El compromiso tiene que empezar dentro de la Universidad, pero debe extenderse fuera, alcanzar a todas las administraciones y redundar en beneficio de la sociedad. Antonio Martinón aprovechó su primera inauguración del curso como rector de la Universidad de La Laguna (ULL) para hacer un llamamiento a la responsabilidad. Empezó asumiendo obligaciones -"hemos de mejorar la enseñanza en todas las disciplinas", "estrechar las relaciones con el mundo económico" y "superar la geografía"- y terminó recordando, a su manera, que el liderazgo político también se mide a la hora de cumplir con las promesas -"casi todas las propuestas electorales recogían un intenso compromiso con la educación, hasta el punto de incluir el objetivo de que el gasto en Canarias coincidiera con el de la media europea"-.

El nuevo rector de la ULL, que fue investido hace apenas tres meses, pidió paciencia a quienes urgen que el cambió que propuso entonces se materialice. No quiso que su intervención fuera un rosario de quejas ante los políticos que acudieron al acto, desde el presidente del Gobierno, Fernando Clavijo, hasta el del Cabildo, Carlos Alonso, y la consejera Soledad Monzón. Hizo autocrítica. Exigió más dedicación, esmero y trabajo a todos los universitarios, desde el profesorado hasta el personal docente e investigador, pero también habló de la necesidad de que el centro se abra a los refugiados que huyen de países como Siria o Irak, y de la satisfacción de que Canarias se haya posicionado en primera línea de solidaridad. Abogó por un pacto por la educación y el empleo, con la participación de toda la comunidad educativa, Administración y empleadores, y aseguró que el paro, aunque afecte menos a los titulados, también es un problema universitario. Eso sí, en este contrato verbal implicó a todas las administraciones.

Martinón aplaudió el avance de las negociaciones para alcanzar un acuerdo de financiación estable para las universidades y recordó ante un Paraninfo lleno que para que una región progrese, sus habitantes deben sentir su tierra, pero también sentirse universales. Esos valores son, dijo, los que quiere transmitir la Universidad, pero para hacerlo necesita el apoyo de la sociedad a la que sirve. Y eso, en otras palabras, se consigue con más recursos.

"La Laguna debe volver a ser universitaria"

"Tenemos mucha confianza en que La Laguna quiera de nuevo ser una ciudad universitaria, como lo fue en su día, y como hoy lo son Salamanca, Santiago de Compostela y Granada. Una ciudad que ve en su universidad un elemento central de la vida ciudadana, tanto en lo cultural como en lo histórico y lo económico".

Las palabras de Antonio Martinón no pasaron desapercibidas. El rector dejó claro que, a su juicio, hay una gran desconexión entre la institución y la ciudad que le da nombre. Y lo hizo delante del presidente del Gobierno, Fernando Clavijo, que hasta hace unos meses era su alcalde y que ayer actuó como maestro de ceremonias.

"La Laguna no se entiende sin la universidad y la universidad no se comprende sin la ciudad. Nos parece a los universitarios que debemos volver a encontrarnos, ayudarnos, caminar juntos", propuso. Esta llamada de atención no eclipsa, no obstante, las buenas relaciones que hay entre la Universidad -también la de Las Palmas- y el Gobierno autonómico.

Martinón también avanzó que espera que en las próximas semanas se alcance un acuerdo de financiación estable para los centros de enseñanza superior del Archipiélago. "Hay que decir de nuevo que no pueden esperarse efectos inmediatos al aumentar los recursos económicos que se destinen a la educación, en particular a las universidades. Lo que sí conseguiremos es la mejora de la formación de la ciudadanía y sentar las bases del progreso de la sociedad", prometió el catedrático de Matemáticas.

frases

"Debo pedir un mayor esfuerzo a toda la comunidad universitaria y así lo hago delante de este amplio conjunto de representantes de la sociedad".

"Las barreras económicas dentro de la Universidad han aumentado".

"La Universidad debe ser crítica para ser útil, cuestionando lo que tenemos".

Somos un centro público y la sociedad debe decir qué espera de nosotros".