Las investigaciones apuntan a contratos millonarios, algunos firmados de forma apresurada antes de abandonar la tele, otros por programas inexistentes y alguno más sin prácticamente repercusión mediática. Una serie de sospechas que juntas o por separado han concluido con la imputación por malversación de caudales públicos del que fue uno de los protegidos del expresidente del Gobierno canario Paulino Rivero, y de su directora financiera, Lourdes Reyes.

En esa misma situación judicial se encuentra Francisco Padrón, padrino de Willy García, a quien Padrón promocionó desde su puesto de locutor pinchadiscos durante los años en los que fue director de Radio Club Tenerife. Tal vez como gesto de agradecimiento, durante los malos momentos judiciales y económicos que atravesaba hace ocho años Padrón y sus empresas, Canal 7 y Amanecer Latino, Guillermo García suscribió una serie de contratos con su productora. En total se trata de cinco series que consisten en entrevistas y reportajes a personas del mundo del deporte, que se pagaron a razón de 6.000 euros el episodio, y cuya emisión no se pudo certificar, a pesar de las sucesivas requisitorias de la Comisión de Control Parlamentario y del Juzgado. De hecho, en los archivos de TVC solo se conservan materiales de muy poca calidad, que más parecían corresponder a trabajo en bruto y sin editar. Los programas se emitieron en el segundo canal de la televisión, clausurado por falta de audiencia en agosto de 2012, y -según la parrilla facilitada por la propia TVC- solo en horas de madrugada, una hora que dista mucho de ser el tramo en el que se localiza la máxima audiencia, pese a que fueron pagados a precio de oro. Un documento refleja que las entrevistas se emitieron entre el 17 de marzo de 2008 y el 20 de octubre de 2010 en un solo pase por la Televisión Canaria Dos. Los datos apuntan a la existencia de 213 programas y otros 32 sin datar, por los que Guillermo García pagó a su antiguo jefe un total de más de un millón y medio de euros. Aparte del vínculo entre García y Padrón por su relación personal, llamativo también resulta el hecho de que la contratación se produjera precisamente en un momento en el que Padrón, su televisión Canal 7 y su empresa Amanecer Latino atravesaban serias dificultades económicas, entre otros extremos por impago de la deuda contraída por Padrón con la Seguridad Social. La causa judicial investiga si los fondos de la televisión pública se transfirieron directamente a la Seguridad Social para sanear las maltrechas cuentas de Padrón.

La Policía interrogó a varios de los deportistas supuestamente entrevistados, y a algún profesional de la producción audiovisual que había realizado una pequeña parte del trabajo en bruto contratado, ajeno a la productora de Padrón. La conclusión obtenida es que efectivamente había indicios de irregularidades y de un probable delito de tráfico de influencias y estafa. Agentes de la policía judicial llegaron a presentarse en la sede de la televisión dos días antes de que García dejara su puesto a Santiago Negrín, para recabar documentación.

Hace algunas semanas tanto Padrón como García y Lourdes Reyes comparecieron en el Juzgado para ser interrogados por la Fiscal Anticorrupción y por la juez que se ocupa del caso, María de Lorenzo Cáceres. Las preguntas pretendían aclarar algunas de las dudas que planean sobre esta serie de contratos: si las producciones se grabaron, si se emitieron en horario de máxima audiencia, si lo que se pagó por ellas es lo que realmente costaban, o se favoreció a Padrón con un generoso sobrecoste. También se les preguntó por otro contrato, relativo a una larga entrevista al conocido escritor Vázquez Figueroa, que fue abonado íntegramente, pero que nunca llegó a ser emitido. La explicación ofrecida por los responsables de TVC es que Vázquez Figueroa fumaba durante la entrevista y eso contravenía la ley antitabaco. En realidad, el programa remitido por Padrón a la tele canaria como producción exclusiva había sido realizado años antes para TVE. Padrón no se molestó en eliminar de la presentación las cortinillas de Televisión Española, lo que alertó a los programadores de Televisión Canaria de que les habían revendido un producto ya colocado a otro medio. Sin embargo, y a pesar de que nunca llegó a difundirse, Televisión Canaria nunca pidió la devolución de las cantidades pagadas a Padrón. La cinta se mandó a los archivos y nadie asumió responsabilidades.

Al abandonar su cita en el Juzgado, tanto Padrón como García y Reyes vieron cómo se confirmaba su imputación por los presuntos delitos de malversación de caudales públicos.

