La "pica" del plátano -tirar a la basura el excedente- es una medida que contempla la normativa para que el sector pueda deshacerse de la producción que no puede comercializar debido a la caída de la demanda que suele registrarse en los meses de verano. Se trata de "una herramienta para regular los mercados" que la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos de Canarias (COAG-Canarias) apoya, pero solo "como último recurso", en situaciones extremas.

Así lo expone Miguel López, secretario insular de COAG, preguntado por las alternativas a una medida que ha supuesto desechar once millones de kilos de plátanos en 2015, una cantidad que el propio consejero de Agricultura del Gobierno regional, Narvay Quintero, considera excesiva. "No es normal", manifestó durante la comisión parlamentaria del área celebrada el pasado jueves.

Para la confederación, antes de tirar este volumen de fruta, "se pueden hacer muchas cosas". López cree imprescindible que el plátano recupere las cuotas de mercado que ha perdido. Para ello, es necesario aplicar "estrategias de excelencia". También apuesta por tratar de "casar" en lo posible la oferta y la demanda, un propósito del que se han hecho varias tentativas que no han terminado por cristalizar. Destinar el excedente a ONG es otra de las opciones, según COAG, para que no haya que recurrir a la "pica".

De hecho, el consejero de Agricultura reveló que más de dos millones de kilos han sido enviados al Banco de Alimentos. El problema, en este sentido, es que remitir la producción a esta entidad -los envíos se hacen a la Península- también comporta gastos para los agricultores. El secretario insular de la Plataforma Agraria Libre de Canarias (Palca), Jesús Corvo, no entiende que estos costes "los sufraguen los propios agricultores, que ya pierden dinero porque no venden esa parte de la producción".

Corvo se muestra muy crítico con la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan), que, opina, debería prescindir de gastos "superfluos" para financiar el transporte. A su juicio, son los pequeños agricultores los que se ven obligados a tirar a la basura parte de su producción, porque "el grande lo produce en invierno, cuando se vende muy bien". Según Corvo, solo algo más de 400 plataneros de los más de 7.000 que hay en el Archipiélago reciben la mitad de la ficha financiera -141 millones de euros- que el Posei destina al sector.

El descenso de la demanda de plátano en verano se debe a la abundancia de fruta que se produce en esta estación y al cierre de instalaciones, como los comedores escolares, que lo consumen durante el resto del año.

Este periódico se puso en contacto ayer con Asprocan, que prefirió esperar a que avancen las conversaciones con el Gobierno para pronunciarse sobre las alternativas a esta situación.