Las mujeres canarias presentan un porcentaje mayor de consumo de hipnosedantes que los hombres, a diferencia de lo que ocurre con el resto de drogas. Esta es una de las conclusiones de la tesis doctoral "Género y factores socioculturales de riesgo y protección en la dependencia a las drogas" de la profesora titular de Trabajo Social y Sociología de la Universidad de La Laguna (ULL) Berta Puyol.

Puyol estudió las características de las 29.461 personas que demandaron tratamiento en Canarias entre 2006 y 2012 y las relaciona con 68 entrevistas realizadas a los profesionales que trabajan en los centros de atención a las drogodependencias de la isla de Tenerife y 20 a personas que estaban en tratamiento.

Entre sus conclusiones se encuentran que ser mujer es un factor de protección frente a la adicción del consumo de drogas. "Los hombres consumen más drogas que las mujeres y presentan mayores prevalencias de drogodependencias", explica Puyol, que obtuvo sobresaliente "cum laude" en la defensa de su tesis.

Solo de la base de datos facilitada por la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias se extrae que el 85,6% (25.216) de los demandantes de tratamiento eran hombres y solo el 14,4% (4.235) eran mujeres. "Hemos detectado que el consumo de drogas de comercio ilegal es claramente superior en los hombres, excepto en el cannabis, en el que las prevalencias entre hombres y mujeres están más cercanas", detalla.

En el consumo de alcohol y de tabaco, solamente las mujeres más jóvenes (estudiantes de Secundaria y adolescentes) cuentan con porcentajes superiores a los hombres, matiza la doctora Puyol. Sin embargo, en la población de 16 a 65 años siguen siendo más consumidores los hombres.

Los profesionales que trabajan en atención a las drogodepencias en Tenerife consideran que las razones por las que las adicciones afectan de forma diferente a las mujeres y a los hombres son la "estigmatización" y "percepción negativa" de la mujer adicta. Asimismo, señalan que existe "mayor presión en los hombres", "accesibilidad a las drogas" y "mayor aceptación del consumo de drogas" masculino.

Puyol ha concluido en su investigación que existen factores de riesgo de adicción relacionados con las variables sociodemográficas. Estos son "ser hombre", "contar un nivel de formación o estudios bajo", "no trabajar" o estar en paro, "ser joven", "usar drogas legales e ilegales" y "mantener el consumo en el tiempo".

A la vista de los resultados de su investigación, la docente de la ULL critica que "ni en los programas preventivos ni en los de tratamiento se han establecido diferencias entre hombres y mujeres, cuando es evidente que existen".

"Se dice atender las necesidades de las mujeres porque ''supuestamente'' las de los hombres están siendo atendidas", afirma Puyol, ya que en el abordaje de las drogodependencias actual, los programas "parten del análisis de las situaciones de la inmensa mayoría". En este caso, esa mayoría (cerca de un 85%) son hombres demandantes de tratamiento. Las particularidades de las mujeres adictas quedan así olvidadas u obviadas.

Berta Puyol sostiene que existen "factores de vulnerabilidad en los hombres y en las mujeres que hacen tener más posibilidades de generar una dependencia a las drogas".

"En el caso de los hombres, los factores de mayor vulnerabilidad se centran en elementos externos a la persona y tienen que ver con elementos culturales y del entorno", explica.

Sin embargo, en las mujeres "son los aspectos emocionales personales los que tienen más relevancia respecto al resto". "Es mucho más frecuente que la mujer consuma si su pareja es drogodependiente y que existe una mayor influencia de su mundo social y afectivo en su relación con las drogas que en el caso de los hombres". No obstante, aclara que los factores de vulnerabilidad de los hombres también están presentes en las mujeres, pero mezclados con aspectos emocionales e interiores. "Las mujeres hacen uso y demandan tratamiento más por dependencia a las drogas legales: alcohol, tabaco y benzodiacepinas", afirma. Además, "ellas tienen una edad ligeramente superior a los hombres cuando demandan tratamiento, pero también comienzan más tarde el consumo". Por último, dice, la situación de "vivir solos/as con los hijos" (familias monoparentales) es muy superior en mujeres adictas (un 12,4% de féminas frente al 1,3% hombres).