La Consejería de Sanidad está diseñando una nueva estrategia de lucha contra las drogodependencias que incluirá ludopatías y adicciones a las nuevas tecnologías. El documento estará listo el próximo año, tendrá como eje las personas y no las sustancias, y llevará un nombre más acorde con los nuevos tiempos: plan canario contra las adicciones.

La inclusión de este tipo de dependencias responde a un cambio de paradigma en la forma de entender y afrontar las adicciones. Eso es lo que piensa Ricardo Redondas, el nuevo director de Salud Pública del Gobierno de Canarias. "Pensar que el problema está en la heroína o en la cocaína no es una buena idea: el problema es la sociedad en la que se generan las adicciones".

Canarias no es la primera comunidad autónoma que emprende este cambio, pero sí se sitúa entre las primeras en darse cuenta de que la sofisticación y la variedad en las sustancias es muy grave, pero también lo es estar enganchado a juegos del azar o a internet. El director de Salud Pública es perfectamente consciente de que hay diferencias entre unas adicciones y otras, pero también de que el verdadero reto va más allá de una cruzada contra una sustancia.

En Tenerife solo hay una asociación dedicada en exclusiva a prestar ayuda a las personas que tienen problemas con el juego. La Asociación Tinerfeña de Jugadores Rehabilitados (Atejure) es una entidad similar a Alcohólicos Anónimos que lleva más de 20 años funcionando. Su filosofía se sustenta en respetar siempre el anonimato y son los propios jugadores que ya han superado su adicción los que ayudan a quienes acuden al centro. Los miembros de la asociación, que han notado un gran crecimiento de las adicciones a juegos "on line", atienden a una media de 40 o 50 personas a la semana. No hay un perfil del usuario: acuden desde albañiles hasta catedráticos.

Más allá de esta organización y de otras similares, en Canarias, hasta ahora, ha habido un vacío a la hora de afrontar estas dependencias. "No todas estas organizaciones abordan estos problemas de la misma manera. Hay algunas que ya han asumido las adicciones sin sustancia en sus dinámicas habituales y otras que todavía están en ese proceso de transformación. Eso sin contar que en distintos puntos de las Islas existen asociaciones especializadas en luchar contra las ludopatías", explica Redondas.

El director de Salud Pública quiere que el nuevo plan incluya muchas medidas encaminadas a la prevención. "Es fundamental hacer esta labor didáctica desde la infancia. Es entonces cuando hay que fomentar valores acerca de la salud, los hábitos saludables y la mejora de la autoestima, porque eso es lo que puede determinar que en el futuro se caiga o no en alguna adicción". El reto siempre es el mismo: evitar que una persona acabe buscando refugio en una droga, sea química o no.

Variedad

Redondas no quiere hacer un diagnóstico de la situación de Canarias hasta que Salud Pública se haya reunido con todos los actores implicados en la lucha contra las drogodependencias en el Archipiélago. Su objetivo es que el nuevo plan sea el resultado de un proceso participativo. "Solo así tendremos una estrategia que nos creamos todos". No obstante, reconoce que uno de los asuntos que más le preocupan hoy es la gran variedad de sustancias que hay y su popularidad que despiertan ente los más jóvenes. "Es difícil hablar del principal problema en el Archipiélago, pero sí puedo decir que me alarma muchísimo el consumo temprano de sustancias. Se están dando cada vez casos de consumo en adolescentes en edades muy tempranas". Además, también es muy peligrosa "la gran variedad de consumo", algo que no sucedía antes. Ocurre como con las modas, "cada vez duran menos", pero en este caso los efectos pueden ser devastadores.

Sin información

La llegada de drogas nuevas en poco tiempo aumenta el riesgo que corren los consumidores, especialmente los jóvenes, propensos a experimentar más. "Ahora hay una oferta de drogas mucho mayor y también una cierta tendencia a ir cambiando de sustancia. Aparecen nuevas, están de moda un tiempo y luego llegan otras que las van desplazando". Esto genera "saltos en el consumo", explica Redondas. "Es como si los ciclos que veíamos antes en el cambio de consumo de sustancias se estuvieran acelerando y los tiempos fueran cada vez más cortos". El peligro no reside solo en la alternancia de drogas, sino en la falta de información. Primero aparece una droga que puede ser sujeto de adicción y meses o años más tarde "llega información fiable sobre los efectos perniciosos que tiene". "Empezamos a ver casos de muerte, de consecuencias graves para la salud, cuando ya se ha potenciado mucho su consumo".