¿Qué ha descubierto sobre la transparencia en Canarias?

Para un periodista, cambiar el ángulo aporta otra visión, sobre todo ahora, que la gente es hipercrítica. Veo que una parte relevante de la información de la administración no se ha compartido, lo que permiten estas leyes. Es una oportunidad para mejorar la calidad democrática y la información.

¿La ley canaria se ha quedado corta o sirve ya de referente?

Todas las leyes autonómicas han mejorado la nacional, y así debe ser, y la canaria está entre las más avanzadas de Europa, aunque también es cierto que, salvo las 3 grandes ciudades, las evaluaciones no nos sitúan bien a escala regional, de cabildos y ayuntamientos.

Hay informes de la Audiencia críticos, pero quedan en nada...

Los vigilantes garantizan la ley, el uso no torticero de fondos. Pero ni una Audiencia hace auditorías de calidad. Es un campo muy incipiente y, al fin y al cabo, es política, que hacen los parlamentos.

¿Hacia dónde deben ir las Islas para tener buena transparencia?

La gente piensa, y aquí tenemos hiperinflación legislativa, que los problemas se resuelven con nuevas leyes, cuando requieren cambio social. Algo sorprendente que he descubierto es que, pese a la ley y la hipercrítica, pocos preguntan. Cualquier país de nuestro entorno o Hispanoamérica, que llevan 10 años con leyes, hallan aquí menos control. Es paradójico.

Por cultura, quizás: aquí somos más de criticar en bares, taxis...

Sí, y eso que se facilita y es más ágil y barato ahora que con un juez.

Pues ya no hay ley de tasas...

Claro, eso disuadía y, aun así, no se pregunta ni en un consistorio.

Y se podrá hacer por móvil...

Si, pero eso será en meses en el Estado y aquí más tarde. Aun así, con la web ya hay protestas al ser un sistema no muy abierto ni fácil.

Esto choca con lo del ciudadano que cada vez exige más, el 15-M...

Sí. La gente tiene motivos justos para indignarse y lo expresa, pues la corrupción de hace 7 o más años no se resuelve con leyes actuales, aunque se agraven las penas, pero no se crean movimientos...

¿Y los nuevos partidos?

No, ejercen su derecho a informarse y lo hacen, sobre todo en altas instituciones, pero en pueblos pequeños es casi heroico. Esta ley lo ampara, pero, tras su aprobación en diciembre hasta que vaya permeándose, debe pasar tiempo.

¿Qué calcula: 5 años...?

No lo sé, pero uno de los campos más interesantes son los alumnos de Secundaria y Básica porque cambiarán el país con aplicaciones en internet para fiscalizar al Gobierno, Educación...

¿Están preparados los políticos si aún dan ruedas de prensa sin preguntas o con TV de plasma?

Es de lo más contradictorio que se aprueben leyes nacionales y se actúe así, cuando los partidos lo tienen en la agenda. De hecho, he comparado las veces que aparece la palabra transparencia en el pacto regional de 2011 y cuántas en este y se multiplica por 5. Pero una cosa es la agenda y otra que se dé.

¿Quién es el referente europeo?

Los países nórdicos, pues lo tienen en el ADN social; no hace falta ni apelar a la ley: te acercas a un funcionario y te da la información.

¿La cosa cambia por el Sur...?

Sí, el Sur y el Norte no solo se diferencian en la renta, sino en moralidad; los protestantes son más rigurosos consigo mismos.

Quizás nos faltó un Lutero y un Calvino: el país de la picaresca...

Sí. La corrupción lo prueba.

Pero la corrupción es la parte visible del iceberg y la restante economía sumergida lo que no se ve...

Cierto. Lo que vemos en España es eso del "aquí te pillo, aquí te mato"; si no me cogen, lo hago...

Lo de con o sin factura está muy arraigado y es difícil cambiarlo...

Sí, y el otro día se lo decía la consejera de Hacienda, que cada vez que se defrauda se pierde una beca. Pero no pienso que estemos peor que en 1978. Este país ha avanzado, pero teníamos una tradición muy fuerte, asentada en el franquismo.

¿Su visión es optimismo antropológico o datos: hay más corrupción o es que aflora más ahora?

Se sabe más ahora. Hice mucha información local y las instituciones franquistas eran cotos cerrados...

Claro, porque cualquier dictadura es pura corrupción per se...

Por eso, pero hay quien dice que estos 40 años de libertad y democracia han sido un retroceso. Sí admito que siempre sostuve que la corrupción era aislada y, aunque no sé si es sistémica, sí está más extendida de lo que creía.

Ya existió Filesa en el PSOE...

Sí, pero surgían casos cada 5 años; ahora gotean cada día. Ha tenido que ver con otro fenómeno que ha pasado factura: la burbuja, que generó tantas bolsas de dinero fácil...

