La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) selecciona cada año a 15 jóvenes y los pone al mando de los fogones de la escuela de cocina que tiene en Carrizal (Gran Canaria). En cada cierre de curso, los alumnos se enfrentan a su primer ''gran jurado'' con un concurso de recetas propias que este año ha tenido como inspiración la cocina canaria.

Los chicos y chicas de esta edición --cuyas clases acaban el 13 de noviembre-- son jóvenes que provienen de Venezuela, Colombia, Perú, Sahara, Senegal o Marruecos. Con ellos enfrascados en la cocina, en la sala contigua esperan 7 jueces gastronómicos con sus 5 sentidos, como mínimo, en guardia.

Estos 15 jóvenes son alumnos del Proyecto de itinerario integrado de inserción laboral ''CEAR cocina 2014-2015'', que selecciona a jóvenes sin formación previa en los fogones, pero que al menos tengan un nivel medio de español, y les ''encierra'' 9 meses en una cocina con el objetivo de que sean capaces de cocinar, hacer prácticas en empresas e incluso incorporarse a un puesto de trabajo al acabar.

De hecho, CEAR ha conseguido desarrollar un proyecto --gracias a fondos propios y financiados al 85 por ciento del Servicio Canario de Empleo del Gobierno de Canarias y el Fondo Social Europeo-- en el que coloca cada año a entre el 80 y el 90 por ciento de los alumnos.

La labor de enseñanza la realiza el chef canario Arham Marrero, quien lleva los 5 años de vida del proyecto dedicado a enseñar más que cocina a estos chicos, a los que ha hecho capaces de desarrollar, por sus propios medios, platos tan interesantes como unas croquetas con queso de cabra y salsa agridulce, un arroz amarillo con pasas, guisantes y vieja frita, o una pastela de pescado, marisco y carne.

Algunos de los platos más interesantes de esta edición fueron los pimientos rellenos de pescado con papa panadera, la popieta de mero envuelto en puerro o un hojaldre de vieja con salsa tártara servida con té moruno. Una "fusión interesante" de la cultura de sus países con productos canarios, explicó a Europa Press uno de los jueces.

LABOR EN PELIGRO

Pese al éxito, la labor de CEAR con este curso de cocina está ahora en peligro por efecto de una ley que exige a quienes imparten cursos de índole social a ser titulares de las instalaciones donde se dan. No era este el caso de la cocina de Carrizal, que alquilan.

Ahora, desde esta ONG buscan cualquier fórmula posible para seguir en marcha. La opción con más posibilidades es la de un instituto de El Tablero cuya titularidad les ceden, aunque el papeleo con el Servicio Canario de Empleo parece que pueda interponerse. Todos en CEAR esperan que el papeleo pueda acelerarse y seguir, así, con esta labor que ya ha incorporado al mercado laboral a más de 50 chicos y chicas extra comunitarios de entre 16 y 35 años.