La productora de Lucas Fernández compró el Diario de Avisos con el dinero de los contratos televisivos

En los últimos días, ha trascendido también que en este año, Lucas Fernández, propietario de la productora Report Line y actual accionista mayoritario del Diario de Avisos, se vio favorecido también con contratos por valor total de 2,2 millones, firmados todos ellos antes de que Guillermo García abandonara la televisión. De hecho, los últimos fueron suscritos por Lucas Fernández y el anterior director de la televisión autonómica cuando el nuevo presidente del Consejo Rector de la televisión canaria, Santiago Negrín, ya había sido nombrado por el Parlamento de Canarias.

El pasado cinco de enero, fecha que es la misma en la que se firmó -siete años antes- el primer contrato con Francisco Padrón, no es la única fecha afortunada para el actual propietario del Diario de Avisos, periódico en el que -además- escribe todos los días el periodista Chaves. El 20 de marzo de 2015 se firmaron otros dos contratos por la emisión de varios capítulos de "Abriendo puertas" y "Parranda canaria", que suponían un gasto de 487.000 euros. Solo dos días más tarde, Guillermo García fue sustituido al frente de la Televisión Canaria por Santiago Negrín, quien -en una comparecencia parlamentaria- se quejó amargamente de que García dejo completamente vacías las arcas del ente público antes de irse.

La compra por parte de Lucas Fernández del paquete mayoritario del Diario de Avisos, realizada por su productora, apenas unos días después de cerrarse los contratos de esta con la Televisión Canaria ha levantado la sospecha de que los cuantiosos fondos recibidos "in extremis" se dirigieran a favorecer el saneamiento de la productora de Lucas Fernández, Plató del Atlántico, que había atravesado una dificilísima situación hasta que en 2013 comenzó a contratar con la Televisión Canaria de forma regular, y también a permitir la compra de Diario de Avisos, realizada por una cantidad muy similar a la recibida por Lucas Fernández de la Televisión Canaria. Con esos recursos, Plató del Atlántico asumió el 51% del accionariado del Diario de Avisos y desplazó a la familia Bacallado del control de la propiedad, precisamente por aquellas fechas.

Enlazando contratos como estos, García liquidó en los tres primeros meses de este año más del 90% de los recursos para producción propia (se denominan así, aunque se destinan a la contratación de producción externa) de la Televisión Canaria, dejando al nuevo consejo rector sin dinero alguno para afrontar el resto del ejercicio.

La parte de Andrés Chaves

El conocido periodista Andrés Chaves -también conocido en ambientes de la profesión como "Cámara oscura"- es otra de las figuras favorecidas durante la era García, especialmente en el último tramo de la etapa de gestión de este al frente de la tele canaria, etapa que coincidió con el sorprendente cambio de Chaves. En efecto, y después de zaherir durante años en sus artículos al entonces presidente del Gobierno, Paulino Rivero, Chaves se arrepintió de su comportamiento, pidió disculpas a Rivero y reconoció públicamente haberse equivocado con él. Ese reconocimiento se produjo apenas unos días antes de que la Televisión Canaria contratara a razón de 19.800 euros por programa una serie de entrevistas dirigidas por Chaves bajo el título de "Venus a la vista" y realizadas a distintas mujeres significadas del mundo de la cultura, la empresa, el deporte y el espectáculo. Chaves ha negado reiteradamente haber recibido cantidad alguna por la dirección de estos programas, realizados por la productora de Lucas Fernández, aunque en el contrato suscrito por la productora y Guillermo García se le atribuye un pago de 15.000 euros, cantidad muy superior a la que se suele pagar a los conductores de otros programas de estas características. No es de extrañar que el periodista asegure que hizo el trabajo gratis, si se tienen en cuenta sus numerosas deudas y embargos pendientes. El Grupo de Delitos Económicos de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Santa Cruz de Tenerife investiga también si estos últimos contratos están por encima del coste de producción real y cómo cobró Andrés Chaves su participación en ellos, dada su precaria situación financiera. Chaves, que se declara jubilado, ha dejado desde hace años de presentar su declaración de la renta, alegando que no tiene ningún tipo de ingresos.

El programa de Andrés Chaves y Lucas Fernández se emitió inmediatamente después de ser contratado, y ha sido redifundido con posterioridad en varias ocasiones. Su índice de audiencia, 2,6% del share en su primera emisión y por debajo del 1% en sus últimas redifusiones, se considera bajísimo para los horarios en que se emitió y -sobre todo- para el altísimo coste de producción, casi 400 euros por minuto de emisión, muy por encima de los costes tradicionales en un programa de entrevistas. Comparativamente, los últimos programas contratados en la nueva etapa, con un share superior al de "Venus a la vista", a pesar de no emitirse en prime time, tienen un coste de 66,6 euros por minuto de emisión.