Volviendo al pacto, ¿no hay en el programa mucha generalidad: no es eso driblar la transparencia?

Esto lo hacen los partidos porque no ha habido excesivo interés social por fiscalizar. Si los periodistas no estudiamos los programas, sus contradicciones, si no comparamos lo dicho y hecho, si no hay coste, seguirán siendo un bluf. No sé si por optimismo, pero cada vez noto más páginas de activistas, sobre todo en grandes urbes, que contrastan. Y están programas como los de Ana Pastor, pero la profesión ha pasado de estas leyes, salvo algunos del periodismo de datos.

¿Le parece inconcreto el pacto?

Lo leí, pero no lo he comparado con otros. Los discursos de investidura suelen ser su expresión y tuvo una concreción similar a otros...

Pero con mucho topicazo...

Sí. La ley de transparencia no habla de pactos y programas electorales, pero sí de los de gobierno y exige que se coloquen en las web y que sean identificables para contrastarlos. Pero aún no he visto uno de un consistorio colgado. Estamos empezando, pero deberán hacerlo...

Borrell saca un libro sobre "falacias" del soberanismo catalán, como las balanzas fiscales, y algunos periodistas sienten vergüenza por no hacerlo ellos, pero el estado de los medios lo dificulta...

Sí, esa parte corresponde al periodismo. Las balanzas, y ha pasado con Canarias, tienen el problema de que son discusiones técnicas en las que hay académicos que respaldan las lecturas de las parte sobre lo que se da y recibe y, como hay diferentes métodos, al final es una lucha política. De hecho, Borrell es técnico y político.

Pero hay gran diferencia entre 16.000 millones y 2.400 y la traducción es: España nos roba...

Sí, pero es difícil saber el mejor método porque hay muchos gastos conjuntos. Lo peor es crear desafección con mentiras.

Ergo, la precariedad mediática impide una buena fiscalización...

Esa debilidad es mayor que hace años y un déficit democrático, pero hay otra parte social que, con las redes, asume ese papel.

Pero se debe cribar mucho ahí.

Sí, pero la gente, que antes cuestionaba a los partidos, ahora lo hace con los medios pues los creen cómplices del estado de cosas por falta de rigor: se les vincula al poder y recuperar la credibilidad y confianza costará. Muchos ya se fían más del amigo en las redes...

Insisto, faltan filtros...

Claro: lo decimos los periodistas y es cierto, pues en la red hay mucho ruido, pero el ciudadano cree que estamos muy pegados al poder y costará cambiarlo.

Pero eso se llama credibilidad.

Sí, pero va a costar recuperarla.

¿Esto pone aún más en riesgo los periódicos de papel?

Siempre he pensado que tenderían a ir desapareciendo...

Pero algunos han reaparecido...

Sí, pero sobre todo locales...

¿Y la contextualización del aluvión de noticias: ése no es un filón?

Sigue existiendo la necesidad del periodismo, incluso más por lo que llega: hay que seleccionar lo interesante, contrastarlo y explicarlo para ser entendido. Esto existía hace 20 siglos y seguirá otros 20, pero el asunto es cómo y quién lo ejerce. Desde hace 2 siglos, ha habido intermediarios: los periodistas hemos sido agentes de viaje, pero eso cambió y las fuentes pueden acercarse tanto a los públicos con su redes que, si no lo captamos, nos irá mal.

O sea, el papel caducará...

Le pasa como al libro, que no va a desaparecer, pero sí cambiará...

La edición, en parte, crece...

Pero, en unos años, en España puede caer la mitad de cabeceras de provincias, quedando 1 o 2 y no tirándose cada día, sino los fines de semana con un producto de más calidad, al no existir el agobio diario ni ser altavoces de gabinetes.

¿Cómo ve los medios canarios?

Sigue habiendo buenos profesionales, pero muchos en los 70 querían hacer periodismo político y, ahora, se quiere el deportivo, de moda, social... Algo más vacuo.

Eso es una frivolización...

Sí, y hay muchos espacios en TV de infoentretenimiento y los lleva gente que se autotitulan periodistas.

Ya, pero la eterna pregunta: ¿por demanda o porque se lo damos?

Es como el huevo y la gallina. Hay quien se queja de la telebasura, pero existe por liderar la audiencia pese a tantas cadenas. Por suerte, la audiencia no es una sola. La pena es que La Clave no existe. La gente no resiste dos horas de debate...

¿El pacto caducará en las urnas?

Esa bola de cristal no la tiene nadie. Decir cualquier cosa es gratuito. Ha habido pactos que duraron 4 años, dos... Aun así, nadie sabe qué gobierno habrá en enero...

¿Y qué barrunta?

Está abierto, pero sí está claro que no habrá mayoría absoluta...

¿Ni un pacto a la alemana?

Algún día se dará y sorprenderá, pero ahora no es necesario y empobrecería el debate político...

¿No sería un suicidio del PSOE?

