El sistema educativo público canario ha perdido al menos 529 profesores durante los últimos cuatro años. En septiembre de 2010 impartían docencia en las Islas 22.525 trabajadores y el curso pasado solo 21.996. Esa plantilla menguada se ha visto obligada a atender a más alumnos y aumentar las tareas de gestión. El descenso de la natalidad no evitó que las aulas pasaran de acoger a 266.784 chicos a contar con 271.610, es decir, la matrícula aumentó en 4.826 alumnos. Al mismo tiempo, se implantaron nuevas modalidades de evaluación en los centros que exigieron más tareas burocráticas. Con este panorama, la pregunta se ha vuelto inevitable: ¿cómo han influido estos datos en la calidad de la enseñanza?

Es imposible establecer una relación directa entre los recortes de personal y la calidad de la enseñanza, pero los indicadores alertan de que la probabilidad de que se dé el fenómeno causa-efecto es muy alta. Los presupuestos educativos canarios han mermado tanto desde que empezó la crisis que han situado el gasto en las Islas en niveles del comienzo de siglo. Canarias destinó 1.405 millones a la educación en 2003. A partir de entonces, las cuentas siempre reflejaron más de 1.500 millones para esta área. Superaron, incluso, los 1.800 millones. Llegaron las dificultades económica y no hubo marcha atrás. En 2013 los presupuestos cayeron 1.499, según publicó el Ministerio de Educación en sus estadísticas oficiales.

El recorte de recursos humanos ha sido cuantificado por el Consejo Escolar de Canarias también a partir de información recopilada y cedida por el Ministerio. A pesar de la contundencia de estos número "oficiales", Comisiones Obreras (CCOO) advierte de que el adelgazamiento de la plantilla es mayor. "En esos números se incluye a todo el profesorado, es decir, que se cuenta a los que aceptan sustituciones. Si el análisis lo hacemos solo de la plantilla -funcionarios- el descenso está en torno a 1.200", explica José Ramón Barroso, secretario general de la Federación de Enseñanza de CCOO en Canarias.

Para entender por qué ha ocurrido esto hay que recordar las medidas de racionalización del gasto impuestas desde el Gobierno central. Entre ellas estuvo la imposición de una tasa de reposición del 10%, es decir, que de cada diez vacantes -incluye jubilaciones, fallecimientos y traslados- solo se cubría un puesto. Ese tope fue elevado hasta el 50% el año pasado, lo que permitió realizar una convocatoria de oposiciones que está muy lejos de cubrir las carencias, explica Barroso. Durante ese tiempo los docentes sufrieron otro tipo de ajustes, que también afectaron al resto de funcionarios: bajada de sueldo y aumento de la jornada laboral.

Es difícil medir la implicación de los profesionales cuando sus situaciones laborales empeoran, pero es muy arriesgado hacerlo en un sector como la educación.

20.000 menos en el país

El recorte de profesorado no ha ocurrido solo en Canarias. Según los datos del Ministerio por comunidades autónomas, que solo llegan hasta el curso 2013-4, la educación ha perdido a unos 20.000 profesionales desde que empezó la crisis. En todo el territorio español el descenso de profesionales se ha localizado, especialmente, en los centros sufragados con fondos públicos.

En la privada, sube

El descenso de docentes solo afectó a la educación pública. Según el propio Consejo Escolar de Canarias, los centros privados contaban con 5.145 docentes en el curso 2010-11 y esa cifra se elevó hasta los 5.258 el curso pasado. Durante ese tiempo el número de alumnos también creció: las aulas pasaron de acoger a 77.523 alumnos a 79.905. Las restricciones de personal impuestas por el Ministerio no afectaron a los centros de financiación privada, que tienen libertad para realizar las contrataciones que estimen oportunas. En Canarias, la presencia de centros privados es testimonial.

Cae el gasto por alumno

La bajada del presupuesto de educación en las Islas ha venido acompañada por un aumento de la matrícula. Solo durante los últimos cursos se ha registrado una caída, pero en ningún caso se ha llegado a los números de antes del "boom" demográfico, generado en parte por la inmigración. Ese comportamiento desigual de la inversión y la matrícula ha hecho que el Archipiélago se sitúe como una de las comunidades que menos gastan por estudiante, según los datos del Ministerio referentes al curso 2013/14, último en el que hay comparaciones por regiones.