Por eso es su última opción. Lo más razonable es un pacto de centroderecha o centroizquierda, aunque también uno de PSOE-C''s, aunque los números lo difículten.

¿El inevitable pacto es bueno?

Lo obligan las circunstancias. Un pacto PSOE-PP lo desea más la gran empresa, que quiere estabilidad, que el conjunto social, pues se reforzaría a los partidos en cuestión y no se reflejaría el cambio que hay.

¿Tiene miedo a a Podemos?

No, ya tengo una edad.

¿Y su vinculación con Venezuela?

Eso es algo que les daña si no se desvinculan. No les tengo miedo porque viví la Transición y no ya el PCE, sino el PSOE era similar.

¿Iglesias es un Anguita tuneado?

No, es alguien muy inteligente que supo estar en el momento y sitio adecuados, con un discurso y márquetin de izquierdas muy cuidado, y como seguramente no existía desde Felipe González...

¿Le sorprendió que Colau ganara en Barcelona o lo de Madrid?

Esas ciudades adelantan los procesos de cambio y había un gran hartazgo con los partidos que gobernaban en esas regiones.

Por su bagaje, la conversación se hace infinita y da para que confíe en que el REF entre en la Constitución para un mejor encaje, aunque también teme que PP, PSOE y C''s ("el partido más centralizador por no vivir la Transición") la reformen para bloquear fenómenos diferenciales. En su opinión, choca que las Islas estén ahora mucho mejor reconocidas en la UE, incluso en la frustrada Constitución Europea, que por España.

No cree que Cataluña se independice porque se está a tiempo de convencer a muchos de los perjuicios, aunque no lo descarta "pues se producen cambios bruscos en la historia". Sobre si eso puede darse aquí, tampoco lo cree porque, "aparte de que no hay lengua propia, el canario nunca se ha sentido agraviado con eso de nos roban. Es cierto que la inversión es menor y debe crecer, pero la gente sabe que no aporta más de lo recibido, que el IGIC se queda aquí y el IVA, en la caja común".

Preguntado por si CC ha girado a la izquierda, dice que siempre se ha mantenido en una posición centrada y recuerda que ya las AIC "se definían como liberales de praxis socialdemócrata, picando de lo mejor en cada familia". Sobre la reforma electoral, entiende que, "como en cualquier sitio", le cueste aplicarla a los 3 grandes, al tiempo que duda de que la crisis de refugiados en Europa haga cambiar la política de inmigración, aunque tampoco cree que se actúe peor que en EEUU. Como presidentes se queda con Felipe González y Adán Martín.

"Sería penoso que se confirmen los indicios sobre la TVC"

Cerdán dirigió la TV Canaria 9 meses, en un periodo convulso por una huelga en una de las productoras claves y con las elecciones de 2007 de por medio. Preguntado por la situación del exdirector Willy García, subraya la presunción de inocencia y que se está aún en una etapa muy inicial de un sumario secreto, aunque hayan trascendido cuestiones que califica de "ráfagas e indicios preocupantes, pero solo eso. Si se confirman, sería penoso política y socialmente, pero no penal, sobre lo que no se sabe lo suficiente y que no se lo deseo a nadie". En su opinión, con las TV públicas, en comparación con otros ámbitos administrativos, se suele olvidar que "tienen más libertad porque se rigen por contratos artísticos realizados por percepciones subjetivas sobre si habrá audiencia suficiente. Por ejemplo, Cuéntame fue de TV en TV hasta que la compró TVE". Eso sí, admite que esa subjetividad es mejor entre un equipo y expertos que la de una única persona. Preguntado sobre si sintió el aliento presidencial y del Gobierno en su etapa, más allá de que fuera designado, dice desconocer una TV publica española o de otro país "que fuera crítica con el poder, quizás con la excepción de la BBC, y ahí están los casos de Madrid, Valencia, Andalucía, Cataluña...". ¿Y la TVE con Zapatero, premiada fuera? "Bueno, sí, es justo reconocer que cambió el modelo y hubo una gestión más profesional, por lo que es una pena esta regresión y que el director vuelva a elegirlo el Gobierno". No obstante, destaca de su paso que, junto al entonces director de la Agencia del Medio, fue el único cargo de esa legislatura que dimitió por no coincidir con el modelo que se quería implantar y por no sentir sintonía con el poder que lo puso. "Aún hoy, pero más entonces porque se cobraba mucho más ahí, se conjuga poco el verbo dimitir", afirma. Además, critica que, en Canarias, la falta de acuerdo político hiciera que el consejo de la TV no se renovase en 16 años, "una excepción y dejación democrática, pues lo lógico es renovar instituciones cada 4 o 5 años; a lo sumo, 6. Es un caso único". No obstante, cree que el modelo inicial fue acertado y, de hecho, "ha servido de referente para otras comunidades de menos de 2 millones de habitantes".